El problema del feminismo y las mujeres en general es la no aceptación de su naturaleza. Su modelo a seguir es masculino y quieren lograr las cosas que logran los hombres, pero jamás entenderán qué es poner los cojones encima de la mesa, hacer lo que le sale a uno de los cojones o que las cosas se hagan por cojones. Cuando tu programación biológica te insiste en que lo importante es existir a toda costa, no correr riesgos, huir, etc., jamás serás capaz de llegar al límite al que sí llegan los hombres.
Por eso fracasa el feminismo o el independentismo, aunque este último tuvo un pequeño atisbo de cojones, pero a la hora de la verdad, lazos amarillos.
Si no eres un auténtico siciliano, si no estás dispuesto a jugártelo todo, todo, quédate en tu casa escribiendo tuits sobre el opresor Estado, el opresor heteropatriarcado, la opresora moderación o cualquier otra entidad opresora que lleve milenios oprimiéndote sencillamente porque eres una mierda humana sin cojones.
Los cojones nos sacaron de las cuevas y los cojones nos llevaron al espacio. Los cojones es lo que empuja a un hombre a ir más allá de los límites que le son dados. Los cojones mataron a Julio César y a Kennedy. Unos buenos cojonazos pueden acabar con lo que sea, no hay nada que los detenga en su empeño de ser plantados encima de una robusta mesa.
Si no tienes cojones, si no estás dispuesto a soltar todo lo que te rodea en esta vida para cogértelos bien cogidos y decir "con estos dos hacia delante caiga quien caiga", es que no has entendido nada. No hay nada más peligroso, brillante y capaz que un par de cojones.
Os invito a poner fotos de vuestros cojones.