que la tía te traiga las bragas puestas, se las quite delante tuyo y te las de. Todo en un sitio publico obviamente, el morbazo supremo.
¡Hostia, algo así me pasó a mí! Pero sin pagar. Una torda con la que salí una temporada se fue al baño de un bar en el que estábamos y cuando volvió me cogió de la mano. Entre su mano y la mía había una bola pequeña y mullidita. Era su tanga. Lo miré, la miré y me suelta "¿Y ahora qué hacemos?". Casi me da un vahído por falta de riego en el cerebro pero, eso yes, acerté a parar un taxi y para su casa. Nosajodido.
Y por no enguarrar el hilo (a todos no puede caer un ban, y tal...) y unirme a la fiesta que, por cierto, gracias por los loles, cónphorers, llevo media hora descojonándome, aportaré mi puta mierda.
Qué duda cabe que el olor corporal es un poderoso estímulo sexual. Feromonas y esas cosas de la bioquímica que nos devuelven nuestra faceta más animal previa a la hiperdesodorización con akses, recsonas, phá con sus limones del Caribe y potingues por el estilo. No sé si el flujo potorril tiene de esas sustancias pero a este que escribe un aroma tenue a entrepierna femenina le pone la pirindola en presenten armas. Tenue, no un pestazo tipo lonja pesquera a última hora, por amor de LOL.
La noche que conocí a cierta zorrinalda, acabamos fornicando en su habitación del hotel. Por la mañana, me desperté antes que ella y tras la meadilla de rigor y de vuelta al catre por si cayera asalto mañanero, vi en el suelo su tanga, morado cardenal, con encajes y mierdas de esas, muy mono él. Y pensé que si eso no tenía continuidad (aunque la tuvo) pues al menos tendría un souvenir... por si acaso. De vuelta en casa y cuando me acordé del trofeo expropiado lo busqué en el bolsillo de la chaqueta. La verdad que esperaba que eso oliera al tenderete de Ordenalfabétix, el pescadero de Astérix, porque la noche de farra fue larga y ella llevaba en la calle todo el día. Pues no. A lo mejor se puso loneta entre el jopo y la tela y se llevó la mayor parte de la sustancia, no sé. Pues el aroma tenue que menciono arriba. Entre eso y la colección de imágenes de guerra tuve material premium para zumbarme la sardinilla cual simio a falta de simia. Al tiempo, y cuando ya no se podría asustar ni mosquearse por muy freaks que fueran mis freakadas, le dije que tenía un regalito para ella. Así, porque sí. Le entregué su tanga desplegado en una bolsa de estas con cierre y envuelto en papel de regalo, pero sin lefar ni habérmelo metido en la boca, eso yes. "¡Mi tanga!", exclamó boquiabierta. Pensó que simplemente lo había perdido por la habitación y con las prisas del checaut no se molestó en buscarlo. Para rato se esperaba que se lo hubiera levantado el menda. "Le he dado muy buen uso", dije. "Ah ¿que te lo has puesto?", preguntó entre risas. Solté un lacónico "no" y tras una mirada pícara cambié de tema, aunque sé que lo entendió perfectamente sin explicaciones.
Y hasta aquí mi contribución de mierda.
Tengan buenas pollas y hasta mañana, si eso.