Hombre... genio según para qué. Desde mi punto de vista en La Hora Chanante tiene puntazos bastante buenos, y todo ese surrealismo y esos personajes históricos hablando en maño tienen su dosis de gracia en ocasiones.
Ahora, como monologuista está bastante limitadito, como actor algo menos, pero no le llega ni a la suela de los zapatos a cracks como Raúl Cimas o Agustín Sevilla (creo recordar que se llama así), cuyo monólogo de los hermanos siameses era sencillamente bestial.