Victor I
Freak
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- 24 Ene 2006
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Lo siento, nena, aun no se ha inventado la máquina del tiempo,
los años han pasado, y no somos ni más sabios ni mejores,
tan sólo más viejos y desesperanzados.
No se porque me llamas, no sé que es lo que buscas,
yo no puedo darte nada de lo que hayas perdido.
Tal vez te encuentres en las fauces de un profundo desarraigo,
tal vez el tiempo te haya cubierto de herrumbre y decepcion,
pero yo no soy ni el problema ni puedo echar tibieza en tu triste cicatriz.
Nos separa la vida y la distancia de los años transcurridos cada uno por su parte.
Lo siento, nena, aun no se ha inventado la máquina del tiempo,
no tengo forma de acudir a nuestra cita.
En los últimos dos años, tres antiguas amantes, lo suficientemente serias para llamarlas amigas, lo suficientemente inconstantes y livianas para no llamarlas novias, han atravesado la barrera de años sin vernos que no separa para traerme a su memoria y preguntarme que tal me va la vida. La última llamada sorpresa ha sido la semana pasada, despues de siete años, sin previo aviso y sin razón alguna, me reclama una cita y un contacto por aquello de lo que hubo entre nosotros: para mi sexo y compañia, para ella, imagino, que la fantasia de un amor no concretado por mi miedo al compromiso. Yo no retenia nada, no hubo contención ni requiebros por mi parte, tan sólo es que no la amaba y asi se lo dije cuantas veces necesitó saberlo.
¿Que espera ella de este encuentro? ¿Que haya madurado y este abierto al amor? ¿Que pueda darla lo que hace siete años la negué? ¿Rememorar los inauditos polvos con los que alegré su coño? Decidme hamijos foreros, ¿Habeis recibido alguna vez este tipo de visitas de un amante de un pasado tan lejano? Tal vez todo se explique si os cuento que hace algunos años que cumplió los 35.
los años han pasado, y no somos ni más sabios ni mejores,
tan sólo más viejos y desesperanzados.
No se porque me llamas, no sé que es lo que buscas,
yo no puedo darte nada de lo que hayas perdido.
Tal vez te encuentres en las fauces de un profundo desarraigo,
tal vez el tiempo te haya cubierto de herrumbre y decepcion,
pero yo no soy ni el problema ni puedo echar tibieza en tu triste cicatriz.
Nos separa la vida y la distancia de los años transcurridos cada uno por su parte.
Lo siento, nena, aun no se ha inventado la máquina del tiempo,
no tengo forma de acudir a nuestra cita.
En los últimos dos años, tres antiguas amantes, lo suficientemente serias para llamarlas amigas, lo suficientemente inconstantes y livianas para no llamarlas novias, han atravesado la barrera de años sin vernos que no separa para traerme a su memoria y preguntarme que tal me va la vida. La última llamada sorpresa ha sido la semana pasada, despues de siete años, sin previo aviso y sin razón alguna, me reclama una cita y un contacto por aquello de lo que hubo entre nosotros: para mi sexo y compañia, para ella, imagino, que la fantasia de un amor no concretado por mi miedo al compromiso. Yo no retenia nada, no hubo contención ni requiebros por mi parte, tan sólo es que no la amaba y asi se lo dije cuantas veces necesitó saberlo.
¿Que espera ella de este encuentro? ¿Que haya madurado y este abierto al amor? ¿Que pueda darla lo que hace siete años la negué? ¿Rememorar los inauditos polvos con los que alegré su coño? Decidme hamijos foreros, ¿Habeis recibido alguna vez este tipo de visitas de un amante de un pasado tan lejano? Tal vez todo se explique si os cuento que hace algunos años que cumplió los 35.