Dos rusos a bordo de un Ka-52 haciendo lo que mejor saben hacer: abonar los campos ucranianos.
Al parecer lo derriban con un SAM Starstreak. Ni maniobras evasivas, ni bengalas ni leches, se comen el dildo enterito sin verlo venir. Eso no habla muy bien de los sistemas de defensa de un cacharro de los más modernos de su ejército.
Curioso también que el cobete no impacta sino que detona a un porrón de metros del licótrero. Basta una cabeza de 3kg de explosivos para tumbar un cacharro notablemente blindado, un poco de daño en las palas y ellas mismas con su giro se deshacen.
En Ucrania se ha visto una vez más lo vulnerables que son los helos en un entorno donde el henemijo tenga SAM's avanzados. Los rusos tienen un ratio de pérdida de aparatos y pilotos inasumible para un país occidental. Vuelan demasiado bajo, demasiado lento, y las posibilidades de que la tripulación sobreviva a un derribo son escasísimas.
Y nosotros nos vamos a gastar 60 millonacos/unidad en actulizar la veintena de Eurotruño Tigre que tenemos