Hay un universo alternativo en el cual el chutazo de Valverde al poste entra en la portería y el Madrid se mea severamente al Barcas, metiéndoles cinco o más goles; es un universo alternativo en el que los culerdos no tienen la opción de borrar de la memoria todos los ataques y contraataques durante los cuales el Madrid pudo darles la puntilla ayer. Pero como ese balón no entró, vivimos el final del partido con el culo apretadísimo (lo cual es más emocionante, todo sea dicho) y los culés pueden presumir del porcentaje de pusesió, que inmediatamente implica que merecieron empatar o incluso ganar; añadimos a esto que el segundo gol del Madrid fue de rebote (no como el casi-gol olímpico de Messi, que fue absolutamente intencionado), que Gil Manzano no pitó el vahído del jugador que robaron con muchos valores a un equipo en descenso, y que además no añadió un minuto más al descuento, y tenemos que el fascismo les ha robado una nueva Liga al Barcas. No se conforman con haber competido bien, con tener varios buenos jugadores jóvenes, no, no… o son víctimas de su particular Shoah o no pueden cagar blando. Ni siquiera las humillaciones anales y anuales en Europa les dan alguna pista de que hace mucho que dejaron de ser superélite… Y en el fondo es comprensible, porque en España, a base de rodear al hálbitro, de esperarlo en la banda, de recibir muchos penaltis «porque son muy ofensivos» y de no ver jamás rojas «porque juegan muy limpio», van rascando titulitos… Y eso significa que son tan buenos como el Madrid… ¿verdad? ¿Verdad?