qbit rebuznó:
Entonces según tú, los tíos quiero creer que normales, a los que no nos interesa que ella se trague nada ni nos interesa lo anal, no somos de "alto rango" (vamos, que esto debe ser como el ejército, con rangos y todo y yo no me he enterado). :2
P.D.: Ver tanto porno os está afectando. La gente se acostumbra a una cosa y hay que subir el nivel de guarrería. (Basta ver los banners de este sitio). Pero que os acostumbréis no quiere decir que sea natural. ¿Soy el único al que le da asco que una tía se trague semen?.
Decir que eres de "bajo rango" es demasiado. Pero yo sí que diría que eres un soso y un conformista.
Personalmente, me siento totalmente identificado con la idea que comenta Neutral de que los hombres tenemos el ansia continua de ir conquistando virginidades y que las mujeres las venden caras utilizándolas como moneda de cambio o como acicate para mantenernos a su lado. Aunque cierto es lo que dice
Falopio, también hay mozas que disfrutan de esas perversiones tanto como nosotros. Benditas sean.
Neutral Malvado rebuznó:
El desafío del macho contemporáneo es reventar cuantas más virginidades mejor
Así es. Primero el coño, luego la boca, luego el culo... Uno siempre quiere ir explorando nuevos territorios. Yo me obsesiono bastante. He observado que me sucede incluso al nivel del porno. He tenido épocas de mucho folleteo salvaje y mucho sexo oral, tenía fijación con abrirle el cerete a mi novia y en mis ratos libres devoraba porno anal a mansalva. Ahora estoy encadenando una racha de ligues/follamigas que la chupan nada, poco o mal y las
fellatios han pasado a ser el
leit motiv de todas mis pajas. Porque de anal, ahora mismo me olvido. No sé como coño hace aquí la peña para petarle el asterisco a las chicas en la primera cita...
Con respecto al orden en el que las mujeres ofrecen sus virginidades, creo que dejar el coño en último lugar es más propio de mujeres con fuertes convicciones católicas, que no es digamos el estándar de la chica actual. Normalmente, las chicas consideran más perversión chuparla o dejarse por detrás que perder la virginidad. Sigue teniendo su halo de misticismo y lo reservan para relaciones con futuro, pero lo ven como el punto de partida de su vida sexual.
También podríamos mencionar como virginidades secundarias o de menor nivel las posturas más cerdas, a las cuales al principio algunas son muy reacias. Por ejemplo, a lo perro a veces no quieren porque les parece humillante; o encima de la mesa, etc.