George Costanza
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Esas historias que van de boca en boca y que, en su mayoría, no tienen fundamento ninguno. Buscan crear miedo en la gente hacia lo desconocido, lo extranjero, el sexo o simplemente dar ejemplo.
Bloody Mary o Verónica
Hay que entrar en una habitación a oscuras, normalmente un baño, y encender varias velas frente a un espejo. Luego hay que repetir el nombre de Bloody Mary o el de Verónica entre tres y trece veces, dependiendo de la versión de la leyenda.
Después de esto en teoría aparecería Mary y, según la persona que lo cuente, te araña la cara, te mete con ella en el espejo, o apareces muerto con el pelo blanco.
Yo había escuchado la versión de Verónica, y se decía que si lo hacías todo bien verías en el espejo cómo sería tu muerte o tu funeral.
La niñera y el loco
Una chica está cuidando a unos niños en una casa americana de dos pisos. Después de acostarlos baja al salón para ver la televisión. Al rato recibe llamadas de alguien que jadea y se ríe, pero ella cuelga creyendo que se trata de una broma.
El teléfono vuelve a sonar y una voz de hombre le pregunta si ha ido a ver a los niños. La niñera llama asustada a la comisaría, donde le dicen que van a rastrear la llamada. Al poco tiempo un agente le llama y le dice que salga corriendo de la casa, ya que las llamadas se están haciendo desde la planta superior.
Ella corre fuera mientras llegan los coches de policía y desde el jardín ven bajar por la escalera a un hombre empapado en sangre con un hacha riendo a carcajadas.
Los cepillos de dientes
Una pareja de vacaciones en un país tropical descubre que le han robado sus cosas en la habitación del hotel. Sólo les han dejado el neceser de aseo y la cámara de fotos.
Ellos siguen con sus vacaciones y al volver a casa encuentran entre las fotos reveladas una de dos negros sonrientes metiéndose sus cepillos de dientes en el culo.
Peinados y bichos
Una chica se hace un moño aparatoso para ir a la moda con el que no se puede mojar el pelo. A las semanas, cuando se cansa de él, entra en la ducha y nota un pinchazo en la cabeza, cayendo muerta al momento. Tenía una viuda negra que había hecho su nido dentro.
En otra versión, la chica está en el comedor del colegio y se rasca la cabeza hasta arrancarse pelo y cuero cabelludo. También muere y le salen varias arañas.
Jeringuillas en el cine
Se decía que algunos drogadictos dejaban sus agujas en los sillones de los cines, colocadas para clavarse cuando alguien se sentara. A veces te dejaban una nota en la que ponían que te habían contagiado el sida.
Tenía su variante de máquinas expendedoras y cabinas de teléfono, cuando ibas a recoger tu cambio del cajetin te pinchabas con la jeringa que habían escondido dentro.