El 16 de abril de 1936, ante los representantes del parlamento, Calvo Sotelo se levanta para responder a unas afirmaciones hechas ese día en el Congreso por Manuel Azaña, encargado de formar nuevo gobierno en la república tras el triunfo del Frente Popular (coalición de partidos de izquierda). Sotelo manifiesta: “El Señor Azaña recomendaba calma y no quiere la guerra civil. Todo eso, dicho a principios de marzo, hubiera podido sonar muy bien y ser aplaudido por muchos. Pero hablar de calma ahora, al cabo de varias semanas en que se puede decir que no existen en muchos puntos de España garantías de vida...; cuando por todas partes se sienten las amenazas y se oye gritar ¡Patria, no! ¡Patria, no!; cuando a los vivas a España se contesta con vivas a Rusia, y cuando se falta al honor del Ejército y se encarnecen las esencias de la Patria; cuando todo eso está ocurriendo durante seis, siete y ocho semanas, yo me pregunto: ¿Es posible tener calma? Envidio a su señoría, señor Azaña, por la muestra formidable de su temperamento frívolo.”
Para finalizar ese día su discurso, Calvo Sotelo señala: “Señor Azaña, no se puede jugar con la Historia. ¿Es que su Señoría no sabe que se están armando grupos de proletarios para dar el golpe el día que tengan los medios suficientes en su mano? ¿Es que su Señoría ha procurado evitar la introducción de armamentos con destino a fines comunistas en España?... nosotros tenemos que levantarnos aquí a gritar que estamos dispuestos a oponernos con todos los medios, diciendo que el ejemplo de exterminio, la trágica destrucción que las clases conservadoras y burguesas de Rusia vivieron, no se repetirá en España, porque ahora mismo si tal ocurriese, nos moveríamos a impulsos de un espíritu de defensa que a todos llevará al heroísmo, porque antes que el terror rojo...”
El 13 de julio de 1936, a las dos de la mañana fueron a buscar a Calvo Sotelo a su casa un Grupo de Asalto, en donde había pistoleros disfrazados de guardias, destacándose entre ellos Victoriano Cuenca, así como el militante de juventudes socialistas Santiago Garcés. El jefe del grupo era el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés Romero. Tras llegar el grupo a la casa de Sotelo, le despiertan, y él al ver las intenciones de detención algo sospechosas, alega que dada su condición de parlamentario no podía ser detenido sin la previa aprobación de suplicatorio por parte del Congreso. Trató de comunicarse con la Dirección General de Seguridad pero los intrusos habían arrancado el hilo telefónico. Condés, mostrando su carné que le identificaba como capitán de la Guardia Civil, hizo que Sotelo cambiará de actitud, y más que no podía resistirse, pues los intrusos le advirtieron que tenía que seguirlos “por las buenas o por las malas”. Tras vestirse, se despidió de sus hijos y de su mujer que le insistía que no se fuera. Salió de su casa prometiéndole a su esposa que él telefonearía en breve “a menos que estos señores me peguen cuatro tiros”. Tras ser montado en un camión con letreros de “Dirección General de Seguridad”, al llegar al cruce de las calles de Velásquez y Ayala en Madrid, Victoriano Cuenca, que iba sentado detrás de el detenido, le acerco el cañón de la pistola a la nuca y disparó dos tiros. Condes quien, al ver a Sotelo muerto, ordena al conductor que se dirija al cementerio del Este, en donde descargaron el cadáver, indicando a los sepultureros que estaban de guardia, que era el de un sereno que habían encontrado muerto en la calle. Los empleados del cementerio dejaron el cadáver en el deposito.
La familia de Calvo Sotelo tras su detención se puso inmediatamente en movimiento, y desde la casa de unos vecinos, telefonearon a parientes, amigos y correligionarios, comunicándose con autoridades. Cuando averiguaron que no había sido cursada ninguna orden de detención, se sospechó lo peor, siendo localizado su cadáver en el deposito del cementerio.
Se podría decir que hay un autor intelectual del asesinato de Calvo Sotelo. Una base es ¿el por qué un capitán de la Guardia Civil tomase la iniciativa de secuestrar a un parlamentario para luego asesinarle?. Hay ciertos indicios que apuntan hacia Indalecio Prieto (líder de una rama del PSOE). Las autoridades habían intervenido sin demasiada energía para esclarecer el asesinato, practicándose algunos arrestos, tomándose declaraciones y se abrió un sumario. El 25 de julio, pocos días después de estallar la guerra, se presentó en el Palacio de Justicia una patrulla armada que sustrajo por la fuerza el sumario. Desde entonces los asesinos del Calvo Sotelo -tanto intelectuales como materiales- quedaron en libertad de movimiento.
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Iquierdas u derechas se tenian ganas...y quien siga pensando que los nacionales eran demonios y los republicanos intelectuales y muy rectos...solo tiene que ver que clase de intelectuales estan forandose hoy dia a costa de un discurso populista e interesado cargado de idealismo que nos encanta a todos pero que en la realidad se transforma en ser chupiprogre y conducir un audi a8. Os creeis que les importa una mierda el obrero que esta en el paro?
Me cago en todos los politicos cabrones empezando por el inutil de rajoy y acabando por la serpiente mentirosa y rastrera que tiene la responsabilidad de gobernar de zapatero.
Sois basura y como siga esto asi, vamos a otra puta guerra civil.Eso si, si no me mata el antes, a ramoncin me lo cargo yo por vendido, falso y ladron. CHORIZOOOOOOO
Para finalizar ese día su discurso, Calvo Sotelo señala: “Señor Azaña, no se puede jugar con la Historia. ¿Es que su Señoría no sabe que se están armando grupos de proletarios para dar el golpe el día que tengan los medios suficientes en su mano? ¿Es que su Señoría ha procurado evitar la introducción de armamentos con destino a fines comunistas en España?... nosotros tenemos que levantarnos aquí a gritar que estamos dispuestos a oponernos con todos los medios, diciendo que el ejemplo de exterminio, la trágica destrucción que las clases conservadoras y burguesas de Rusia vivieron, no se repetirá en España, porque ahora mismo si tal ocurriese, nos moveríamos a impulsos de un espíritu de defensa que a todos llevará al heroísmo, porque antes que el terror rojo...”
El 13 de julio de 1936, a las dos de la mañana fueron a buscar a Calvo Sotelo a su casa un Grupo de Asalto, en donde había pistoleros disfrazados de guardias, destacándose entre ellos Victoriano Cuenca, así como el militante de juventudes socialistas Santiago Garcés. El jefe del grupo era el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés Romero. Tras llegar el grupo a la casa de Sotelo, le despiertan, y él al ver las intenciones de detención algo sospechosas, alega que dada su condición de parlamentario no podía ser detenido sin la previa aprobación de suplicatorio por parte del Congreso. Trató de comunicarse con la Dirección General de Seguridad pero los intrusos habían arrancado el hilo telefónico. Condés, mostrando su carné que le identificaba como capitán de la Guardia Civil, hizo que Sotelo cambiará de actitud, y más que no podía resistirse, pues los intrusos le advirtieron que tenía que seguirlos “por las buenas o por las malas”. Tras vestirse, se despidió de sus hijos y de su mujer que le insistía que no se fuera. Salió de su casa prometiéndole a su esposa que él telefonearía en breve “a menos que estos señores me peguen cuatro tiros”. Tras ser montado en un camión con letreros de “Dirección General de Seguridad”, al llegar al cruce de las calles de Velásquez y Ayala en Madrid, Victoriano Cuenca, que iba sentado detrás de el detenido, le acerco el cañón de la pistola a la nuca y disparó dos tiros. Condes quien, al ver a Sotelo muerto, ordena al conductor que se dirija al cementerio del Este, en donde descargaron el cadáver, indicando a los sepultureros que estaban de guardia, que era el de un sereno que habían encontrado muerto en la calle. Los empleados del cementerio dejaron el cadáver en el deposito.
La familia de Calvo Sotelo tras su detención se puso inmediatamente en movimiento, y desde la casa de unos vecinos, telefonearon a parientes, amigos y correligionarios, comunicándose con autoridades. Cuando averiguaron que no había sido cursada ninguna orden de detención, se sospechó lo peor, siendo localizado su cadáver en el deposito del cementerio.
Se podría decir que hay un autor intelectual del asesinato de Calvo Sotelo. Una base es ¿el por qué un capitán de la Guardia Civil tomase la iniciativa de secuestrar a un parlamentario para luego asesinarle?. Hay ciertos indicios que apuntan hacia Indalecio Prieto (líder de una rama del PSOE). Las autoridades habían intervenido sin demasiada energía para esclarecer el asesinato, practicándose algunos arrestos, tomándose declaraciones y se abrió un sumario. El 25 de julio, pocos días después de estallar la guerra, se presentó en el Palacio de Justicia una patrulla armada que sustrajo por la fuerza el sumario. Desde entonces los asesinos del Calvo Sotelo -tanto intelectuales como materiales- quedaron en libertad de movimiento.
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Me cago en todos los politicos cabrones empezando por el inutil de rajoy y acabando por la serpiente mentirosa y rastrera que tiene la responsabilidad de gobernar de zapatero.
Sois basura y como siga esto asi, vamos a otra puta guerra civil.Eso si, si no me mata el antes, a ramoncin me lo cargo yo por vendido, falso y ladron. CHORIZOOOOOOO