No hagas lo que no te gustaría que te hiciesen.
Si a uno no le importa que le pongan los cuernos en una relación de pareja, como válvula de escape, todo bien. El problema salta cuando una de las partes los pone, pero no consintiría que se los pusiesen. (Quid pro quo).
Si mi pareja me los pusiese no lo podría perdonar, es algo que te come por dentro. Y si te los pone y no te enteras, creo que peor aun vives como cornudo y encima con una mentirosa. ¡Dios me pone enfermo solo pensarlo!