Libros Los libros que te han marcado

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Sekhmet

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4 Jul 2009
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Estaba buscando un libro para leer ahora que me cuesta un poco concentrarme.

Yo soy de las que piensa que donde se fue feliz no se debe volver, pero al margen de eso, estaría bien que compartiéramos aquí algunos de ellos. Empiezo yo:

El árbol de la ciencia. Ese joven médico solitario que se pone a filosofar con su tío sobre la vida, la muerte, el conocimiento, la percepción de la España de finales de siglo XIX... Destacan las conversaciones frente al desarrollo de la obra en sí mismo. Para cualquiera que esté interesado en conocer a Schopenhauer, El Árbol de la ciencia es un libro imprescindible.

-La consecuencia a la que yo iba era ésta: que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño. Es decir, que se puede tener el quijotismo contra una anomalía; pero tenerlo contra una regla general, es absurdo. -De manera que, según usted, el que quiera hacer algo tiene que restringir su acción justiciera a un medio pequeño. -Claro, a un medio pequeño; tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto; pero si intentas realizar una acción, y una acción justiciera, tendrás que restringirte hasta el punto de que todo te vendrá ancho, quizá hasta la misma conciencia. -Es lo que tiene de bueno la filosofía -dijo Andrés con amargura- ; le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada.
 
Última edición:
Hay tanto donde elegir, pero me quedo con La Divina Comedia, en la edición de RBA, que está en verso. Me parece el libro más atrevido de toda la literatura, en un época en la que te quemaban por cualquier tontería, atreverse a situar a su "amada" muerta hace 20 años como capaz de reclamarle; la inmensa cultura que destila toda la obra, que es un compendio de la literatura clásica. Esa crítica feroz a todos sus coetáneos, es magistral. La gente piensa que la segunda y la tercera parte son aburridas, pero para mí el paso es imprescindible. Siempre recordaré como cruzan el Leteo, que simboliza el camino a la felicidad. No hay cargas, no hay culpas, solo pureza. Y el comienzo magistral, con esa alegoría; atreverse a que sea Virgilio por orden de Beatriz el que lo conduzca por el infierno. No sé, pero si he de salvar una obra, sería esa.

Otra gran obra que me ha marcado es Hadji Murat, una metáfora que abre el libro es una verdad sobre el verdadero hombre:

"¡Qué criatura tan devastadora y cruel es el hombre! ¡Cuántos seres vivos, cuántas plantas destruye para mantener su propia vida!» -pensé, buscando involuntariamente a mi alrededor alguna cosa viva en medio de ese campo negro y muerto. Frente a mí, a la derecha del camino, vi lo que parecía ser un pequeño arbusto. Cuando me acerqué noté que era la misma especie de cardo «tártaro cuya flor había arrancado en vano y tirado luego.
La mata del cardo se componía de tres ramas. Una estaba tronchada, con un muñón que semejaba un brazo mutilado. Las otras dos tenían, cada una, una flor, antes roja, pero ahora ennegrecida. Un tallo estaba roto, y de su punta pendía una flor sucia. La otra, aunque sucia de tierra negra, estaba todavía erguida. Era evidente que por encima de la planta había pasado la rueda de un carro, pero que el cardo había vuelto a levantarse y se mantenía erecto, aunque torcido. Era como si le hubiesen desgajado del cuerpo un miembro, abierto las entrañas, arrancado un brazo, vaciado un ojo. Y, sin embargo, se mantenía tieso, sin rendirse al hombre que había destruido a sus congéneres en torno suyo.
«¡Qué energía! -pensé-. El hombre ha vencido todo, destruido millones de plantas, pero ésta no se rinde.»
"

Y ese es el verdadero ser humano, que sufre lo indecible sin rendirse, hasta el final. Como el cardo que sirve de introducción al libro.
 
La Divina Comedia de Dante te puede marcar por ser uno de los mayores coñazos que nadie pueda leerse. Menudo pestiño.
Leer ese libro me sirvió para aprender dos cosas:
1. No todos los clásicos son imprescindibles.
2. No volver a leer un clásico de más de dos páginas en verso y con comentarios.
 
Me han marcado muchos, según el momento en el que han ido apareciendo... Quizás el que supuso un punto de inflexión por mostrarme todo aquello que tenía guardado dentro de mí y que no sabía ver con la lucidez con la que se reflejaba en esas páginas: "Las partículas elementales" de Michel Houellebecq.
Conciencia de la muerte, existencialismo, enfermedad, obsesiones, mentiras, sexualidad, pesimismo y fracaso de una sociedad atomizada donde las relaciones humanas son cada vez más difíciles.
A partir de esta obra, releida por mí hasta la saciedad, devoré todo lo publicado por este autor.
Probablemente sea el mejor escritor vivo...
 
La Divina Comedia de Dante te puede marcar por ser uno de los mayores coñazos que nadie pueda leerse. Menudo pestiño.
Leer ese libro me sirvió para aprender dos cosas:
1. No todos los clásicos son imprescindibles.
2. No volver a leer un clásico de más de dos páginas en verso y con comentarios.
No es que todos los clásicos son imprescindibles, es que para mí ese es el clásico. Y ya sé que a casi nadie le gusta el verso, pero para mí es una maravilla. Lee Paraíso perdido, pero sin prejuicios. Verás como te sorprendes.

De la Divina comedia no puedo decir más que sobre gustos no hay nada escrito, pero tiene miles de detalles que hacen cada fragmento una obra de arte. Y sí, las anotaciones son importantes. De hecho, la colección de Letras Universales de Cátedra me parece regular porque carece de notas. A pesar de que todas las notas y las interpretaciones no son válidas, como en la edición de Cátedra de los Naufragios, donde se equivoca completamente; o la interpretación de Pedro Salinas del poema Miré los muros de la patria mía. Pero eso es otro tema.
 
Jodo, esa sensación de no saber para quien vendimias la hemos tenido todos en algún momento de nuestra vida, y generalmente en la adolescencia. No saber quién quieres ser, no conocerte lo suficiente. Lo plasma tremendamente.
 
No es que todos los clásicos son imprescindibles, es que para mí ese es el clásico. Y ya sé que a casi nadie le gusta el verso, pero para mí es una maravilla. Lee Paraíso perdido, pero sin prejuicios. Verás como te sorprendes.

De la Divina comedia no puedo decir más que sobre gustos no hay nada escrito, pero tiene miles de detalles que hacen cada fragmento una obra de arte. Y sí, las anotaciones son importantes. De hecho, la colección de Letras Universales de Cátedra me parece regular porque carece de notas. A pesar de que todas las notas y las interpretaciones no son válidas, como en la edición de Cátedra de los Naufragios, donde se equivoca completamente; o la interpretación de Pedro Salinas del poema Miré los muros de la patria mía. Pero eso es otro tema.

¿Te la has leído en italiano clásico?
 
Yo el Principito no me lo he leído y cada gorda y/o/u mermada que se entera (que coincide con las personas que preguntan sobre el tema) me da bastante por culo con que es imprescindible, sin hacerme ver para qué.
 
Saramago, Tratado sobre la ceguera o el hombre duplicado.

Dos libros que a priori tienen una historia tan absurda como fantasiosa... pero consigue que sea creíble y crea una angustia y agonia memorable. Luego el autor tiene algunos pestiños, pero por regla general, este hombre era muy amo.
 
Última edición:
La verdad sobre el caso Savolta, de Mendoza. Fue el primer libro "serio" que llegó a mis manos, y aluciné con el placer que proporcionaba meterse en una historia y desear que no acabara nunca. Pasar del Don Miki a ésto sin duda me marcó.
El resto de libros que han venido luego me han gustado más o menos, pero marcarme en el sentido de cambiar mi vida, solamente el primero.
 
En Teo va a la piscina. Ahí se implantó el germen que culminó en todas las derrotas que he sufrido posteriormente.
 
El árbol de la ciencia lo leí con trece años por culpa del Topo, que era mi profesor cegato de Lengua en el instituto. Eso antes de internet, tuve que leerlo de verdad. Mi padre me dio un collejote fuerte cuando le enseñé el trabajo con un mísero 6,5 de nota y por suerte me quitó las ganas de leer nada más. Gracias a eso ahora soy jefe de cuadrilla y gano como para comer chope del vueno en navidaz. Tenía que aver puesto las faltas antes.
 
Me marcó la Fundamentación para una metafísica de las costumbres de Kant porque me hizo darme cuenta de que nadie es bueno de verdad. Y el Calculus porque está lleno de dibujitos.
 
Última edición:
El tipler mosca, que me hizo sumirme en cotas de degradación difícilmente alcanzables por el ser humano estándar. Mein kampf, cuyo prólogo me emocionó. El alquimista, de Paulo Coelho. Los coleccionables encuadernables de Dinosaurios de planeta DeAgostini, que hicieron que no tuviera amigos.
 
La ruta del Quijote de Azorín, te hace ver de otra forma tanto La Mancha como a sus gentes. Comenzar a releer El Quijote en el lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, es un punto y aparte en cualquier vida de mierda.
 
El principito tenía hoja gorda y de la rabia con la que me froté el culo con él me salieron hemorroides. Quería que se llenara bien de mierda antes de volverlo a colocar en la estantería. Ese marca a cualquiera, es realmente duro de acabar.
 
Última edición:
El atlas de peces de acuario del Doctor Axelrod les marcó a los peces, los quería todos y vaya ensalada hice, se salían por los lados.
 
" La senda del perdedor" de Bukowski.
Fue el primer libro en el que veía al autor decir verdades, por así decirlo. Cuando uno se reconoce en el personaje de un libro, lo que estás leyendo se convierte en algo más que una lectura.
" Si esto es un hombre" de Primo Levi. Leer por primera vez a alguien contar cómo ha pasado semejante experiencia se queda clavado en la memoria para siempre.
" Al este del Edén" de Steinbeck. Este señor es mi autor favorito y este, su mejor libro en mi opinión. Cada conversación con el chino se me hacía ambrosía pura. Los sentimientos de los personajes, verdaderos y desgarradores, solo pueden ser escritos por alguien que conoce de verdad el HALMA humana.
 
Pero te tiene que marcar, como a una adolescente emo que se haya intentado suicidar un poco, lo justo para dejar marca y poder decirlo. Es que me marcó, tía, te hace ver las cosas de manera totalmente diferente. Taxi Driver, el libro, por ejemplo.
 
Pero te tiene que marcar, como a una adolescente emo que se haya intentado suicidar un poco, lo justo para dejar marca y poder decirlo. Es que me marcó, tía, te hace ver las cosas de manera totalmente diferente. Taxi Driver, el libro, por ejemplo.

American Psycho, el cómic.

Leí Wilt con ocho años y desde entonces todo ha sido una puta mierda en lo relativo a mi relación con las mujeres. Bueno, una mierda en general.
 
Os pareceré retra, pero "el guardián entre el centeno" me dejó ojiplático en su día. Todavía pienso que es una obra maestra y que su autor era un genio que bien podría haber sido forero de esta casa.

Tremendaca obra.

Pues a mí me dejó más frío que la comunión de Pingú.
 
El Pirata Garrapata me hizo descubrir que en esos manojos de papeles escritos había un mundo en el que podía evadirme y ser aquella persona que sabía que nunca sería.
 
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