Sekhmet
Freak
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Estaba buscando un libro para leer ahora que me cuesta un poco concentrarme.
Yo soy de las que piensa que donde se fue feliz no se debe volver, pero al margen de eso, estaría bien que compartiéramos aquí algunos de ellos. Empiezo yo:
El árbol de la ciencia. Ese joven médico solitario que se pone a filosofar con su tío sobre la vida, la muerte, el conocimiento, la percepción de la España de finales de siglo XIX... Destacan las conversaciones frente al desarrollo de la obra en sí mismo. Para cualquiera que esté interesado en conocer a Schopenhauer, El Árbol de la ciencia es un libro imprescindible.
-La consecuencia a la que yo iba era ésta: que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño. Es decir, que se puede tener el quijotismo contra una anomalía; pero tenerlo contra una regla general, es absurdo. -De manera que, según usted, el que quiera hacer algo tiene que restringir su acción justiciera a un medio pequeño. -Claro, a un medio pequeño; tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto; pero si intentas realizar una acción, y una acción justiciera, tendrás que restringirte hasta el punto de que todo te vendrá ancho, quizá hasta la misma conciencia. -Es lo que tiene de bueno la filosofía -dijo Andrés con amargura- ; le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada.
Yo soy de las que piensa que donde se fue feliz no se debe volver, pero al margen de eso, estaría bien que compartiéramos aquí algunos de ellos. Empiezo yo:
El árbol de la ciencia. Ese joven médico solitario que se pone a filosofar con su tío sobre la vida, la muerte, el conocimiento, la percepción de la España de finales de siglo XIX... Destacan las conversaciones frente al desarrollo de la obra en sí mismo. Para cualquiera que esté interesado en conocer a Schopenhauer, El Árbol de la ciencia es un libro imprescindible.
-La consecuencia a la que yo iba era ésta: que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño. Es decir, que se puede tener el quijotismo contra una anomalía; pero tenerlo contra una regla general, es absurdo. -De manera que, según usted, el que quiera hacer algo tiene que restringir su acción justiciera a un medio pequeño. -Claro, a un medio pequeño; tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto; pero si intentas realizar una acción, y una acción justiciera, tendrás que restringirte hasta el punto de que todo te vendrá ancho, quizá hasta la misma conciencia. -Es lo que tiene de bueno la filosofía -dijo Andrés con amargura- ; le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada.
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