La principal lacra de la Comunidad Valenciana es su complejazo de inferioridad, como queda demostrado por su odio visceral a Madrid y Cataluña, dos regiones que le dan cien vueltas en todo (bueno, a Madrid le falta la playa) y que a su vez corresponden a tal odio con total indiferencia (caso de Cataluña) o adoración irracional (caso de Madrid, por causa de la playa y de la fiesta y eso es porque sólo vienen de vacaciones).
Pero no acaba la cosa ahí para esa sociedad enferma, en que tipos con apellido catalán abominan de Cataluña y antes que admitir su herencia dicen hablar como no se qué mozárabes del año catapún, en que los sueldos están por los putos suelos, en que las fallas queman todos los años millonadas de euros mientras los barrios que las sustentan se derrumban, en que se edificaría hasta sobre el mar si tal cosa fuera posible y todo evento/mejora (palacio de congresos, ciudad de las ciencias, la Copa América de los cojones) es simple excusa para construir vivienda sobrevalorada a mansalva, en la que después de convertir en cloacas todos sus ríos se pretende hacer lo mismo con el Ebro, el Ródano o el Po... y podría seguir y seguir y seguir.
Pero bueno, como ya he dicho, no está mal para ir de vacaciones a ciertos sitios (las playas buenas del sur de Valencia y norte de Alicante, y la capital que te la cepillas en tres días) y largarse con viento fresco en cuanto se acaban.