Si ahora mismo se acerca usted a Sol, habla en una asamblea y dice "todos" en vez de "todos y todas", puede que le abucheen por machista.
Hay muchachos que ya usan el "nosotras" para referirse a sí mismos. Otros utilizan un neutro "todes". Ni todos, ni todas: "Todes" (?).
El rincón donde puede leerse prensa se llama 'Espacio de la mentira'. Si es usted periodista, le atenderá un joven que habrá terminado sólo horas antes el "curso de formación de portavoces".
Se vota la abolición de los toros. Se vota la protección de las focas de Alaska. Se intenta que se vote el canje de dinero por conchas de colores. "Tenemos que provocar un cambio mundial", se escucha.
Se vigila que los mendigos no revendan el agua que, gratuitamente, se reparte en el poblado. Se denuncia que el asentamiento está repleto de "infiltrados". Todo lo que sucede está meticulosamente vigilado (nótese el participio) por la Comisión de Respeto (nótese el sustantivo).
Ya hay comisión de Espiritualidad, con un gurú de yoga y reiki. También hay comisión del Amor. En breve, alguno abrirá un concesionario de coches eléctricos o un McDonalds vegano en el poblado. Lo predigo: dales dos meses y montan un Corte Inglés libertario. En vez de desalojarles, la Policía tendrá que expropiarles. Al tiempo.
Así, tan participativa como naif, es la República Popular de 'Solgrado'. Lo que empezó como una sentada reivindicativa y abierta a todo credo político se ha convertido en un Port Aventura revolucionario, un Vaticano progre, una especie de Cañada Real política, una Babilonia buenrrollista. Una comuna por momentos proselitista.
El 15-M fue un milagro de participación, un chispazo de verdadera, mágica horizontalidad. Todos queremos una democracia mejor. Algunos, además, quieren una Christiania a la española, una Calcuta hippie en pleno centro de Madrid. No tienen perro ni flauta, pero llevan años leyendo manuales de organización revolucionaria, estudiando doctrina de organización asamblearia. No quiero ser un ladrillo en la pared del sistema, pero tampoco en la de los antisistema.
George Orwell escribió en 1945 'Rebelión en la granja'. En ella, un grupo de animales expulsa al humano que les tiraniza y toma el poder de la granja... Para terminar repitiendo todos y cada uno de sus vicios.
Traduzco: vale, hemos tomado la calle y les hemos gritado sus vergüenzas a la cara. Ahora, ¿vamos de verdad a conseguir algo políticamente, o nos conformamos con tocar los bongos en el careto de Esperanza Aguirre? Item más: ¿vamos a perseguir objetivos factibles y serios, o tendremos que ver cómo la Policía desbroza Acampada Sol a leches, desvirtuando y criminalizando lo que fue una ola de ilusión?