Me llama la atención esa presión de la que habláis, la obligación de tener pareja porque os lo exige el entorno. No sé en qué círculos os movereis pero vamos, salvo abuelos y demás familiares de la vieja guardia (60+) jamás se han metido conmigo por no tener pareja durante los largos periodos que he estado sin. Tal vez en la adolescencia, cuando los más aventajados empiezan a tener sus primeros roces con el sexo femenino, uno teme ser el único que no ha besado a una chica o el único que no la ha metido en caliente pero ahí termina la cosa.
Evidentemente si tienes 35 años y estás (tiremos de estereotipos) gordo, blanco como un cangrejo de cueva, vistes camisetas de J!inx con lamparones de lefa seca y cuando vas al supermercado tu carrito no contiene nada de IG inferior a 75, el no tener o no haber tenido nunca pareja es un síntoma más de tu nulidad como ser social. Es un agravante, la prueba final de que algo falla.
Imaginemos el caso contrario. Alguien con 35 años, con cierto éxito laboral, ni tan siquiera guapo pero sí que se mantenga en forma y unas habilidades sociales estándar. A poco que tenga dos dedos de frente puede convertirse en un "solterón de oro" e incharse a follar.
¿Presión social? Los cojones.