Me estoy follando a una VIEJA. No me arrepiento.

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La vieja durmió con las bridas y el antifaz y sin rechistar, porque desde que le dije que se callase no había vuelto a hablar salvo para gemir. Abrí un ojo y sentí tentacion de empezar a follarla ya, pero me había lefado en ella antes de dormir y olía a sexo y a mi marca.
Aunque habiamos dormido en bolas, la estufa estaba a todo meter al lado del colchón, y estábamos sudados y pegajosos.
Decidí irme a duchar y a airearme un poco. Pero entonces la vi, ahí dormida, y decidí ser un poco cabron y despertarla, pero antes le eché la primera de las foros. Después me arrodillé al lado de su cara y le empecé a pasar la polla por los labios. Se despertó con los huevos en la frente y la cara llena de líquido preseminal. Como una perra oliendo embutido. En cuanto se espabiló un poco abrió la boca, y a ciegas empezó a tantear el aire buscando nepe. Moría de ganas por una buena mamada, pero me divertía más retirarse la de los labios cuando ya casi la tenía dentro, y seguir dándole un repaso por su rechoncha cara mientras le endurecía poco a poco.
Decidí reservar fuerzas y me levanté, la cogí del pelo y las bridas y la incorporé.
Le conduje por el pasillo hacia el baño, para que hiciese lo que necesitase, se asease, se duchase, y se arreglase pars el nuevo día.
Sin ver, se tropezaba. Iba desnuda y descalza, y fuera del salón hacia frío. Me iba chocando con ella a casa paso. Creo que lo hacía adrede, pero no lo se. El caso es que cada vez que me rozaba el culo, me ponía más bruto. Así que la gire violentamente en el pasillo, la empotre con la espalda contra la pared, le levanté una pierna para dejar el potorro accesible. Sin piedad y con gran ímpetu se la clave en mitad del pasillo, contra la pared.
Ras, ras ras. No fueron más embestidas que las que se cuentan con los dedos de las manos, pero le llegue con el pene al corazón de la empalada que le di. Podría haber durado más, pero no me interesaba. Solo quería descargar. Eso hice en cuanto me apeteció. Ella se quedó quieta, chorreando mi chele entre las piernas y jadeante. Se iba a quedar a medias, que yo ya estaba listo. Avanzamos unos pasos más hasta el baño y la eche ahí de un empujoncillo. Cogí las tijeras y le corté las bridas. Le dije que disponía del tiempo que quisiese, pero que se quedase como nueva.
Y yo me fui a la cocina, preparé desayuno para los dos y café, y me salí con una manta a desayunar fuera en el patio trasero. Hacía solecillo y frío matutino. No sabía que hora era, pero rondarían las 9 de la mañana. Mientras comía, valoré la idea graciosa de mantenerme sin duchar los días que faltaban y obligar a la vieja a resistir, pero me pareció cruel sin necesidad.
Así que, como solo había un baño en la planta de abajo, entre de nuevo en la casa y fui directo al baño.
Y la vieja estaba en la ducha, aclarándose el pelo, sin antifaz y sin atar, pero aún mía. Me miró a través de la mampara y supo que le tocaba recibir de nuevo. Y obediente se preto las tetas contra el cristal y me invitó a entrar. Por primera vez desde que llegó, podía verme y yo verle la cara. Tenía los ojos tibios y sabía que lo del pasillo la había dejado en la cresta de la ola, aunque hubieran sido unas pocas ensartadas.
Y pensé que se merecía un premio y una recompensa. Me metí en la ducha con ella, y la llevé contra la pared. La bese un rato. Me excita pensar que estoy besando una boca que me saca tantos años. Ya lo sé, filias raras. Baje y le lami las peras, entre las que corría el agua de la ducha. Baje aún más y le lamí la tripa, a decir verdad, un poco más pasada de peso que cuando empezamos a follar. Tampoco me molestó. Más carne follable. Se iba estremeciendo cada vez más. Me puse de rodillas y metí la cabeza en sus piernas, hundiendole la nariz y la lengua en su chocho, gordo y generoso. Se habia ganado una recompensa, y lamí como si me fuera la vida en ello. Disfrutando cada pliegue carnoso, el clítoris palpitante, los salados efluvios que se confundian con el agua y que poco a poco iban a mas. Me preto entre sus muslos, aún de pie, y me acariciaba el pelo afanosa. Gemía mucho, tanto que pensé que le iba a dar un parraque...hasta que petó, y tuvo uno de los órgasmos más bestias que le recuerdo. Se escurrió por la pared hasta el suelo de la ducha entre convulsiones y quedó ahí, jadeando.
Yo, triunfante y cachondo, aproveche su debilidad para follarme la boca de la vieja contra la pared. Al principio estaba demasiado ko como para hacer algo más que no fuera ofrecer un simple orificio, pero luego empezó a hacer su magia y contribuir activamente.
Pack completo de técnicas, hasta que le explosioné en la boca. Como sabéis, la lefa adquiere una textura rara, grumosa y condensada cuando se mezcla con agua. Tuvo que hacer gárgaras para tragar, pero cumplió.
Después estuvimos un tiempo indeterminado bajo el agua, los dos medio alelaos, mirándole las berzas. Sigo flipando con su tamaño, peso y consistencia. Es un portento natural.
Le dije que me limpiase y me enjabonase, y me dio un masaje completo, limpiándome a fondo cada rincón del cuerpo.
El agua empezaba a salir templada y decidí salir. Le dije que siguiese con lo suyo y que se pudiese sexy y limpia. Le lleve el desayuno mientras acababa asearse y me eché en el colchón del salón a jugar con la play mientras terminaba.
Me llamó al rato. Fui, abrí la puerta, y ya llevaba el antifaz puesto. Se había puesto lencería cara de la maleta y se había pintado los labios de rojo puta. Al verme entrar, junto las muñecas y las levantó. Pedía brida. Me había olvidado. Volví al salón, las cogí y la maniate una vez más. La lleve al salón y nos tumbamos en el colchón. Yo estaba saciado por el momento y necesitaba esperar a que se me bajase un poco la inflamación del pito. Al follarle la boca en la ducha me había pasado de impetuoso y algún roce con los dientes había tenido ( culpa solo de mi ansia). Así que pasamos el medio día sin mucho más sobre salto. La senté entre mis piernas, tumbada. Su cabeza a la altura de mi pecho. Sus manos, maniatadas en la espalda, se aferraron a mí cipote, que iba y venía en sus erecciones. Yo trataba de reprimirlas jugando a la play con el mando sobre sus tetas, rodeando su cabeza con los brazos. A veces con más éxito, otras menos. La perfección: alternar el retorno del rey para ps2 con el pro5 mientras una cerda sin voluntad está a tu disposición para cualquier marranada que consideres. Soy afortunado, y el que no quiera o no pueda entenderlo se está perdiendo una gran parte de la vida. Vuelvo a insistir: una tía así da igual la edad que tenga o el físico que tenga. Lo único que importa es que se deje hacer TODO. Y además, mi filia por la señora madura lo mejora todavía más. Y entre esos pensamientos y ocios, anocheció, sin más folladas destacables por ese día. Me la habria follado una vez más por la noche , pero necesitaba dejar descansar a mi polla, que iba magullada, y quería aprovechar el día siguiente.
Y en efecto, lo aproveché. El tercer día en otro momento. Anticipo: alcohol y porros para los dos en cantidades ingentes.

Pues llegado a este punto, te propongo que organices una sesión homenaje a este santo foro, escribiéndole "puta" en una teta y "locura" en otra, colocando mensajillos foriles junto a ella en poses grotescas y que compartas con nosotros las fotos del evento.
 
Yo veo ahí un bukake organizado por Jits de manera urgente. Por supuesto, con la asistencia de Ferris, que llevaría fartons.
 
Colaborar con el MVP del año en el sucforo sería para llevarlo con orgullo y con una estrellita en la chaqueta.
 
En cuanto pueda un rato sigo con el resto de días, pero no quiero encenderme rememorando porque necesito guardar energía.
Me acaba de llamar la vieja para decirme que está hablando con la francesa que me follé en verano y que vendrá en navidades. Se quedará unos días en mi casa. Con el marido cornudo no se qué cojones piensa hacer, pero en casa no entra, solo la putilla gabacha. Dos guarras para mí solo...uff...
A ver si logro liar a la vieja para que interactúen. Ha vuelto a insistir que no es bollera ni le mola el pescado, pero yo creo que si está lo suficientemente cerda y obediente, aunque sea dejarse hacer algo por la francesa, aceptará.
 
En cuanto pueda un rato sigo con el resto de días, pero no quiero encenderme rememorando porque necesito guardar energía.
Me acaba de llamar la vieja para decirme que está hablando con la francesa que me follé en verano y que vendrá en navidades. Se quedará unos días en mi casa. Con el marido cornudo no se qué cojones piensa hacer, pero en casa no entra, solo la putilla gabacha. Dos guarras para mí solo...uff...
A ver si logro liar a la vieja para que interactúen. Ha vuelto a insistir que no es bollera ni le mola el pescado, pero yo creo que si está lo suficientemente cerda y obediente, aunque sea dejarse hacer algo por la francesa, aceptará.

Por qué no las ordena dejarle la casa como una patena y la nevera llena de tuppers?
 
Enhorabuena amijo, ya estás en el siguiente nivel.
 
En cuanto pueda un rato sigo con el resto de días, pero no quiero encenderme rememorando porque necesito guardar energía.
Me acaba de llamar la vieja para decirme que está hablando con la francesa que me follé en verano y que vendrá en navidades. Se quedará unos días en mi casa. Con el marido cornudo no se qué cojones piensa hacer, pero en casa no entra, solo la putilla gabacha. Dos guarras para mí solo...uff...
A ver si logro liar a la vieja para que interactúen. Ha vuelto a insistir que no es bollera ni le mola el pescado, pero yo creo que si está lo suficientemente cerda y obediente, aunque sea dejarse hacer algo por la francesa, aceptará.

Pues ya sabes, tocaría guiño/homenaje a este foro... y si ya son las dos sube usted a los altares
 
Continuo lo que deje a medias. Pero voy a ir más al grano.
El tercer día desperté de un cosquilleo en las pelotas. Era la vieja, que me lamia patéticamente con la cabeza a la altura de mis bolas y las manos aún atadas en la espalda. No se cómo pudo dormir la pobre mujer en esas circunstancias, pero me olvidé de ponerla en una posición más cómoda o de soltarselas por la noche. Creo que estaba incómoda, y por eso decidió llamar la atención sin salirse del papel, porque aún no había amanecido. Así que, buena ella, en lugar de decirme que se lo quitaste, que estaba hasta los huevos, me chupó las pelotas. Yo, que soy un caballero, agarré el cuchillo que estaba en los platos de la comida del día anterior, en el suelo junto al colchón, y le corté las bridas condición de que me hiciese una cubana. Dicho y hecho. Posó sus cántaros sobre mi cipote e hizo su magia. Cuando la polla entra en ese canalillo no sale por el otro lado. Demasiada ubre abrazandome el rabo.
Le dejé hacer sin mucha intromisión. Dudé de si quitarle el antifaz para ver la cara de cerda decadente que tiene cuando chupa, o dejarselo puesto. Decidí no se merecía ver nada. Siguió y siguió y el sol seguía sin salir. Pensé dejar que siguiera hasta la hora de comer, pero se me escapó el chorro en uno de sus enérgicos zambombazos. Estuvo rápida y se llevó el cipote a la boca antes de que se desperdiciarse mucho. Y así, con la cara lefada y la boca chorreante, me pidió ir al baño a ducharse y lavarse. Que puta, no salía del papel jamás. Le dije que si, que fuese para allá pero que no tardase. Y me dormí.
Al despertar, yo tenía la cabeza sobre una de sus tetas, que hacía de almohada, y la otra me colgaba cerca de la cara. Ella olía a limpio y a recién salida de la ducha. Se había vuelvo a poner voluntariamente el antifaz y se había acurrucado a mí lado, me había puesto la cabeza en las tetas y me agarraba el cipote con las dos manos, como quién atesora algo valioso. Ya era de día. Estaba duro de pura necesidad fisiológica natural, así que me refrote entre sus manos hasta alcanzar el máximo y le abrí las patas para follarmela de lado. Le di varias vueltas y la puse de espaldas. Nos corrimos los dos, pero está vez le eche el grumo en la espalda, para limpiarlo fácil.
Vi que había dejado cosas de desayuno en una bandeja en el suelo, así que me nutri, y me fui a duchar. La dejé suelta en la cama.
Hacía un frío de mil pares de cojones en la casa y no se podía estar más que en el salón con la estufa, donde estábamos todo el rato en bolas. En el baño, vi que había sacado las cosas de su maleta. Llevaba un cipote de plástico morado (monstruosamente grande), que yo no había visto antes. Además vibraba. Lo cogí para llevarlo al salón.
Pase por la cocina y cogí un par de botellas de vino y unas tortillas de patata del Mercadona, de esas prefabricadas.
Volví al salón y ella estaba tirada en la cama dormida. Así que me puse un ratillo a leer y otro ratillo con la play. Ella también necesitaba descansar. Cuando despertó, pasaba de medio día. Llevaba el antifaz, así que le di de comer yo. Como quien alimenta un cerdo, metiéndole la tortilla en la boca medio de broma medio en serio. Y empecé a calentarme y entré tortilla y tortilla le metía la cola. Nos bebimos una botella cada uno, en muy poco rato. Al rato estaba yo tirándole tortilla por las berzas y comiendo directamente sobre ella. Y sacamos más alcohol, que entraba bien con tanto frío. Y no recuerdo mucho de esa tarde. Se que estuvimos todo el rato borrachos y fumados haciendo el cerdo de manera bastante absurda, lamiendonos comida, con penetraciones rápidas y paradas para chupar, o meterle dedos por el culo.
Ya bien tocaos, ya de noche, se que también le dije que iba al baño, pero se me puso delante, y abrió la boca, así que le me por segunda vez en mi vida en la boca. Me daría tremendo ascazo que fuera a la inversa, pero me gusta hacerlo. A ratos ella iba peor, y a ratos yo, pero no paramos. Sin fuerza ni potencia física en el cuerpo, pero cachondo mentalmente, la monté en un estado deplorable, y ella estaba tan pedo que solo se reía. Hubo varios intentos así y también le metí el dildo a traición varias veces. Fue una tarde decadente y sucia, pero divertida. No fue un polvo o una sucesión de polvos, más bien fue un juego mutuo con el cuerpo del otro.
 
Continuo lo que deje a medias. Pero voy a ir más al grano.
El tercer día desperté de un cosquilleo en las pelotas. Era la vieja, que me lamia patéticamente con la cabeza a la altura de mis bolas y las manos aún atadas en la espalda. No se cómo pudo dormir la pobre mujer en esas circunstancias, pero me olvidé de ponerla en una posición más cómoda o de soltarselas por la noche. Creo que estaba incómoda, y por eso decidió llamar la atención sin salirse del papel, porque aún no había amanecido. Así que, buena ella, en lugar de decirme que se lo quitaste, que estaba hasta los huevos, me chupó las pelotas. Yo, que soy un caballero, agarré el cuchillo que estaba en los platos de la comida del día anterior, en el suelo junto al colchón, y le corté las bridas condición de que me hiciese una cubana. Dicho y hecho. Posó sus cántaros sobre mi cipote e hizo su magia. Cuando la polla entra en ese canalillo no sale por el otro lado. Demasiada ubre abrazandome el rabo.
Le dejé hacer sin mucha intromisión. Dudé de si quitarle el antifaz para ver la cara de cerda decadente que tiene cuando chupa, o dejarselo puesto. Decidí no se merecía ver nada. Siguió y siguió y el sol seguía sin salir. Pensé dejar que siguiera hasta la hora de comer, pero se me escapó el chorro en uno de sus enérgicos zambombazos. Estuvo rápida y se llevó el cipote a la boca antes de que se desperdiciarse mucho. Y así, con la cara lefada y la boca chorreante, me pidió ir al baño a ducharse y lavarse. Que puta, no salía del papel jamás. Le dije que si, que fuese para allá pero que no tardase. Y me dormí.
Al despertar, yo tenía la cabeza sobre una de sus tetas, que hacía de almohada, y la otra me colgaba cerca de la cara. Ella olía a limpio y a recién salida de la ducha. Se había vuelvo a poner voluntariamente el antifaz y se había acurrucado a mí lado, me había puesto la cabeza en las tetas y me agarraba el cipote con las dos manos, como quién atesora algo valioso. Ya era de día. Estaba duro de pura necesidad fisiológica natural, así que me refrote entre sus manos hasta alcanzar el máximo y le abrí las patas para follarmela de lado. Le di varias vueltas y la puse de espaldas. Nos corrimos los dos, pero está vez le eche el grumo en la espalda, para limpiarlo fácil.
Vi que había dejado cosas de desayuno en una bandeja en el suelo, así que me nutri, y me fui a duchar. La dejé suelta en la cama.
Hacía un frío de mil pares de cojones en la casa y no se podía estar más que en el salón con la estufa, donde estábamos todo el rato en bolas. En el baño, vi que había sacado las cosas de su maleta. Llevaba un cipote de plástico morado (monstruosamente grande), que yo no había visto antes. Además vibraba. Lo cogí para llevarlo al salón.
Pase por la cocina y cogí un par de botellas de vino y unas tortillas de patata del Mercadona, de esas prefabricadas.
Volví al salón y ella estaba tirada en la cama dormida. Así que me puse un ratillo a leer y otro ratillo con la play. Ella también necesitaba descansar. Cuando despertó, pasaba de medio día. Llevaba el antifaz, así que le di de comer yo. Como quien alimenta un cerdo, metiéndole la tortilla en la boca medio de broma medio en serio. Y empecé a calentarme y entré tortilla y tortilla le metía la cola. Nos bebimos una botella cada uno, en muy poco rato. Al rato estaba yo tirándole tortilla por las berzas y comiendo directamente sobre ella. Y sacamos más alcohol, que entraba bien con tanto frío. Y no recuerdo mucho de esa tarde. Se que estuvimos todo el rato borrachos y fumados haciendo el cerdo de manera bastante absurda, lamiendonos comida, con penetraciones rápidas y paradas para chupar, o meterle dedos por el culo.
Ya bien tocaos, ya de noche, se que también le dije que iba al baño, pero se me puso delante, y abrió la boca, así que le me por segunda vez en mi vida en la boca. Me daría tremendo ascazo que fuera a la inversa, pero me gusta hacerlo. A ratos ella iba peor, y a ratos yo, pero no paramos. Sin fuerza ni potencia física en el cuerpo, pero cachondo mentalmente, la monté en un estado deplorable, y ella estaba tan pedo que solo se reía. Hubo varios intentos así y también le metí el dildo a traición varias veces. Fue una tarde decadente y sucia, pero divertida. No fue un polvo o una sucesión de polvos, más bien fue un juego mutuo con el cuerpo del otro.
Ya no cabe más sordidez
 
Pues cuando parecía que el sucforo iba a convertirse en un Titanic II, nuestro nuevo héroe sin capa, no solo repara todos los remaches y achica todo el agua, sino que lo mantiene a flote y lo pone en velocidad crucero.

A mi me produce una mezcla de respeto, admiración y angustia. Mi mas sincera enhorabuena.
 
Última edición:
Que grande y eso que falta por llegar la francesa, ahí sí que se puede montar una para no olvidar.
 
Que grande y eso que falta por llegar la francesa, ahí sí que se puede montar una para no olvidar.
La francesa viene el 28 por la tarde, 29, 30 y el 31 tal y como se levante me la follo y la mando a su puto país de mierda. Se quedará sola en mi casa, al marido lo deja en Francia está vez, que curra (LOL). La vieja quiere verme en acción, quiere participar y quiere estar en su casa a dos velas mientras yo me enxamo con la perra satánica esa. Espero que nos dé tiempo a las tres cosas. Deseadme suerte.
 
Continuo lo que deje a medias. Pero voy a ir más al grano.
El tercer día desperté de un cosquilleo en las pelotas. Era la vieja, que me lamia patéticamente con la cabeza a la altura de mis bolas y las manos aún atadas en la espalda. No se cómo pudo dormir la pobre mujer en esas circunstancias, pero me olvidé de ponerla en una posición más cómoda o de soltarselas por la noche. Creo que estaba incómoda, y por eso decidió llamar la atención sin salirse del papel, porque aún no había amanecido. Así que, buena ella, en lugar de decirme que se lo quitaste, que estaba hasta los huevos, me chupó las pelotas. Yo, que soy un caballero, agarré el cuchillo que estaba en los platos de la comida del día anterior, en el suelo junto al colchón, y le corté las bridas condición de que me hiciese una cubana. Dicho y hecho. Posó sus cántaros sobre mi cipote e hizo su magia. Cuando la polla entra en ese canalillo no sale por el otro lado. Demasiada ubre abrazandome el rabo.
Le dejé hacer sin mucha intromisión. Dudé de si quitarle el antifaz para ver la cara de cerda decadente que tiene cuando chupa, o dejarselo puesto. Decidí no se merecía ver nada. Siguió y siguió y el sol seguía sin salir. Pensé dejar que siguiera hasta la hora de comer, pero se me escapó el chorro en uno de sus enérgicos zambombazos. Estuvo rápida y se llevó el cipote a la boca antes de que se desperdiciarse mucho. Y así, con la cara lefada y la boca chorreante, me pidió ir al baño a ducharse y lavarse. Que puta, no salía del papel jamás. Le dije que si, que fuese para allá pero que no tardase. Y me dormí.
Al despertar, yo tenía la cabeza sobre una de sus tetas, que hacía de almohada, y la otra me colgaba cerca de la cara. Ella olía a limpio y a recién salida de la ducha. Se había vuelvo a poner voluntariamente el antifaz y se había acurrucado a mí lado, me había puesto la cabeza en las tetas y me agarraba el cipote con las dos manos, como quién atesora algo valioso. Ya era de día. Estaba duro de pura necesidad fisiológica natural, así que me refrote entre sus manos hasta alcanzar el máximo y le abrí las patas para follarmela de lado. Le di varias vueltas y la puse de espaldas. Nos corrimos los dos, pero está vez le eche el grumo en la espalda, para limpiarlo fácil.
Vi que había dejado cosas de desayuno en una bandeja en el suelo, así que me nutri, y me fui a duchar. La dejé suelta en la cama.
Hacía un frío de mil pares de cojones en la casa y no se podía estar más que en el salón con la estufa, donde estábamos todo el rato en bolas. En el baño, vi que había sacado las cosas de su maleta. Llevaba un cipote de plástico morado (monstruosamente grande), que yo no había visto antes. Además vibraba. Lo cogí para llevarlo al salón.
Pase por la cocina y cogí un par de botellas de vino y unas tortillas de patata del Mercadona, de esas prefabricadas.
Volví al salón y ella estaba tirada en la cama dormida. Así que me puse un ratillo a leer y otro ratillo con la play. Ella también necesitaba descansar. Cuando despertó, pasaba de medio día. Llevaba el antifaz, así que le di de comer yo. Como quien alimenta un cerdo, metiéndole la tortilla en la boca medio de broma medio en serio. Y empecé a calentarme y entré tortilla y tortilla le metía la cola. Nos bebimos una botella cada uno, en muy poco rato. Al rato estaba yo tirándole tortilla por las berzas y comiendo directamente sobre ella. Y sacamos más alcohol, que entraba bien con tanto frío. Y no recuerdo mucho de esa tarde. Se que estuvimos todo el rato borrachos y fumados haciendo el cerdo de manera bastante absurda, lamiendonos comida, con penetraciones rápidas y paradas para chupar, o meterle dedos por el culo.
Ya bien tocaos, ya de noche, se que también le dije que iba al baño, pero se me puso delante, y abrió la boca, así que le me por segunda vez en mi vida en la boca. Me daría tremendo ascazo que fuera a la inversa, pero me gusta hacerlo. A ratos ella iba peor, y a ratos yo, pero no paramos. Sin fuerza ni potencia física en el cuerpo, pero cachondo mentalmente, la monté en un estado deplorable, y ella estaba tan pedo que solo se reía. Hubo varios intentos así y también le metí el dildo a traición varias veces. Fue una tarde decadente y sucia, pero divertida. No fue un polvo o una sucesión de polvos, más bien fue un juego mutuo con el cuerpo del otro.
Me duele la polla de leerte.
 
Me duele la polla de leerte.
A veces tengo que parar porque la llevo físicamente destruida. Literalmente en carne viva o inflamada. O ella el chocho/ojete.
En el momento da igual porque puede más el vicio, pero cuando se enfría todo, los días siguentes suelen ser dolorosos e incómodos.
 
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