Esta mañana, aprovechando que había cogido el día de hoy para asuntos propios, fui a pasear al parque y estuve meditando detenidamente sobre este tema. Cada vez estoy más convencida de que aquello que en un principio atribuí a una secreción de glándula ajena, era en realidad mi propia bilis. Exceso de bilis provocado por la impotencia de saber que nunca seré libre. De que nadie me obliga a lo que estoy viviendo, pero que no existe para mí otra opción. Todavía me queda mucho camino por recorrer. Como dijo Moz, "it's so easy to laugh, it's so easy to hate, but it takes guts to be gentle and kind".
Saludos.