Main man
Limpia, fija e invita a putas a coca-colas
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- A los señores mayores con pelucón. Primero, porque el 90% cantan como una almeja, se les ve a la legua y más que una peluca suele parecer un gato muerto. Y segundo, porque me pregunto "¿para qué coño se pone peluca un individuo que está casi en los 70, casado y con nietos y que hace 50 años que no va a una discoteca/guateque/boite a arrimar?". No te jode? Y no vale "ay, déjalos, que si ellos se ven mejor así, pues están en su derecho". Y una puta mierda. Un abuelo con un gato muerto en la cabeza es IMPOSIBLE que se vea mejor a sí mismo a no ser que esté completamente mochales.
- La gente que en el aeropuerto se pone a pegar voces con su teléfono móvil. Hace años aún servía para vacilar, cuando móvil sólo lo tenían cuatro, pero ahora, que hasta los recién nacidos se están bajando los putos juegos del Club Zed de mierda, no sé a qué coño viene. Y también odio a los que se están levantando del asiento y comienzan a mirar insistentemente el móvil para ver si les ha llamado Condolezza Rice, no te jode. Se piensan que en el trayecto que dura el puto puente aéreo, el mundo va a haber cambiado porque ellos no estaban vigilando o que su ex novia le ha llamado cuando sobrevolaban Guadalajara para decirles que dejan al Jacobode turno porque quieren volver con ellos.
- Los que no devuelven el saludo. A ésos especialmente los sumergía en un barril de ácido. No soporto a gente madura que son incapaces de contestar un "buenos días" (de bakalas y jennys, que se creen de vuelta de todo, ya hablaremos ). Más de una vez me he girado para decirles "gilipollas" en voz alta. Pero no tienen huevos de devolverme la mirada.
- A las tías que te llaman inmaduro. Con eso me hierve la sangre. Si en la treintena no tienes pareja formal, los niños pequeños te la pelan o al menos no pierdes el culo detrás de ellos, te gusta salir de fiesta y cogerte una buena turca, hacer el mamarracho y reírte con los amigotes, eres un inmaduro. Suelen ser las mismas que se gastan miles de pelas (en leuros que cuente Solbes) en potingues para su belleza facial con tal de tratar de disimular su apabullante madurez, y que caen en llanto en cuanto no pueden aparcar un Clio en el lugar en que cabría el Queen Elizabeth IV.
- La gente que en el aeropuerto se pone a pegar voces con su teléfono móvil. Hace años aún servía para vacilar, cuando móvil sólo lo tenían cuatro, pero ahora, que hasta los recién nacidos se están bajando los putos juegos del Club Zed de mierda, no sé a qué coño viene. Y también odio a los que se están levantando del asiento y comienzan a mirar insistentemente el móvil para ver si les ha llamado Condolezza Rice, no te jode. Se piensan que en el trayecto que dura el puto puente aéreo, el mundo va a haber cambiado porque ellos no estaban vigilando o que su ex novia le ha llamado cuando sobrevolaban Guadalajara para decirles que dejan al Jacobode turno porque quieren volver con ellos.
- Los que no devuelven el saludo. A ésos especialmente los sumergía en un barril de ácido. No soporto a gente madura que son incapaces de contestar un "buenos días" (de bakalas y jennys, que se creen de vuelta de todo, ya hablaremos ). Más de una vez me he girado para decirles "gilipollas" en voz alta. Pero no tienen huevos de devolverme la mirada.
- A las tías que te llaman inmaduro. Con eso me hierve la sangre. Si en la treintena no tienes pareja formal, los niños pequeños te la pelan o al menos no pierdes el culo detrás de ellos, te gusta salir de fiesta y cogerte una buena turca, hacer el mamarracho y reírte con los amigotes, eres un inmaduro. Suelen ser las mismas que se gastan miles de pelas (en leuros que cuente Solbes) en potingues para su belleza facial con tal de tratar de disimular su apabullante madurez, y que caen en llanto en cuanto no pueden aparcar un Clio en el lugar en que cabría el Queen Elizabeth IV.