Hilo muy apropiado.
Retrocederé en el tiempo hasta hace dos años y medio. Un amigo del grupo anunciaba que se casaba con una que pescó que pasaba por allí. Era el primero. Yo por entonces estaba bastante aislado del grupo y dije que ni de coña iba a la boda, que no me gustan, me agobian, me parecen una cosa innecesaria y arcaica. Esperaba que fuese razonable. No lo fue. Algunos meses después me lo volvió a preguntar, como si se le hubiese olvidado mi NO rotundo. Me dijo que dejase de hacer el bobo, que me dejase de chiquilladas y asistiese. Yo le dije que ni de coña, pero que no se enfadase, que entendiese mis razones. Dijo que lo comprendía. "Tu sabrás, haz lo que quieras". Llegó el verano de la boda y coincidió con mis vacaciones meticulosamente planeadas el año pasado, así que aun obligado no hubiera podido asistir. A pesar de que expuse mi odio y rechazo a las bodas y que finalmente ni quería ni físicamente podría haber asistido, siempre me ha guardado inquina por ello y me ha lanzado varias pullas y dardos envenenados. En mi sincera opinión, me parece una actitud egoísta por su parte. Que yo deba ir a su boda si o si, sin que lo que yo quiero o no quiero, y mis circunstancias, le importen una mierda.
Cabe mencionar también que para suavizar la situación les dije a los colegas que para cualquier cosa que planeasen como regalo (dinero) me tuviesen en cuenta. Pasó el tiempo y me enteré de que a todos se les había olvidado y en la boda le habían dado el regalo conjunto (cuenta bancaria con pasta y una cinta de vídeo con cochinadas y números ocultos) sin contar conmigo, por lo que supongo que a ojos de la pareja quedé como un gitano que no va a la boda por no soltar la guita. Todo es genial, amigos.
Bien, mi mas longevo colega se casa en dos semanas y en este mismo momento estará vestido de mamarracha en su despedida de soltero. Inicialmente le dije lo mismo, que no pensaba ir ni de puta coña. El dijo que le parecía bien y que lo entendía, pero a unas semanas del evento insistió en quedar conmigo solo para darme la invitación, sabiendo por adelantado que yo, en teoría, no pensaba ir. Como era de esperar aprovechó para hacerme razonar y convencerme, otra vez pasándose por los huevos lo que yo realmente quisiese aunque con mas tacto que el arriba mencionado. Al final le dije que me pensaría el asistir solo a la misa y no a toda la cochambre posterior.
Finalmente le dije que asistiría SOLO A LA MISA y eso voy a hacer, pero sin duda lo que va a ocurrir es que una vez allí me van a intentar convencer para ir a la comida y todo lo que va antes y después, y no solo lo harán por las buenas, sino que espero pullas, ataques personales y todo tipo de juego sucio y actitudes egoístas contra mi. Para terminar de joder la marrana me he asegurado de dejar claro que voy a participar en el regalo económico. Para que no quede duda de mi dignidad. Así que voy a ir a la boda en contra de mi voluntad, y voy a soltar la pasta, pero no voy a ponerme gocho en la comida ni voy a zanganear con las amigas de la novia después. Peor jugado imposible.
Como colofón pasé un fin de semana metiendo horas en el diseño de las camisetas que llevan ahora mismo en la despedida de soltero, y se lo pasé a un amigo. Ayer les pido por Whatsapp que se hagan una foto luciendo las camisetas en las que había invertido bastante tiempo, y ahí esta la respuesta del primer casado, llena de inquina. "Pides demasiado".
No me digáis que no es como para darle una hostia.