Por seguir con la historia, una vez se acabaron las clases, y empezaba el trabajo de campo, nos fuimos a una cafeteria cercana
para tomar algo ligero, y como mucho, una cerveza. Nada de alcohol, el resto de la noche. Esa era una regla sagrada, para estar lúcido y con la mente despejada, preparado para el juego.
Ahi cada cual se fue juntando con quien lo parecia, lo que daba una idea de la desorganización, al no ser un grupo aglutinado.
Yo me fui con el funcionario, un tipo de unos cincuenta, que me confesó "que él ya no estaba para esas historias". Se habia apuntado, sin demasiadas expectativas, quemado de circuitos singles, chats, redes sociales,ect.. con tias mayores quemadas por traumas con sus "ex", problemas con sus hijos.. después de más 20 años de matrimonio, su mujer lo habia dejado "porque se habia acabado el amor", e intentaba rehacer su vida.
Se despidió del grupo, cada vez quedábamos menos, los dos chavales (treinta y muchos, como yo) se decidieron ir a sargear por su cuenta,esos eran los que estaban en el rollo aven, y le habian discutido a nuestro mentor, el enfoque que le daba al juego (aunque curiosamente eran los que más tomaban notas) y la psicóloga (que intuia habia estado liada con nuestro instructor) estaba discutiendo con éste. Le reprochaba algo, en una mesa al fondo...
En cuanto al ayudante (el wingman), que no habia abierto la boca, y cada poco nos enchufaba la música, nos dijo que no nos preocupáramos, ante la observación de un chaval muy timido (yo compartia su mismo temor) de que podiamos meternos en problemas, si alguna de las chicas del set que abórdaramos, tenia novio. Practicaba wing tsun, desde hacia varios años, y si habia algún problema estaria al tanto. Hasta insistió en enseñarnos un par de trucos, como lanzar los puños en movimientos circulares muy rápidos...
Lo curioso, es que luego apenas lo vimos el resto de la noche, y maxime cuando a punto estuvimos de que nos ostiaran, más tarde, y el tipo apareció cuando todo habia pasado (tuvo que irse por algo muy urgente, a saber...)
Nos fuimos de la cafeteria, después de las deserciones, sólo quedaban un chaval muy timido, que apenas hablaba e iba con otro que le dio un ataque de ansiedad, cuando realizábamos la respiración holotrópica (deduje que tomaba medicación, porque el sevillano le invitó a una clara, y dijo que no podia beber ni una gota de alcohol), el sevillano, que a sus sesenta y pico años, se acababa de jubilar , y estaba feliz, porque no tenia que aguantar ni a su mujer (se habia divorciado, y al contrario que el otro, parecia haberle rejuvenecido) ni al jefe.
Estaba el gordito, que me tocó de wingman, y me las hizo pasar canutas. Era un tipo muy muy obsesivo y testarudo, y había tenido un problema con una compañera de curro, en el almacén, por que la tia iba apretada y se habia rozado con él, y el habia intentado arrimarse, y ella lo amenazó con quejarse al jefe, si no la dejaba en paz. Estaba muy rallado con esta tia, y le aconsejé que pasara de ella, y fuera a desfogarse con una sacerdotisa de venus.
Me contestó que queria decirle. Nada, le repliqué, que irse de putillas alguna vez, es bueno. Montó en cólera, y me soltó un
discurso acalorado; el nunca pagaria por follar, no lo necesitaba, podia haberse follado a muchas tias, pero en el curro le tenian puteado, apenas tenia tiempo, y volvió a la rallada de su compañera de trabajo..
Mientras, nos ibamos acercando a unos baretos de copas, que fueron una nefasta elección...