Benito
"Gracioso" a base de fórceps
- Registro
- 13 Jul 2003
- Mensajes
- 57.663
- Reacciones
- 9.565
Victor I rebuznó:Como, este nuestro sacrosanto Foro, esta lleno de anglófilos y anglófonos, con o sin razón, y la pusilanimidad y la diplomacia son mis señas de identidad, me reservo mis afiladas florituras y dejo sin sanción a todos aquellos que en lugar de decir "fulana con pintas" dicen "it girl", que llaman "must have" al uniforme de la temporada o que prefieren disimular y se refieren a un chapero de lujo como "toy boy". En su lugar, como aún queda muchos huecos en este proemio ladrillil, vamos con una moda, que lejos de soliviantarme me estimula y que propongo generalizar hasta su hegemonía total. Del latín y sus expresiones llenas de axiomas hablo. Imprescindibles e inmejorables. Un ejemplo que en un hilo vecino se usa con dolorosa frecuencia es el siempre inevitable requiescat in pace. No es lo mismo que un descanse en paz. Un descanse en paz es irresoluble. El muerto muerto está y de nada le sirve. Jamás le sirve de consuelo ni tiene noticia de un descanse en paz. Pero un requiescat in pace es otra cosa, tiene conexión directa con el Más Allá. Te desean un requiescat in pace, y aún muerto, lo agradeces, te llega desde la otra orilla de la Laguna Estigia. El latín tiene estas cosas, que es capaz de atravesar dimensiones, de excitar determinadas partes de la pisque de las vivos y de los territorios de ultratumba de los difuntos.
ILG, gran aficionado, con todo el dolor de su sufrido corazón, al tempus fugit, tienes tres opciones para responder cuando le reclaman su localización. Me fío de su buen criterio y sin duda responderá algo así como "En Londres, cerrando negocios interplanetarios y follándome modelos entre contrato y contrato". Podría en cambio decepcionarnos y ser de aquellos que dicen "En London, you know, haciendo bussines y fucking full too much in the night, yeaaahhhh". Pero si quiere que en Buckinghan Palace le reciban entre fanfarrias y lacayos con charreteras y que Doña Isabel le pregunte con o sin leche a la hora del te, su mejor opción sería sin duda responder "En Londinium, tratando con piratas, libertos oscuros y pakis insufribles. Es terriblemente incómodo, que duda cabe, tener que entablar relaciones son semejantes felones y malandrines, pero bueno, citando a Vespasiano te diré que pecunia non olet, jejeje, soy un pequeño bribón, lo sé. Las malas costumbres de estas tierras están erosionando de manera impropia mi recio catolicismo. En cuando gane otro millón más, lo que va a suceder in icto oculis, regreso a España."
Para no envanecerse en exceso al dejar a su espalda la Pérfida Albión, con las bodegas rebosantes de sestercios, ases y denarios, el latín puede ofrecerle también remedio. Hay dos frases que le previenen imperativamente de todo lo fatuo. Memento mori y, ya dentro de nuestro macabro barroquismo,Finis gloriae mundi.No hay argumentos frente a estas dos advertencias irrebatibles. Nos vamos a morir y todo lo terrenal es un lastre intrascendente. El latín, nuevamente, lo resuelve todo y nos obliga a la excelencia. Hablar, pensar y escribir en latín nos aclara y mejora, nos deshollina la chimenea y las mejores ideas acuden a nuestra imaginación. Pero sobre todo, con el latín como parapeto, la cuestión fundamental de nuestra existencia resulta más digestiva. Dentro de un columbario en Pompeya, camino de la Casa de los Misterios, vi escrito mi epitafio y el mejor de los deseos: Sit tibi terra lebis,...que la tierra te sea ligera.
Cabrones, le animais a clavarse ladrillos y se viene arriba, cual arturo vals cuando alguien le rie una gracia
