¿A quién no le ha pasado que se le acerquen orcos? Yo siempre quedo con ellos al día siguiente
Ya no es que fueran sólo orcos, es que encima no tenían tema de conversación ni imaginación.
Dos ejemplos.
Me presentan a un personaje que siempre se despelotaba en un bar, un bar de estos de primera hora de la noche donde todavía hay demasiada luz y donde la gente se reúne a tomarse un par de cervezas en plan tranquilo. Me quería ligar a un amigo suyo (que me ligué

) pero primero se me acercó el orco. No voy a describirle, eso sí, siempre estaba borracho. Mientras hablaba con él me dio las gracias por ser atenta y educada con él. Su victimismo y su moral a la altura del barro salieron a la luz entre los efluvios del alcohol, sin darse cuenta de que mi mirada le traspasaba por detrás para cruzarse con la de su amigo el guapo, que también me miraba. De repente, me dijo algo con lo que conseguí deshacerme de él.
Orco: -Trabajo como informático.
(Mi mente iba a la velocidad de la luz en esos momentos para inventarme una excusa con tal de acercarme a hablar con su amigo y que el orco me dejara en paz).
Yo: -Oye, pues ahora que lo dices tengo el ordenador que no me va bien. Me cambia la fecha y no sé por qué es.
Orco: -Será la pila, ¿no sabes que hay que cambiarla cada cierto tiempo?
Yo: -¿Me la cambiarías?
Orco: -Claro que sí.
Yo: -Pero... como somos "amigos" ¿me lo harás gratis?
Orco: -Bueno, depende...
Yo: -Toma la dirección (del Colegio Mayor de monjas donde había estado anteriormente y que por suerte ya no estaba en él). Es un Colegio Mayor. En portería pregunta por XX (nombre inventado en plan guasa). Ya haremos cuentas sobre el pago
A la semana siguiente me viene diciendo que en ese colegio mayor no había ninguna chica con el nombre que yo le había dado.

Espero que al menos se diera cuenta del vacile.
2º ejemplo: Estábamos tres amigas bailando en una discoteca a última hora de la noche. Cerca estaba una de las barras y en ella tres bichos que ¡a saber de dónde habían salido! El más alto miraba a una de mis amigas haciéndole gestos raros con la cara. Yo les dije que nos fuéramos a otro lado de la discoteca porque pasaba de hablar con esos personajes.
Ellas: "¿No te apetece vacilarles?". Y yo les dije que no, así que me di la vuelta hacia la pista y seguí bailando. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando me tocan el hombro! Me doy la vuelta y me encuentro con unas gafas del Cuaternario que me miran fijamente y oigo una voz de pito que me dice: "Hola". Me quedé loca. Veo a mis amigas muy enfrascadas en la conversación con los otros, pero estaba segura de que se reían de ellos (como así fue).
Yo: -¿Qué quieres?
Él: -Hablar contigo.
Yo: -No quiero hablar, ¿no ves que estoy bailando?
Él: -Es que no sé bailar (cosa que yo ya suponía).
Yo: -¿Vienes a ligar conmigo?
Él: -Noo, bueno, yo... (si hubiera habido más luz estoy segura de que aquí se puso como un tomate).
Yo: -Mira, vale, mañana quedamos. Acuérdate de mi dirección y pásate a tomar café, tú solo, sin tus amigos, y veamos lo que puede hacerse.
(Dirección falsa pero que sonó creíble porque di el nombre de una calle conocida).
Hablé con mis amigas, les hice aprenderse la misma dirección y les dijeron lo mismo a los otros. Nos despedimos con un "Hasta mañana" y nos largamos.
Odio que se me acerquen personajes así. No son bienvenidos, aunque me cuesta poco deshacerme de ellos 8)