snow
Freak
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- 13 Dic 2003
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Hay una belleza que es la que te muestra la tv y te vende la publicidad como posible; esa es mentira.
Hay otra belleza que es la que pasea por las calles de tu ciudad y está compuesta por más de cien imperfecciones y un millón de no-se-qués que la hacen tremendamente hermosa; esa es la verdadera.
Los hombres normales no son todos altos y atractivos, no suelen tener marcados abdominales y voz sensual e invitadora pero son de verdad y, si les besas, se les enciende el cuerpo.
La mujeres normales no tienen cutis de alabastro imposible y medidas de muñeca rubia americana sobredimensionada en deseos e infradotada en realidades pero, si las abrazas, les arde el corazón.
Esas personas que los medios nos muestran como ideales son plantas de plástico en un invernadero; tan bonitas como absurdas.
La verdadera belleza siempre ha residido en el mismo sitio; en la verdad.
Hay otra belleza que es la que pasea por las calles de tu ciudad y está compuesta por más de cien imperfecciones y un millón de no-se-qués que la hacen tremendamente hermosa; esa es la verdadera.
Los hombres normales no son todos altos y atractivos, no suelen tener marcados abdominales y voz sensual e invitadora pero son de verdad y, si les besas, se les enciende el cuerpo.
La mujeres normales no tienen cutis de alabastro imposible y medidas de muñeca rubia americana sobredimensionada en deseos e infradotada en realidades pero, si las abrazas, les arde el corazón.
Esas personas que los medios nos muestran como ideales son plantas de plástico en un invernadero; tan bonitas como absurdas.
La verdadera belleza siempre ha residido en el mismo sitio; en la verdad.