lemikox
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- 25 Ago 2009
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Señor super ior:
Yo soy todo un caballero; por lo tanto, no hice nada que pudiera manchar mi buen nombre. Regresé a mi habitación, miré a la suiza (sobando estaba), fui al baño y cayó una paja pensando en el olor de Adalia.
*Sí, lo sé. Hay momentos en la vida que soy un triste: por eso soy forero*
Serían las dos de la mañana. Me metí en la cama y comencé el recital (vueltas a doquier), no podía dormir. Me levanto, me visto y me marcho. En la recepción está mi colega, sigue donde le dejé. Salgo a la calle y busco un taxi.
- Lléveme a la zona de fiesta.
- ¿A cuál?
- A la más puta.
- ¿Eh?
- A cualquiera donde las argentinas se corran por polla gallega.
- Entendido.
Me deja en una calle repleta de boliches. Bares y golfas: olor a sudor, a maría de la mala, a perfume de puta, de puta y de golfa.
Soy el rey del mundo, empiezo a ponerme cachondo. Sé que tengo que follar, que esto no se puede quedar así, una frijolita (thanks super ior) me ha engañado, me ha usado y NO me ha follado. Me cago en su puta madre.
Me calmo, respiro hondo y pienso “tranqui, sólo es un coño”, repienso y me contesto “ya, pero el olor que desprendía era BRUTAL”. Mal asunto, empiezo a dudar, los enanos dentro de mi cabeza no se ponen de acuerdo. Un grupo de chicas pasa delante de mí y aspiro su aroma, Adalia desaparece de mi cabeza. BIEN.
Me dirijo al mismo boliche que estas chicas, se paran en uno que tiene unas letras de color rosa (o fucsia o lila o algún color de esos: para mí después del rojo va el rosa o el naranja, ni fucsia ni verde melón ni hostias). Eran tres tías: una de ellas era pequeña y andaba raro, tenía un cierto parecido a Pozi; la otra era más alta y os juro por todo lo sagrado que era igual que nuestra Espe; y la última era otro orko. Menudo olfato de mis pelotas. Por primera vez en mi vida pasé de mi olfato (supongo que la puta de Adalia me lo dejó inutilizado)y me centré en la vista.
El bar tenía forma de L, al fondo estaba un grupo de cinco personas (3 coños y dos grifos). Las hembras estaban realmente buenas.
Me dirijo hacia la barra y veo una carta de cócteles: está el Long Island. COJONUDO. Llevaba años queriendo probar ese cóctel tan cool. Pido uno y me marcho en dirección a la nueva presa.
+Ahora reproduciré la conversación: M=Mikolex, S=subnormal (tío), P1 y P2 (es algo obvio,¿no?)+
- M- Hola, ¿qué tal?, ¿cómo va? (tocándole la espalda al pavo)
- S- Bien, bien.
- M- Hola (hacia las golfas. Y a partir de aquí siempre me dirijo a ellas).
- P1 y P2- Hola
- M- Me llamo Mikolex
- P1- Ana
- M- ¿Qué? (la música me impide oír su nombre)
- P1- Ana, me llamo Ana.
- P2- Yo soy Marta (el acento del “yo” que se convierte en un “sho” es adorabale: da para paja)
- M- Encantado. Me he separado de mis amigos, prefieren quedarse entre ellos. Les he dicho que estamos en Argentina, que la gente aquí es súper-abierta y va de buen-rollo, que tenemos que hacer amigos nuevos.
- P1- ¿Y los estás haciendo?
- M- Eso intento. ¿Quieres ser tú uno de ellos? (aquí uso el masculino para restar impaciencia a mi rabo. Noto que la P2 está algo distante, tengo que usar el minipunto del país) Yo soy de España y estoy aquí de vacaciones, aunque no sé cuánto tiempo me voy a quedar.
- P2- ¿De qué parte de España?
- M- Del Norte ( ya he desvelado una parte importante de mi persona a la masa foril). De ++++++ (bueno, tampoco os voy a hacer un croquis de mi ciudad/pueblo).
- P1- ¡Mis abuelos son de allí!
- M- ¡Y los míos también! (jugada maestra, la P2 se parte el nabo y la P1 se queda con cara de “what happend?”).
Me acerco a la P1 y le digo “ella se ríe porque no sabe que su padre es de allí también”. La P1 se descojona en la puta cara de la P2. Ésta todavía seguía riéndose y no se percata del “in your face” que le he colocado.
- P2- ¿Y qué haces aquí?, ¿a qué has venido?
- M- A ver el cabo del fin del mundo y porque soy algo friki.
- P2- ¿Friki?
- M- Seah. Quiero que mi pasaporte tenga los sellos del FIN DEL MUNDO.
- P1- ¿Y ya los tienes?
- M- Esos sí. Ahora me faltan otros (y le guiño un ojo. Me decido por la P1, me parece más propensa al folleteo). ¿Y tú coleccionas sellos?
- P1- Jeje. En mi pasaporte sólo tengo uno.
- P2- Yo blao,blao (me dieron ganas de decir “CALLA, PUTA” pero me tuve que contener) blao,blao,blao (comentario fútil).
- M- Mira, por aquí tengo mi pasaporte (se lo enseño y ve todos los países que he visitado. Se queda sorprendida).
- P1- ¿Has viajado bastante,no?
- M- Algo sí que he viajado.
Y a partir de aquí empiezo a hablarla de los sitios en los que he estado (dependiendo de por cuál me pregunte). Ella, (se lo noto) a cada minuto que pasa le chorrea más el coño. La P2 cada vez habla menos y se pone celosa. Eso es lo típico entre dos tías porque TODAS quieren ser el centro de atención, SIEMPRE.
Ahora tenemos el momento crucial: sus amigos se van. Además la P2 (ya de mala hostia) me/nos toca un poco los cojones dejando caer que sólo busco sexo. Vale, es verdad pero ella no tiene porqué ser tan rematadamente PUTA.
Cojo a la P1 de la mano, la miro a los ojos y digo “quédate conmigo”. Ella me mira, su amiga le berrea algo, la P1 le dice que se queda, que se marchen sin ella. MUAHAHAHAHA, me descojono por dentro de la P2, que mal perder que tiene la jodia.
Estamos un rato más en el bar, me bebo mi tercer Long Island cuando nos vamos. “Soy un tío guay” pienso. Ni rastro en mi cabeza de la puta frijolita.
Son las 4 de la mañana y mi miniyo empieza a despertarse. Noto cual Popeye con espinacas como mi olfato empieza a mandar en mi cabeza otra vez, como recupero esa libido (entre nosotros, ganas de follar), y lo que es más importante: como mi POLLA vuelve a mandar.
Agarro a la P1 del culo en mitad de la calle, me acerco a ella y la beso. Ella me devuelve el beso. Le cojo su trasero con las dos manos y la impulso hacia arriba, la tiro contra la pared (la llevo, no soy tan bestia como para usarla de honda). La noto mucho más húmeda y me paro. Ella me pregunta “¿qué coño haces?” y yo le respondo “vamos a tu casa, ¿no?”.
Cogimos un taxi y follamos en su casa, en su habitación, que la casa era compartida. El polvo (bueno, los dos) no tiene historia, uno más de tantos. Todo lo que tenía de hermosa lo tenía de momia. Nos quedamos dormidos.
Oigo ruido en la calle, miro mi móvil: son las ocho y media. Me levanto sin hacer ruido. La miro y pienso “gracias, ahora soy mejor PERSONA que ayer”. Voy a la cocina y le hurto un paquete de salchichas de la nevera y algo de pan bimbo, también cojo una cerveza. Salgo de su casa y veo en la sala-comedor-hall una botella de Cardhu, le pego tres lingotazos y me marcho. Pido un taxi y llego al hostel.
Es la hora del desayuno, allí está mi colega todo-desnucao, la Milka sola en una mesa y los putos mejicanos enfrente de ella. Estoy yendo a mi habitación, agarro el pomo de la puerta y me quedo mirándolo. Sé que no me voy a quedar tranquilo, que todavía sigo pensando en ella. Bajo a la cocina-salón, me dirijo hacia la mesa de los panchitos y le digo a la mexicunt:
“PUTA, ERES UNA RRRAAAUUULLLLLLLL…..JJJJJUUUUUUUUUUUUAAAAANNNNNNN”
Los efectos del whisky a palo seco antes de salir de casa de la P1 hacen sus efectos. Les jodo el desayuno y les lleno de pota. Todos me miran con cara de asco-pena, todos menos una persona: ADALIA . Ella sabe que soy un triunfador, que la acabo de follar aquí y ahora, aunque eso sólo haya sido en nuestras mentes y claro, eso quede entre ella y yo.
Yo soy todo un caballero; por lo tanto, no hice nada que pudiera manchar mi buen nombre. Regresé a mi habitación, miré a la suiza (sobando estaba), fui al baño y cayó una paja pensando en el olor de Adalia.
*Sí, lo sé. Hay momentos en la vida que soy un triste: por eso soy forero*
Serían las dos de la mañana. Me metí en la cama y comencé el recital (vueltas a doquier), no podía dormir. Me levanto, me visto y me marcho. En la recepción está mi colega, sigue donde le dejé. Salgo a la calle y busco un taxi.
- Lléveme a la zona de fiesta.
- ¿A cuál?
- A la más puta.
- ¿Eh?
- A cualquiera donde las argentinas se corran por polla gallega.
- Entendido.
Me deja en una calle repleta de boliches. Bares y golfas: olor a sudor, a maría de la mala, a perfume de puta, de puta y de golfa.
Soy el rey del mundo, empiezo a ponerme cachondo. Sé que tengo que follar, que esto no se puede quedar así, una frijolita (thanks super ior) me ha engañado, me ha usado y NO me ha follado. Me cago en su puta madre.
Me calmo, respiro hondo y pienso “tranqui, sólo es un coño”, repienso y me contesto “ya, pero el olor que desprendía era BRUTAL”. Mal asunto, empiezo a dudar, los enanos dentro de mi cabeza no se ponen de acuerdo. Un grupo de chicas pasa delante de mí y aspiro su aroma, Adalia desaparece de mi cabeza. BIEN.
Me dirijo al mismo boliche que estas chicas, se paran en uno que tiene unas letras de color rosa (o fucsia o lila o algún color de esos: para mí después del rojo va el rosa o el naranja, ni fucsia ni verde melón ni hostias). Eran tres tías: una de ellas era pequeña y andaba raro, tenía un cierto parecido a Pozi; la otra era más alta y os juro por todo lo sagrado que era igual que nuestra Espe; y la última era otro orko. Menudo olfato de mis pelotas. Por primera vez en mi vida pasé de mi olfato (supongo que la puta de Adalia me lo dejó inutilizado)y me centré en la vista.
El bar tenía forma de L, al fondo estaba un grupo de cinco personas (3 coños y dos grifos). Las hembras estaban realmente buenas.
Me dirijo hacia la barra y veo una carta de cócteles: está el Long Island. COJONUDO. Llevaba años queriendo probar ese cóctel tan cool. Pido uno y me marcho en dirección a la nueva presa.
+Ahora reproduciré la conversación: M=Mikolex, S=subnormal (tío), P1 y P2 (es algo obvio,¿no?)+
- M- Hola, ¿qué tal?, ¿cómo va? (tocándole la espalda al pavo)
- S- Bien, bien.
- M- Hola (hacia las golfas. Y a partir de aquí siempre me dirijo a ellas).
- P1 y P2- Hola
- M- Me llamo Mikolex
- P1- Ana
- M- ¿Qué? (la música me impide oír su nombre)
- P1- Ana, me llamo Ana.
- P2- Yo soy Marta (el acento del “yo” que se convierte en un “sho” es adorabale: da para paja)
- M- Encantado. Me he separado de mis amigos, prefieren quedarse entre ellos. Les he dicho que estamos en Argentina, que la gente aquí es súper-abierta y va de buen-rollo, que tenemos que hacer amigos nuevos.
- P1- ¿Y los estás haciendo?
- M- Eso intento. ¿Quieres ser tú uno de ellos? (aquí uso el masculino para restar impaciencia a mi rabo. Noto que la P2 está algo distante, tengo que usar el minipunto del país) Yo soy de España y estoy aquí de vacaciones, aunque no sé cuánto tiempo me voy a quedar.
- P2- ¿De qué parte de España?
- M- Del Norte ( ya he desvelado una parte importante de mi persona a la masa foril). De ++++++ (bueno, tampoco os voy a hacer un croquis de mi ciudad/pueblo).
- P1- ¡Mis abuelos son de allí!
- M- ¡Y los míos también! (jugada maestra, la P2 se parte el nabo y la P1 se queda con cara de “what happend?”).
Me acerco a la P1 y le digo “ella se ríe porque no sabe que su padre es de allí también”. La P1 se descojona en la puta cara de la P2. Ésta todavía seguía riéndose y no se percata del “in your face” que le he colocado.
- P2- ¿Y qué haces aquí?, ¿a qué has venido?
- M- A ver el cabo del fin del mundo y porque soy algo friki.
- P2- ¿Friki?
- M- Seah. Quiero que mi pasaporte tenga los sellos del FIN DEL MUNDO.
- P1- ¿Y ya los tienes?
- M- Esos sí. Ahora me faltan otros (y le guiño un ojo. Me decido por la P1, me parece más propensa al folleteo). ¿Y tú coleccionas sellos?
- P1- Jeje. En mi pasaporte sólo tengo uno.
- P2- Yo blao,blao (me dieron ganas de decir “CALLA, PUTA” pero me tuve que contener) blao,blao,blao (comentario fútil).
- M- Mira, por aquí tengo mi pasaporte (se lo enseño y ve todos los países que he visitado. Se queda sorprendida).
- P1- ¿Has viajado bastante,no?
- M- Algo sí que he viajado.
Y a partir de aquí empiezo a hablarla de los sitios en los que he estado (dependiendo de por cuál me pregunte). Ella, (se lo noto) a cada minuto que pasa le chorrea más el coño. La P2 cada vez habla menos y se pone celosa. Eso es lo típico entre dos tías porque TODAS quieren ser el centro de atención, SIEMPRE.
Ahora tenemos el momento crucial: sus amigos se van. Además la P2 (ya de mala hostia) me/nos toca un poco los cojones dejando caer que sólo busco sexo. Vale, es verdad pero ella no tiene porqué ser tan rematadamente PUTA.
Cojo a la P1 de la mano, la miro a los ojos y digo “quédate conmigo”. Ella me mira, su amiga le berrea algo, la P1 le dice que se queda, que se marchen sin ella. MUAHAHAHAHA, me descojono por dentro de la P2, que mal perder que tiene la jodia.
Estamos un rato más en el bar, me bebo mi tercer Long Island cuando nos vamos. “Soy un tío guay” pienso. Ni rastro en mi cabeza de la puta frijolita.
Son las 4 de la mañana y mi miniyo empieza a despertarse. Noto cual Popeye con espinacas como mi olfato empieza a mandar en mi cabeza otra vez, como recupero esa libido (entre nosotros, ganas de follar), y lo que es más importante: como mi POLLA vuelve a mandar.
Agarro a la P1 del culo en mitad de la calle, me acerco a ella y la beso. Ella me devuelve el beso. Le cojo su trasero con las dos manos y la impulso hacia arriba, la tiro contra la pared (la llevo, no soy tan bestia como para usarla de honda). La noto mucho más húmeda y me paro. Ella me pregunta “¿qué coño haces?” y yo le respondo “vamos a tu casa, ¿no?”.
Cogimos un taxi y follamos en su casa, en su habitación, que la casa era compartida. El polvo (bueno, los dos) no tiene historia, uno más de tantos. Todo lo que tenía de hermosa lo tenía de momia. Nos quedamos dormidos.
Oigo ruido en la calle, miro mi móvil: son las ocho y media. Me levanto sin hacer ruido. La miro y pienso “gracias, ahora soy mejor PERSONA que ayer”. Voy a la cocina y le hurto un paquete de salchichas de la nevera y algo de pan bimbo, también cojo una cerveza. Salgo de su casa y veo en la sala-comedor-hall una botella de Cardhu, le pego tres lingotazos y me marcho. Pido un taxi y llego al hostel.
Es la hora del desayuno, allí está mi colega todo-desnucao, la Milka sola en una mesa y los putos mejicanos enfrente de ella. Estoy yendo a mi habitación, agarro el pomo de la puerta y me quedo mirándolo. Sé que no me voy a quedar tranquilo, que todavía sigo pensando en ella. Bajo a la cocina-salón, me dirijo hacia la mesa de los panchitos y le digo a la mexicunt:
“PUTA, ERES UNA RRRAAAUUULLLLLLLL…..JJJJJUUUUUUUUUUUUAAAAANNNNNNN”
Los efectos del whisky a palo seco antes de salir de casa de la P1 hacen sus efectos. Les jodo el desayuno y les lleno de pota. Todos me miran con cara de asco-pena, todos menos una persona: ADALIA . Ella sabe que soy un triunfador, que la acabo de follar aquí y ahora, aunque eso sólo haya sido en nuestras mentes y claro, eso quede entre ella y yo.