Dr.Maligno
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Pues este artículo me acaba de acojonar un poco, lo reconozco.
Vuelta a comprar condones
-Los ginecólogos alertan del empleo masivo y descontrolado de la píldora poscoital
Denuncian que algunos hospitales se convierten los sábados en máquinas expendedoras de pastillas
David Ruipérez
Madrid- Una noche loca, sexo «a pelo», quizá sea un error, pero mañana por la mañana una «pastillita» de nada acabará con lo que puede ser un problema con mayúsculas. Este proceso mental pasa por la cabeza de cada vez más adolescentes españolas que emplean un fármaco que actúa de contraceptivo de emergencia como un método anticonceptivo más, al mismo nivel que el condón, el DIU o la píldora. Tras observar esta tendencia, los ginecólogos alertan del peligro de la llamada píldora «del día después» si se utiliza como anticonceptivo de forma habitual los fines de semana.
Los especialistas reunidos en el XXVIII Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) han detectado una «ausencia de la necesaria educación sexual en España, que provoca la extensión de falsas creencias y que las jóvenes vivan instaladas en el “todo vale” y en el “no pasa nada”. La píldora poscoital es un método de emergencia, al que se debe recurrir cuando ha fallado otro sistema –por ejemplo, cuando se rompe el preservativo– o existe un riesgo evidente por una relación no controlada. Sin embargo, cuando una chica la usa más de una o dos veces ya no hablamos de una urgencia o una circunstancia puntual. Los fines de semana, los hospitales se han convertido en máquinas expendedoras de píldoras», manifestó ayer José María Lailla, vicepresidente de la Sociedad Española de Ginecología y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital San Juan de Dios de Barcelona.
Mecanismo de acción. Levonorgestrel es el principio activo que se administra dentro de las 72 horas posteriores a la relación sexual y que consigue reducir un 89 por ciento el riesgo de embarazo al alterar el ciclo hormonal de la mujer. Por una parte, dificulta el avance de los espermatozoides en una primera fase y si los gametos –óvulo y esperma– se han unido, impide la implantación en el útero. Su uso induce a variaciones de la mucosa y la función del endometrio (membrana interna del útero) para evitar la gestación.
El propio fabricante advierte de que el fármaco no debe utilizarse con frecuencia. Además, aunque presenta menos efectos adversos que sus predecesores en este campo, los ensayos clínicos reportaron la presencia de naúseas, dolor abdominal y de cabeza, fatiga y alteraciones menstruales.
«Conlleva una sobredosis hormonal y no debe tomarse a la ligera. Tiene efectos a largo plazo. Produce cambios en toda una larga cadena de glándulas relacionadas con el ciclo hormonal en el hipotálamo, la hipofisis y el ovario. Obviamente no hay datos sobre estos daños tras un consumo prolongado precedentes de ensayos clínicos, ya que sería poco ético atiborrar a una chica de pastillas para ver que le ocurre», aseguró José Zamarriego, ex presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. «Los ensayos de seguridad se hacen pensando en un uso muy puntual. Sospechamos que si una adolescente se hace asidua de la píldora puede sufrir trastornos funcionales en su aparato genital», añadió José María Lailla.
Por otra parte, la llegada al mercado de la píldora poscoital no ha provocado una disminución de los embarazos no deseados, sino que, como apuntó la doctora Rosa María Sabatel, de la Universidad de Granada, «éstos siguen aumentando».
Los ginecólogos consideran que detrás de un mal uso de la píldora «del día después» se esconde una deficiente educación sexual por parte de los colegios y las propias familias. «El médico, por su parte, hace lo que puede, pero cuando una chica llega a las tres de la mañana de un sábado a un servicio de Urgencias con un médico de guardia que está atendiendo, por ejemplo, a una paciente que se desangra, el facultativo no puede dar charlas de educación sanitaria», matizó Lailla.-
Vuelta a comprar condones
-Los ginecólogos alertan del empleo masivo y descontrolado de la píldora poscoital
Denuncian que algunos hospitales se convierten los sábados en máquinas expendedoras de pastillas
David Ruipérez
Madrid- Una noche loca, sexo «a pelo», quizá sea un error, pero mañana por la mañana una «pastillita» de nada acabará con lo que puede ser un problema con mayúsculas. Este proceso mental pasa por la cabeza de cada vez más adolescentes españolas que emplean un fármaco que actúa de contraceptivo de emergencia como un método anticonceptivo más, al mismo nivel que el condón, el DIU o la píldora. Tras observar esta tendencia, los ginecólogos alertan del peligro de la llamada píldora «del día después» si se utiliza como anticonceptivo de forma habitual los fines de semana.
Los especialistas reunidos en el XXVIII Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) han detectado una «ausencia de la necesaria educación sexual en España, que provoca la extensión de falsas creencias y que las jóvenes vivan instaladas en el “todo vale” y en el “no pasa nada”. La píldora poscoital es un método de emergencia, al que se debe recurrir cuando ha fallado otro sistema –por ejemplo, cuando se rompe el preservativo– o existe un riesgo evidente por una relación no controlada. Sin embargo, cuando una chica la usa más de una o dos veces ya no hablamos de una urgencia o una circunstancia puntual. Los fines de semana, los hospitales se han convertido en máquinas expendedoras de píldoras», manifestó ayer José María Lailla, vicepresidente de la Sociedad Española de Ginecología y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital San Juan de Dios de Barcelona.
Mecanismo de acción. Levonorgestrel es el principio activo que se administra dentro de las 72 horas posteriores a la relación sexual y que consigue reducir un 89 por ciento el riesgo de embarazo al alterar el ciclo hormonal de la mujer. Por una parte, dificulta el avance de los espermatozoides en una primera fase y si los gametos –óvulo y esperma– se han unido, impide la implantación en el útero. Su uso induce a variaciones de la mucosa y la función del endometrio (membrana interna del útero) para evitar la gestación.
El propio fabricante advierte de que el fármaco no debe utilizarse con frecuencia. Además, aunque presenta menos efectos adversos que sus predecesores en este campo, los ensayos clínicos reportaron la presencia de naúseas, dolor abdominal y de cabeza, fatiga y alteraciones menstruales.
«Conlleva una sobredosis hormonal y no debe tomarse a la ligera. Tiene efectos a largo plazo. Produce cambios en toda una larga cadena de glándulas relacionadas con el ciclo hormonal en el hipotálamo, la hipofisis y el ovario. Obviamente no hay datos sobre estos daños tras un consumo prolongado precedentes de ensayos clínicos, ya que sería poco ético atiborrar a una chica de pastillas para ver que le ocurre», aseguró José Zamarriego, ex presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. «Los ensayos de seguridad se hacen pensando en un uso muy puntual. Sospechamos que si una adolescente se hace asidua de la píldora puede sufrir trastornos funcionales en su aparato genital», añadió José María Lailla.
Por otra parte, la llegada al mercado de la píldora poscoital no ha provocado una disminución de los embarazos no deseados, sino que, como apuntó la doctora Rosa María Sabatel, de la Universidad de Granada, «éstos siguen aumentando».
Los ginecólogos consideran que detrás de un mal uso de la píldora «del día después» se esconde una deficiente educación sexual por parte de los colegios y las propias familias. «El médico, por su parte, hace lo que puede, pero cuando una chica llega a las tres de la mañana de un sábado a un servicio de Urgencias con un médico de guardia que está atendiendo, por ejemplo, a una paciente que se desangra, el facultativo no puede dar charlas de educación sanitaria», matizó Lailla.-