Bueno, pues se acabó. Recién cerrado el posiblemente más bizarro, impredecible y epatante putipiso que haya existido en el Botxo. Veinticinco años de puro lol desde que entrabas y por poner un caso, cuatro o cinco ninfas te dejaban en pelotas mientras te hacían traje de saliva ( y eso a modo de presentación) a lo último que supe de un cliente que pagó cuatro horas para ir tragándose la lefa de los condones que las chicas le iban proveyendo de sus respectivos empotradores, empotrados, sumisos o cualquier variedad clientelar que uno pueda suponer.
Quizá en otros lupanares pudiere haber servicios por el estilo, pero acaso se me antoja con un caire inflacionado, negociado y esperando que con suerte quizá alguna chica se dedicara a tal o cuál servicio. En el yokodromo ( también "Templo") se hacía verbo San Mateo 7, 7-12:
" Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre".
Y todo por un tarifa prácticamente inalterable desde el principio de su existencia. Aún recuerdo, por cierto, ese inicio y la impresión que causó las primeras fotos impresas en los extintos anuncios de relax en " El Correo". Todo el mundo sottovoce dilucidando si aquello era lo que parecía y si aquellas mini imágenes de las chicas eran ciertas. Ya lo creo que lo eran.
En fin, se va una institución chirene y alguien a quien admirar por siempre. " Difícil de olvidar, fácil de acordar", como solía decir y alguien ha dejado escrito, por cierto, en el portal.
Loor a la dama de los ojos rasgados.