Putero Perdio
Asiduo
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- 10 Sep 2005
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Gilmore, bienvenida.
Es un placer ver a señoras (o señoritas) por aquí.
Respecto a lo que comentas, y contrariamente a lo que se suele generalizar en este foro, estoy de acuerdo contigo en que en muchos casos tiene uno en casa más de lo que puede encontrar fuera, tanto en entrega como en disfrute mutuo como en no poner límites. En mi caso, nunca el sexo ha sido utilizado como moneda de cambio para conseguir otras cosas, como se acusa habitualmente a la mayoría de las mujeres, y puedo decir que tengo en casa todo el sexo que pueda necesitar, y no porque "me dejen", sino por mutuo deseo.
Pero los años no perdonan, y ahora sí voy a asumir otro tópico de los que corren por aquí, y es el de que los hombres somos polígamos por naturaleza. Poligamia que reprimimos con más facilidad en los primeros años de una relación, por el entusiasmo por la misma, pero con el paso de los años la inicial fogosidad se convierte en otra cosa, tan o más hermosa, pero menos ardiente, y si de pronto se presenta a tu alcance el esplendor de la juventud por unos pocos euros, es fácil que en alguna de las ocasiones se caiga en la tentación y, como a menudo se dice por aquí, engancha.
Seguramente no sea tu caso, porque hablas de novio, así que asumo que tu juventud no voló hace tiempo, como la mía, pero creo que en tu post también está la respuesta: morbo. A unos les da más morbo unas cosas que a otros, y viceversa, pero con lo que nos gustan las mujeres, saber que puedes elegir a la que más te guste, que no se va a negar, e incluso que lo va a hacer con agrado, es una atracción irresistible. Y, personalmente, no lo considero una infidelidad. Para mí infidelidad es enamorarse de otra persona, aunque no haya sexo.
Como ves, creo que los hombres somos capaces de separar perfectamente la pura relación sexual de la relación sentimental. Por lo menos más que las mujeres. Si un hombre pasa un buen rato jugando al tenis con otra que no sea su mujer, no pasará nada, pero si lo pasa echando un kiki, adiós.
Pues no. Hay que jugar al tenis todo lo que se pueda. Se conoce gente.
Saludos y, de nuevo, bienvenida
Es un placer ver a señoras (o señoritas) por aquí.
Respecto a lo que comentas, y contrariamente a lo que se suele generalizar en este foro, estoy de acuerdo contigo en que en muchos casos tiene uno en casa más de lo que puede encontrar fuera, tanto en entrega como en disfrute mutuo como en no poner límites. En mi caso, nunca el sexo ha sido utilizado como moneda de cambio para conseguir otras cosas, como se acusa habitualmente a la mayoría de las mujeres, y puedo decir que tengo en casa todo el sexo que pueda necesitar, y no porque "me dejen", sino por mutuo deseo.
Pero los años no perdonan, y ahora sí voy a asumir otro tópico de los que corren por aquí, y es el de que los hombres somos polígamos por naturaleza. Poligamia que reprimimos con más facilidad en los primeros años de una relación, por el entusiasmo por la misma, pero con el paso de los años la inicial fogosidad se convierte en otra cosa, tan o más hermosa, pero menos ardiente, y si de pronto se presenta a tu alcance el esplendor de la juventud por unos pocos euros, es fácil que en alguna de las ocasiones se caiga en la tentación y, como a menudo se dice por aquí, engancha.
Seguramente no sea tu caso, porque hablas de novio, así que asumo que tu juventud no voló hace tiempo, como la mía, pero creo que en tu post también está la respuesta: morbo. A unos les da más morbo unas cosas que a otros, y viceversa, pero con lo que nos gustan las mujeres, saber que puedes elegir a la que más te guste, que no se va a negar, e incluso que lo va a hacer con agrado, es una atracción irresistible. Y, personalmente, no lo considero una infidelidad. Para mí infidelidad es enamorarse de otra persona, aunque no haya sexo.
Como ves, creo que los hombres somos capaces de separar perfectamente la pura relación sexual de la relación sentimental. Por lo menos más que las mujeres. Si un hombre pasa un buen rato jugando al tenis con otra que no sea su mujer, no pasará nada, pero si lo pasa echando un kiki, adiós.
Pues no. Hay que jugar al tenis todo lo que se pueda. Se conoce gente.
Saludos y, de nuevo, bienvenida