El día de mi suelta
Como ya he comentado antes, las horas mínimas para la suelta son 11 en el caso de piloto privado. También he comentado que nunca te avisan de cuándo que te van a soltar, ya que en ese caso, y de manera comprensible, uno no duerme la noche anterior. Eso de que el instructor se quede en tierra y no haya nadie que pueda ayudarte a bajar el aparato, impone cierto respeto, al menos a mí.
Una costumbre cuando empiezas con las clases de vuelo, es pedir permiso a la escuela para llevar a alguien durante un vuelo de instrucción (en ULM no, ya que sólo hay 2 plazas, obviamente). Con el pastizal que cuesta el tema, las escuelas suelen acceder, al menos de vez en cuando, no siempre, ya que sería un coñazo. Tampoco los días previos examen de vuelo lo permiten, ya que esos días se machacan una y otra vez las maniobras más complicadas para tenerlas frescas de cara al examen.
El caso es que pregunté a mi instructor si podía venir mi padre a volar a lo que me respondió afirmativamente. A mí me hacía ilusión que viera que su hijo monguer era capaz de pilotar un avión, no os voy a engañar. Además, mi padre tiene los cojones pelados de volar y tirarse en paracaídas desde los Junkers durante los 7 años que se tiró en el Sáhara. Pues nada, que allí vamos los dos, le presento al instructor, rellenamos plan de vuelo y nos dirigimos a plataforma. Realizamos todos los chequeos pertinentes y al aire que nos vamos los tres.
Ya en ascenso el instructor, que a día de hoy es examinador de Aviación Civil, empezó a tocarme los cojones más de lo habitual:
- He dicho ascenso a 70 nudos, no a 71
- Gñé
Como inciso, diré que este tío, gran instructor, tiene una merecida fama de ser excesivamente estricto y tocacojones, no falla, tio que ha volado con este instructor, tío que te habla de lo tocapelotas que era.
Ya estabilizados a 1.000 pies, me pide que realice vuelo lento a 40 nudos sin perder un solo pie. Vuelo lento es poner el avión con full flaps a la velocidad mínima sin entrar en pérdida, este dato viene en el manual de operaciones del fabricante.
- Oye, que en este avión a 40 nudos entramos en pérdida, el mínimo son 44 (creo recordar)
- He dicho 40 nudos
Pues nada, yo ahí compensando el avión morro arriba y con full fflaps intentando ajustar los 40 nudos sin perder nada de altura. El avisador de pérdida, que deja un margen de seguridad, sonando sin parar.
- Redpo, se te cae, se te cae, estás perdiendo altura. coño!
- Gñé
Consigo a duras penas estabilizarme en ese ínfimo límite que él sabía que había de margen, lo consigo, hacemos algunas pérdidas, algunos virajes coordinados y me dice que tire de vuelta al aeródromo, yo pensaba que practicaríamos tomas y despegues, pero cuando estoy en base virando a final y a punto de notificar toma y despegue, me dice el instructor que notifique toma final.
- ¿Ya??? Pero si todavía quedan 20 minutos de vuelo!!!
- Sí, pero ahora nos bajamos tu padre y yo, y tú te vas solo
- Gñeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé
Pues nada, ahí en final, a punto de aterrizar e intentando digerir que me soltaban ya: el día, la hora y el minuto había llegado.
Aterrizo, abandono pista, ruedo hasta plataforma, se bajan mi padre y el instructor y me dice: despega, haz el circuito y realiza una toma y despegue, luego realizas una frustrada (motor y al aire) y luego, toma final. Se sacó un walky de banda aérea que nunca le había visto antes, y me dijo que estábamos en contacto radio.
¿Qué pasó entonces? pues sinceramente, el momento tan temido no me daba miedo, la verdad. Mi subconsciente hizo algún atisbo de asustarme, pero mi consciente me dijo que tranquilo, que estaba cansado de hacer lo que me acababan de pedir que hiciera, y que el hecho de que no hubiera nadie a mi derecha no cambiaba nada. Además, era un trámite que ha de pasar todo aspirante a piloto. Realicé el vuelo según las instrucciones indicadas, iba bastante tranquilo, para qué mentir. O por lo menos, muchísimo más tranquilo de lo que me imaginaba que podría estar cuando llegara el momento. Una vez acabé, salí de pista, rodé, estacioné, apagué motor y demás, y al salir, otros compañeros que estaban escondidos, cumplieron la tradición tirándome por encima un cubo de agua.
El instructor y mi padre me felicitaron y a partir de ahí ya fui alternando vuelos con instructor con vuelos solo, tal y como indica el método de instrucción de vuelo.
Como yo no hice vídeo de la ocasión, los teléfonos no tenían cámara, os dejo el vídeo de una chica que hace su suelta con 16 años (en España mínimo 18). Lo que no me gusta de esta nueva Cessna que han sacado es que lleva joystick en lugar de cuernos, pero bueno, preferencias mías.
Intro vídeo: