A Armin Mueller-Stahl hace casi 20 años ya lo puso Costa Gavras a hacer de antiguo oficial nazi que parece buen padre y buena persona pero que pese a la apariencia ocultaba un pasado monstruoso. Y yo creo que eso es presisamente lo que busca Cronenberg, la apariencia de un tipo corriente que lleva su restaurante y parece civilizado y pacífico. Así que otro acierto del director, meu.