Hay muy poco que rebatir en una opinión tan poco fundamentada, pero creo que da pie a algo que es importante ver desde un ángulo distinto. He salido mucho a defender a la mujer rusa en el hilo porque creo que la mayoría de prejuicios son desproporcionados y hacía falta dar otro punto de vista.
También hay que hablar de cierto tipo de mujer del Este que tiene mucho peligro. La arpía no es una especie endémica de Rusia y cualquier español lo sabe demasiado bien, pero hay características particulares de la zorra de la estepa que podemos intentar señalar aquí para prevenir a los foreros que luego no harán ni puto caso de nada. En formato de lista, claro.
Fijación por el lujo y las redes sociales.
La fulana rusa siente una atracción por el lujo más hortera. En la subcultura de la quiero y no puedo rusa suelen ser señales claras una querencia exacerbada por todo lo estadounidense, los viajes en plan hazte con todos (el rollo wanderlust) especialmente a destinos asociados con el lujo. Dubái no está al alcance de cualquier rusa, pero si está en su lista de deseos y no es puta profesional, es que es peor, es un putón.
En general son cosas que hoy en día pueden compartir con otras nacionalidades y se podría resumir en que es mejor huir de mujeres narcisistas y con aspiraciones de lo más infantil o zafio. Aquí conviene destacar algunos puntos que podrían llevarnos a engaño, lista dentro de lista:
- Las uñas rusas.
Las rusas le prestan una atención a la manicura que a muchos nos puede parecer excesiva. Para muchas es una forma asequible de cuidarse, ser más femeninas y dar un detalle de estilo propio a su apariencia. Es un submundo en el que prefiero no entrar, pero merece la pena señalar que nuestro concepto de uñas de puta puede afectar un poco a cómo lo percibimos. Por supuesto que en todo hay clases y hay rusas con uñas de puta que son putones, pero también puede ser que le hayan dado manga ancha a la artista de turno y se haya pasado de vueltas. O que en un intento de elegir el tope de gama por agradarnos hayan tenido un criterio con el que no coincidimos en absoluto. Es un poco como los tintes de pelo, casi toda mujer pasa por una etapa de experimentar y si las pillas en la etapa en la que no se han dado de morros con lo mal que pueden quedar ciertas cosas, te puedes hacer una opinión muy mala cuando sólo es algo pasajero. Conviene ser un poco laxos a la hora de echar la cruz por unas uñas algo llamativas.
- Las sesiones de fotos.
Muchos de nosotros no pensamos en contratar a un fotógrafo ni el día de nuestra boda. En Rusia se les va la olla mucho con el tema, hay estudios de fotografía por horas con decorados. Muchas mujeres, las he conocido de las más introvertidas, tienen por costumbre acudir a uno de ellos para retratarse solas o con familia o amigas cada cierto tiempo. Al principio me chocaba muchísimo pero entendí que es algo cultural, que también hay muchas formas de enfocarlo y que muy a menudo es bastante bonito tener ciertos recuerdos hechos de manera que no te dé asco verte en una foto vieja con los ojos cerrados.
Una rusa que haya nacido antes de 1995 tiene que haberse criado sabiendo vivir con MUY poco y en un espacio MUY limitado. Es lógico querer mejorar en la vida o tener más comodidad, pero cosas que son lugares comunes de los que huir me parecen más extremas en alguien de este contexto. Si algo me gustó desde el principio de la cultura rusa es su desapego por el diseño, lo prácticos que pueden llegar a ser y la importancia de que algo FUNCIONE por encima de su aspecto o su belleza. Yo buscaría algo de eso para saber que no estamos ante alguna que ha sido pervertida por la publicidad.
Las que sólo quieren salir de Rusia.
Estas se diferencian de las del wanderlust en que han salido mucho menos, a menudo nada o se han limitado a países limítrofes o muy afines, como Bielorrusia o Turquía.
Es muy común en la cultura rusa, desde antes de la revolución, una fascinación con lo extranjero y cierto desdén por cualquier equivalente ruso de algo que se pueda importar. Algo de esto contribuirá al posible éxito de foreros aventureros, pero en exceso es negativo. No lo etiquetaría como una alerta roja, es tan común y arraigado que hay que aprender a tolerarlo en cierta medida. Creo que una muy buena señal de que es un obstáculo salvable es mostrar aprecio por Rusia o su cultura y ver si insisten en renegar de su tierra o aceptan que en todas partes cuecen habas.
Es MUY importante quitarles la venda de los ojos antes de dar el paso y sacarlas de su país. Hay cosas que es necesario que entiendan antes de irse sin mirar atrás o pueden acabar haciendo muy infelices a todos los que las rodeen. Las visitas turísticas no bastan para aprender conceptos como las bajas de maternidad en Europa, ridículas en comparación con Rusia. O la percepción de la mujer de su casa que cuida de los hijos como prioridad absoluta. Las mujeres son muy gregarias y cuando el círculo social de españolas le arquee las cejas por dejar de trabajar o pillarse un año para criar a un recién nacido, las cosas van a ponerse tensas.
Estos choques culturales que podrían cambiar su conducta y joderos a vosotros, también pueden ser alienantes para ellas si son fuertes y tienen convicciones que no van a torcer, aspecto que me parecería muy positivo. Cosas como el ODIO hacia los homosexuales o el desprecio hacia el feminismo son puntos de fricción muy calientes con la sociedad española y pueden acabar en airadas discusiones o en la decisión de escapar del contacto social.
Las prisas por casarse pueden ser un signo de que os ven como un facilitador de papeles, pero también puede haber lugar a confusión aquí, así que lo detallamos a continuación. Como consejo para tantear cómo de cazavisados puede ser vuestro interés romántico eslavo, comentadle que os habéis planteado alguna vez vivir en Rusia y tantead su opinión al respecto. Una persona razonable os diría que os metéis en un follón, pero al mismo tiempo sería buena señal que dejara la puerta abierta a vuestro deseo de conocer su país como residente.
La soltería y las divorciadas en Rusia.
Ya hablamos páginas atrás de la presión cultural por casarse jóvenes. Esto puede confundir a algunos que tengan miedo de ser utilizados como vehículo para la nacionalidad. Es una bala que hay que esquivar como sea, pero también tener presente que para ellas, especialmente lejos de las 2 grandes urbes, estar soltera a los 27 es ver que el tren se escapa. Las rusas normalmente ven la maternidad como una etapa vital
necesaria en la vida de una mujer y es curioso que mientras que en España el miedo a parir un forero se asocia a embarazos a partir de los 40 años, en Rusia la cifra tengo entendido que son los 30. En realidad es cuestión de probabilidades, simplemente aumentan con la edad, pero me parece muy llamativo que haya tanta diferencia en el umbral aceptado por el público general.
Como fruto de la combinación de lo anterior con la tradición ortodoxa, que la Unión Soviética no pudo eliminar a pesar de su empeño, hay una presión nada disimulada para que las mujeres se casen según salen de la universidad. Si buscáis una relación que dure más que unos polvos, ser claros en esto os dará puntos hasta el infinito, no porque ellas tengan un interés artero, sino porque si tienen contacto con vosotros, probablemente lo hayan tenido antes vía cibernética con otros hispanos que o bien habrán estado polla en mano durante la conversación o las habrán cubierto de promesas que jamás se cumplen porque el español medio que caza en VK está demasiado pelado como para tener puente aéreo con Moscú. No es cuestión de poner el anillo encima de la mesa, pero si tenéis eso en el horizonte, no tengáis ningún reparo en manifestarlo, que si el interés es mutuo ya harán ellas por ponerlo fácil.
Quizás como producto de la cultura del matrimonio precoz, me parece que Rusia tiene una cantidad inusitada de divorcios. Creo que gran parte de culpa la tienen los gañanes de sus hombres, que son un poco garrulos, borrachos y de madurez tardía. Con esa premisa me imagino lo decepcionantes que deben resultar algunos como pareja para los restos. Es bastante raro dar con una divorciada que no tenga mochila, pero si se da el afortunado caso, quizás estéis ante alguien que se embarcó en el matrimonio de forma precipitada y ha aprendido lecciones que os darán una gran satisfacción en el futuro. De las que tienen mochila y se juntan con un español conozco a varias y he de decir que, dadas las circunstancias, su comportamiento me ha parecido ejemplar. Sin dejar para nada de ser madres entregadas al bienestar de sus hijos, siguen siendo femeninas, cuidándose y haciendo tiempo y espacio para una relación íntima con su nueva pareja que demuestre que en la cama de una rusa no se pasa frío y que el hijo es una responsabilidad con la que ellas pueden cargar solas. No pretendo generalizar, pero conozco unos cuantos ejemplos que contrastan con lo que esperaba ver.
Pretendía que me quedara un masuno más crítico, pero admito que me cuesta bastante. Conozco a alguna rusa del tipo del que es mejor huir, pero como es obvio no mantengo el contacto y no me parecen casos muy representativos. Supongo que sus ex maridos no estarán de acuerdo, pero espero que mi sesgo desde el otro lado del espectro aporte algo de perspectiva.