Volví ya.
Sentimientos muy encontrados.
Días que me pareció el paraíso en la tierra, y días que hubiera dado la razón sin contemplaciones a pacotilla o Thorndike.
No llevo ni 24 horas aquí, y siento morriña, porque al final le cogí el aire de cómo hacer las cosas allí, e ir a lo que ofrece la isla, negociando con los aborígenes directamente. Hice una excursión donde estuve conduciendo una lancha rápida pegando botes con las olas como un tarao, para hacer snorkel y bañarme en una playa virgen sin un puto resort de mierda al lado y aquello se me quedará grabado en la retina para el resto de mis días.
El resort es un cebadero indecent. Lo de beber en la piscina, una catetada infumable, lo hice una vez y me pareció vergonzante. Lo mejor, me traigo unos hamijos de gran canaria, y Argentina.
Por cierto la mayoría de los españoles da asco. Son lo más cateto, maleducado, soberbio y patán que hay en este planeta y cualquiera que presuma de vida inteligente. No es la primera sensación que tengo, es más cada vez se reafirma más cuando te los encuentras por todos los lados, en NYC, en LAX, en Roma, Londres, Viena, etc...
Daría para un hilo propio el turista español.