Torbe: El rey de la parodia
• Personaje inclasificable dentro del cine X español, el vizcaíno Torbe se ha hecho un hueco dentro del porno hispano a base de poner sentido del humor a sus trabajos. Su capacidad para reírse de sí mismo lo ha convertido en el rey de la parodia en el porno español.
17/04/06
Cuando Torbe se llamaba Natxo Allende (Bilbao, 1969), editaba un fanzine llamado La Comictiva y dibujaba sus propias historietas. “En esa época me hacía muchas pajas, porque yo estudié en un colegio del Opus y eso me marcó en temas de sexo para toda la vida”, dice, con sorna, este vasco que se ha hecho un hueco en el porno español. Y lo ha logrado porque un día coincidió en un estudio de televisión con un astrólogo que hacía cartas astrales y le pidió que le hiciera una. “Me dijo que iba a ser actor porno, que iba a follar con miles de mujeres y que iba a ganar mucho dinero”, cuenta. Torbe, que “había deseado toda la vida” ser actor porno pese a que, según él, “tenía una polla pequeña para lo que se gasta en esta profesión”, se tomó en serio la predicción de los astros y, gracias a ciertos contactos, comenzó a trabajar en el porno.
Fue el primer paso en una carrera que lo ha convertido en el personaje más peculiar del X hispano. Su debut, en la serie Torbe y sus cerdillas, escrita, dirigida y protagonizada por él, fue un espectacular éxito, gracias a su combinación de humor y desenfado que le ha granjeado el título honorífico del freak del porno. Y es que Torbe se ríe de todo. Edita desde hace diez años una de las páginas web más desternillantes de la red (
www.putalocura.com), hace cameos en películas de culto, como las de la serie Torrente, de su amigo Santiago Segura, y aplica en el porno su filosofía de “intentar que las chicas se rían”.
Esa filosofía del sexo como diversión la ha aplicado Torbe para convertirse en el rey de la parodia en el porno español. Su versión X de Torrente, que se presentó en Madrid hace unos días en una multitudinaria fiesta, refleja el aspecto más sórdido del personaje creado por Segura, su facilidad para mezclar lo cutre con el sexo, en una película que lleva al límite las guarrerías apuntadas en las sucesivas entregas de la popular saga.
Pero la gran contradicción de Torbe, que encarna en el cine X personajes detestables, es su sensibilidad a la hora de trabajar con las actrices. “Soy uno de los pocos actores en el mundo que no hace anales, porque sé que a muchas chicas no les gustan”, afirma. Sin embargo, su físico le ha acarreado algunos problemas: “En las películas que he hecho con Narcís Bosch, ha habido actrices que se han negado a trabajar conmigo, pero son actrices demasiado melindrosas, que se creen que en el porno sólo han de follar con Adonis y, cuando me ven a mí, con mi barriguita y mis 13 centímetros de polla, me toman a broma”.
En broma o en serio, Torbe se muestra dispuesto a cambiar los esquemas tradicionales del cine X con su particular sentido del humor. Su nueva serie, Las tribulaciones del padre Damián, que cuenta las aventuras de “un cura del Opus Dei que pervierte colegialas”, se encuentra en fase de montaje y, para seguir en su línea de trabajo, promete “morbo y diversión a partes iguales”.
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