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Si no quieres leer el ladrillo, aquí tienes un resumen, mi querido y vago lector:
y aquí un micro resumen por si ya directamente eres un necio que no da para más y que tiene el “celebro” abducido por la Apocalipsis pajera
Y aquí, para los más vivaces lectores y amantes de las emociones fuertes, les traigo el total de la historia para que me den su opinión, no de ella, que como todas las ellas, puta es, ni del cornutti, ni del corneante, sino de lo que ustedes harían en mi situación. A partir de sus opiniones sopesaré la responsabilidad de mis actos y que es lo que debo hacer.
Por causas que no vienen al caso, mi familiar en forma de hembra se quedó alguna tarde en casa sola para hacer unas tareas. A partir de ahí conseguí informaciones sobre sus movimientos en la internete. Podría dármelas de hacker, cracker, y fucker, pero vamos con la verdad por delante, tenía un puto keylogger en mi portátil, y el pajarillo cayó en la red. ¿está mal? Tal vez, pero es mi casa, y es mi ordenador, y el cometido de la tipa en cuestión no era el estar enviando mensajitos ni chateando, sino que era otro bastante más importante, y que coño, es mi casa y ahí hackeo y loleo a quién me venga en gana.
Bueno, al grano, pasmado me quedo al leer las conversaciones que mantenía con alguien del sexo opuesto, y que resultó ser su amante. Joder, una mujer y puta, que combinación más rara. Vivía una doble vida, y más feliz que un ocho. Valga decir, aunque sea una perogrullada, que su amante tenía pasta a mansalva, (cosa rara, a ellas solo les mueve el amor, y se fijan solo en el interior… el interior de la cartera). Bueno, sigo los entresijos de todo esta historia a diario con curiosidad, alimentado por mi hikikomorismo ilustrado, dándome motivos más que evidentes para permanecer atento a cuanto acontecía.
Al cabo de un año, su “amor” es tan grande, que deciden tener un niño. Lo tienen, y hacen pasar como padre el cornudo sin el mayor pudor. A los pocos meses, el amante, deja preañada a la que era su mujer, que también vivía en la más absoluta de las ignorancias. La recién parida, al enterarse de semejante afrenta a su dignidad (que ya manda cojones), decide dejarlo con su amante. El cornudo, vive en la ignorancia más absoluta, pero evidentemente, el niño cada día se parece más a su verdadero padre.
En su momento, le conté todo esta historia a mi pareja, y se inició un debate fogoso de si esto deberíamos sacarlo a la luz o no. Desde luego, es su vida, y que hagan con ella lo que quieran, pero por otro lado, ¿es ético? Aunque hablar de ética en esta historia es como hablar de enseñanza eficaz en Andalucia, mi pregunta es bien sencilla: ¿Qué haríais en mi lugar?
El niño ha nacido, y el cornudo vive engañado, ella como si tal zorrupia no tiene reparo en seguir con su vida, gracias a una comodidad que prima más que otra cosa. Por otro lado, me estoy metiendo en donde no me llaman, pero… ¿cuál sería vuestra reacción?
Está claro que haga lo que haga ya es tarde, el niño, fruto de la aberración, ya ha nacido, y tiene padre, abuelos, tíos y primos que no le corresponden.
Como hombre, me pongo en su lugar, y me dan ganas de ir a un salón de té a matar a todo bicho viviente.
Os pido consejo, no he abierto esto para que juzguéis a la zorrupia, por que está clara su condición, ni que me juzguéis a mi y mis actos de intrusismo, sino para que ejercitéis vuestro cerebro y me digáis cual es la opción correcta: la dolorosa, afrontando las consecuencias que todo ello pueda suponer; o la cómoda, pasando de todo como hasta ahora.
Nada más, en vuestras sabias manos encomiendo el futuro del niño con el no-padre, de la zorra, y el cornudo con el no-hijo.
mujer que le pone los tochos al marido, para más inri, es un familiar cercano, me suda la polla.
Me entero de todo por que soy un puto amazo de los ordenadores.
Planean tener un hijo juntos
Se lo encaloman al cornudo
El corneador tiene un hijo con su mujer
Ella se enfada, y la vida sigue, el cornutti tiene un no-hijo que el cree que es su si-hijo
¿qué hago?
Me entero de todo por que soy un puto amazo de los ordenadores.
Planean tener un hijo juntos
Se lo encaloman al cornudo
El corneador tiene un hijo con su mujer
Ella se enfada, y la vida sigue, el cornutti tiene un no-hijo que el cree que es su si-hijo
¿qué hago?
y aquí un micro resumen por si ya directamente eres un necio que no da para más y que tiene el “celebro” abducido por la Apocalipsis pajera
todas putas
Y aquí, para los más vivaces lectores y amantes de las emociones fuertes, les traigo el total de la historia para que me den su opinión, no de ella, que como todas las ellas, puta es, ni del cornutti, ni del corneante, sino de lo que ustedes harían en mi situación. A partir de sus opiniones sopesaré la responsabilidad de mis actos y que es lo que debo hacer.
Por causas que no vienen al caso, mi familiar en forma de hembra se quedó alguna tarde en casa sola para hacer unas tareas. A partir de ahí conseguí informaciones sobre sus movimientos en la internete. Podría dármelas de hacker, cracker, y fucker, pero vamos con la verdad por delante, tenía un puto keylogger en mi portátil, y el pajarillo cayó en la red. ¿está mal? Tal vez, pero es mi casa, y es mi ordenador, y el cometido de la tipa en cuestión no era el estar enviando mensajitos ni chateando, sino que era otro bastante más importante, y que coño, es mi casa y ahí hackeo y loleo a quién me venga en gana.
Bueno, al grano, pasmado me quedo al leer las conversaciones que mantenía con alguien del sexo opuesto, y que resultó ser su amante. Joder, una mujer y puta, que combinación más rara. Vivía una doble vida, y más feliz que un ocho. Valga decir, aunque sea una perogrullada, que su amante tenía pasta a mansalva, (cosa rara, a ellas solo les mueve el amor, y se fijan solo en el interior… el interior de la cartera). Bueno, sigo los entresijos de todo esta historia a diario con curiosidad, alimentado por mi hikikomorismo ilustrado, dándome motivos más que evidentes para permanecer atento a cuanto acontecía.
Al cabo de un año, su “amor” es tan grande, que deciden tener un niño. Lo tienen, y hacen pasar como padre el cornudo sin el mayor pudor. A los pocos meses, el amante, deja preañada a la que era su mujer, que también vivía en la más absoluta de las ignorancias. La recién parida, al enterarse de semejante afrenta a su dignidad (que ya manda cojones), decide dejarlo con su amante. El cornudo, vive en la ignorancia más absoluta, pero evidentemente, el niño cada día se parece más a su verdadero padre.
En su momento, le conté todo esta historia a mi pareja, y se inició un debate fogoso de si esto deberíamos sacarlo a la luz o no. Desde luego, es su vida, y que hagan con ella lo que quieran, pero por otro lado, ¿es ético? Aunque hablar de ética en esta historia es como hablar de enseñanza eficaz en Andalucia, mi pregunta es bien sencilla: ¿Qué haríais en mi lugar?
El niño ha nacido, y el cornudo vive engañado, ella como si tal zorrupia no tiene reparo en seguir con su vida, gracias a una comodidad que prima más que otra cosa. Por otro lado, me estoy metiendo en donde no me llaman, pero… ¿cuál sería vuestra reacción?
Está claro que haga lo que haga ya es tarde, el niño, fruto de la aberración, ya ha nacido, y tiene padre, abuelos, tíos y primos que no le corresponden.
Como hombre, me pongo en su lugar, y me dan ganas de ir a un salón de té a matar a todo bicho viviente.
Os pido consejo, no he abierto esto para que juzguéis a la zorrupia, por que está clara su condición, ni que me juzguéis a mi y mis actos de intrusismo, sino para que ejercitéis vuestro cerebro y me digáis cual es la opción correcta: la dolorosa, afrontando las consecuencias que todo ello pueda suponer; o la cómoda, pasando de todo como hasta ahora.
Nada más, en vuestras sabias manos encomiendo el futuro del niño con el no-padre, de la zorra, y el cornudo con el no-hijo.