En mi oficina, que es una casa enorme con actividades independientes, un coworkin de esos, hay por lo menos 3 psicólogos y viven como DIOS.
El viernes andábamos mi socio y yo súper angustiados con un asunto y al salir a mear me topo con una de las psicólogas, radiante, feliz la tía, que iban a hacer una especie de fiesta con concursos y actividades y que estábamos invitados. Me pareció que vivía en otra dimensión fabulosa y me hizo replantearme todo. Que a mí esas cosas no me van, pero vi felicidad genuina en ese rostro.