Es evidente, por lo que comenté antes, que en ningún momento sentí nada de lo que ustec menciona. Ni abuso, ni aprovechamiento por su parte, ni nada similar. De hecho, visto con la perspectiva del tiempo, creo que me sirvió para descubrir de manera mucho más rápida cómo eran físicamente las mujeres, cómo se comportan sexual y afectivamente, en una edad en la que otros niños de la misma edad están aún jugando con bicicletas, coleccionando tebeos o leyendo sobre dinosaurios. Además, muchas veces era yo quien iniciaba los escarceos provocándola, así que en absoluto era una víctima inocente...
Fue, si cabe, una especie de apertura mental a un mundo nuevo. Como dije, no hubo ningún tipo de trauma posterior y, de hecho, le debo estar indirectamente agradecido no sólo por hacerme disfrutar, es obvio, sino por permitirme sentir y vivir lo que otros hombres no consiguen hasta unos pocos -o muchos- años después. Es evidente que sería absurdo e impensable haber imaginado poder tener relaciones con mujeres hechas y derechas, siendo simplemente un niño de 14 ó de 15.
También debo admitir que mi hermana, como mujer, estaba muy bien físicamente, por lo que excitarme no le costaba demasiado, en una época de la vida donde un niño de esa edad se pone a mil viendo simplemente una foto erótica en una revista. En resumen: fue todo bastante placentero y normal, de forma que para mí la palabra incesto la reservo sólo y exclusivamente para cuando son relaciones no deseadas o ya hablamos de abusos reales por parte de un familiar cercano, porque además creo que mi experiencia es mucho más común de lo que muchos están dispuestos a admitir. Un tabú siempre es y será un tabú sociocultural.