Vamos, que somos mayorcitos para follar, pero no somos mayorcitos para asumir las consecuencias que se puedan derivar de ello.
Y, es más, en caso de haber consecuencias no deseadas, lo vamos a pagar con el que menos culpa tiene de todo.
Genial.
Todo lo malo que se nos venga encima bien merecido lo tenemos.
Lo digo y lo repito, ¿no quieres quedarte/dejar a tu pareja embarazada? No folles. Así de simple. ¿Que no quieres renunciar al sexo? Perfecto, pero asume las consecuencias que de ello se deriven.
El mensaje que llevamos enviando en esta mierda de sociedad del haz lo que quieras que no hay consecuencias es lo que nos está llevando a la ruina. Hemos olvidado el significado de las palabras responsabilidad y obligación, y eso es algo que una sociedad civilizada no se puede permitir.
Aquí lo que hace falta, y lo más importante, como siempre, es primero educación, segundo educación y, por último pero no menos importante, educación. Que los chavales se lancen a mantener relaciones sexuales con 13 ó 14 años no puede ser considerado algo bueno, porque no lo es. Y no lo es porque a esas edades ni están preparados físicamente ni lo están psicológicamente, ni tienen los conocimientos necesarios para hacer de esa experiencia algo agradable y con un riesgo mínimo de embarazo no deseado.
Necesitan una preparación que, desgraciadamente y gracias a nuestra amada Iglesia Católica se les deniega una y otra vez porque a los putos curas violaniños les parece mal que la gente pueda follar fuera de esa institución lavacerebros y controlavidas que es el matrimonio, sobre el que ellos desean ostentar poder absoluto.
En resumen, que me voy por las ramas. No creo en el aborto libre. Es una figura que deshumaniza por completo las relaciones sexuales y libera a las personas de una responsabilidad de la que no deberían ser liberadas y las hace poco cuidadosas frente a las ETS y las conductas sexuales de riesgo. No digo que el aborto en determinados casos no debiera existir (violación, malformación o enfermedad grave del feto, riesgo para la vida de la madre, por ejemplo), pero el aborto libre debería ser sustituido por una educación sexual temprana, eficaz, abierta, que revalorice las relaciones sexuales y las trate como lo que son, como una parte fundamental de la relación emocional entre dos personas, y no como el acto mecánico de la cópula.