Los blogs son la «columna vertebral» del Huffington, en tus propias palabras, y no son remunerados. Esto os ha granjeado múltiples críticas. En el blog El Descodificador te decían que con esa estructura se daba un paso más hacia una prensa integrada únicamente por jefes y accionistas.
En el Huffington Post trabajamos en torno a veinte personas, somos un medio muy pequeño. Trece de ellas están en plantilla y el resto son colaboradores. Es una fórmula muy similar a la que tienen muchos medios de comunicación en los que están muchos blogueros que se han cansado de insultarnos. Es la fórmula con la que llevan coexistiendo los medios desde hace mucho tiempo. Lo que es nuevo es que a los blogs y los blogueros, que no vienen necesariamente del mundo del periodismo, en el Huffington se les da hueco y voz. Eso hemos hecho y estoy orgullosa. Y no es periodismo, es comunicación. No tiene nada que ver con el periodismo, un trabajo que hacemos nosotros. Las columnas de los blogueros, ya sea un estudiante que escribe de lo que le apasiona, o un científico que se ha tenido que exiliar, o un escritor que acaba de publicar su primer libro, no son periodismo, son espacios de opinión. No entiendo esa agresividad de los periodistas que se sentían amenazados por que estas personas que no son periodistas sean capaces de escribir bien, cosas interesantes y que se publiquen. No entiendo esa actitud.