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Habláis de la Constitución como si fuese algo más que el papel mojado que realmente es.
Se la usa como excusa suprema cuando conviene, y se la ignora total o parcialmente cuando no interesa.
Que la ley de violencia feministas son anticonstitucionales y vulneran la presunción de inocencia, no pasa nada.
Que Cataluña quiere independencia, se la invoca cual libro de hechizos.
Que hombres y mujeres tenían que hacer el servicio militar obligatorio, pero mejor que lo hagan sólo los hombres, pues no pasa nada, vamos a ignorar el primero artículo y el que no se pueda discriminar por sexo.
Y así con todos y cada uno de sus 169 artículos de mierda. Tanto monta monta tanto con la carta de supuestos derechos humanos. Más papel mojado.
Luego están el presunto estado de derecho (que no existe) con sus presuntos jueces (mercenarios del estado, desde el TS y el TC hasta el último juzgado de guardia), y su presunta infalibilidad que da lugar a una jurisprudencia absurda.
Terminemos con esos otros mercenarios llamados abogados, que se les tenía que caer la puta cara al suelo de vergüenza de ganarse la vida de esa forma.
Dicho lo cual, esto es una casa de putas montada dentro de un circo de tres pistas. Si creéis que importa una mierda que tipo de colaciones se hagan para gobernar, es que no entendéis que los políticos son unos guiñoles muy entretenidos, pero aquí los que parten el bacalao son otros.
Se la usa como excusa suprema cuando conviene, y se la ignora total o parcialmente cuando no interesa.
Que la ley de violencia feministas son anticonstitucionales y vulneran la presunción de inocencia, no pasa nada.
Que Cataluña quiere independencia, se la invoca cual libro de hechizos.
Que hombres y mujeres tenían que hacer el servicio militar obligatorio, pero mejor que lo hagan sólo los hombres, pues no pasa nada, vamos a ignorar el primero artículo y el que no se pueda discriminar por sexo.
Y así con todos y cada uno de sus 169 artículos de mierda. Tanto monta monta tanto con la carta de supuestos derechos humanos. Más papel mojado.
Luego están el presunto estado de derecho (que no existe) con sus presuntos jueces (mercenarios del estado, desde el TS y el TC hasta el último juzgado de guardia), y su presunta infalibilidad que da lugar a una jurisprudencia absurda.
Terminemos con esos otros mercenarios llamados abogados, que se les tenía que caer la puta cara al suelo de vergüenza de ganarse la vida de esa forma.
Dicho lo cual, esto es una casa de putas montada dentro de un circo de tres pistas. Si creéis que importa una mierda que tipo de colaciones se hagan para gobernar, es que no entendéis que los políticos son unos guiñoles muy entretenidos, pero aquí los que parten el bacalao son otros.