Pues si él no se pasa por aquí, le podemos okupar el hilo un poco.
Cuando se habla del tema de la presión social me viene a la cabeza el alcohol, porque en mi círculo es el vicio de turno. A mí me gusta la cerveza, pero para emborracharme tengo que beber una barbaridad. No tanta para tener resaca. No me cunde y a la hora de quitarte calorías ganas muchísimo cuando eliminas el alcohol. Estoy a un mes de ir a la playa y justo antes tengo reunión de amigos a modo de despedida de soltero de uno de ellos. Y va a ser como con los farloperos en aquella noche que conté, "va, chico, tómate una que no se va a enterá tu mujé", "¿qué estás de pretemporada para Asobal el año que viene?", "pruébala por lo menos, que hemos hecho una tirada de cerveza pa' este día" y mierdas así.
Entre broma y broma es un sabotaje moral, que por mucho que te la sude su opinión, te puede hacer replantearte cosas. Si llevas una racha muy larga haciéndolo de puta madre sin darte recompensa, ese día te parece que es el que te lo puedes permitir. Pero el contador se pone a cero, psicológicamente es peor que una lesión.
Esta vez no voy a claudicar. Otras veces llegué en plan abstemio porque llevaba meses sin beber y me iba bien, pero sin objetivo alguno. Esta vez voy a llevar más de un mes a ensaladas, pollo y pescado, desde octubre me he tomado 3 pintas, dos de las cuales fueron un regalo que acepté de buena gana, pero no voy a joder en un fin de semana el esfuerzo que llevo haciendo todo este tiempo. Por suerte, una vez en la playa me juntaré con gente que es todo lo contrario, con quienes el raro era yo cuando me pedía una cerveza en un chiringuito después de un torneo.