El ser humano no solo es consciente de una realidad externa y objetiva, sino que además es autoconsciente, es decir, consciente de su propia realidad interior, de sus emociones, pensamientos y sentimientos. Por cuestiones que no vienen al caso, la cuestión es que nuestro cerebro, al igual que nuestro corazón, nunca se detiene en vida. El proceso cognitivo es continuo, lo que mucha veces nos lleva por nuestra realidad como arrastrados por una corriente a la deriva.
La meditación pretende alcanzar un estado de metaconciencia. Un intento de encauzar ese flujo constante de información y dejarlo fluir de forma libre pero ordenada. Se pretende armonizar el mundo interior con el exterior en un grado de consciencia que aúne ambos. Ejercicios como el de la respiración consciente o el de la focalización de la atención en un único punto son medios para su consecución. Mi forma favorita es la de seguir movimientos rituales en los que primero alcanzas plena consciencia de tu cuerpo. Me gustaría saber Kyudo.
Deberías haber llegado a la siguiente conclusión: tu percepción del ruido no está condicionada por un elemento objetivo. Estás cerca de darte cuenta de no es la cuchara la que se dobla, sino tú. Sigue por esa linea y llegarás a vislumbrar como tu mente crea tu propia realidad.