Hace años, en una fábrica de coches que visité, había un cartel en dos idiomas a la entrada de la fábrica.
El cartel decía tal que así
"Lea y comprenda las normas de seguridad".
Lea y comprenda, menudo concepto no azaroso.
Lea y comprenda, mi retrasado amigo. Ya he reconocido que pinchaban, de acuerdo a los enlaces. Pero pinchaban a los que tenían ellos jodidos y a su personal. Y, aún así, la Administración les metió un paquete por listos.
Es la segunda vez que lo pongo, a la tercera pido dinero.