estoico rebuznó:
Senor de la villa yankee...
Mire, no es dificil entender que mucha gente puede ser critico con un regimen sin estar enemistado o del lado de los gusanos e imperialistas. Pero para eso usted debe evolucionar y salirse de la posicion enquistada y troglodita que suele ostentar...haga la prueba, no es dificil ser critico o tener autocritica sin ser asquerosamente gusano.
Yo no tengo nada contra los de "la gusanera" de Miami. Son gente exiliada por un dictador bastardo, populista y esperpéntico. El problema de Cuba es, en primer lugar su falta de libertad económica, y segundo, de libertad política. El comunismo ha fracasado de la manera más absoluta y sanguinolenta, y las democracias occidentales, con sus muchos defectos, han sabido adaptarse a las circunstancias y enterrar a los totalitarismos que supuestamente las iban a jubilar. Admiten gran variedad de matices y tienen flexibilidad. En ellas el individuo alcanza el mayor grado de autonomía y bienestar de la historia (con los muchos defectos que tienen).
El comunismo ha durado cien años gracias a su capacidad para la propaganda. Es para lo único que sirve, pero a pesar de tanto pseudo-intelectual jaleándolo, su KO técnico ha sido brutal, contundente, no deja lugar a dudas. El comunismo reduce al hombre a la condición de esclavo y pretende dejarlo desarmado moralmente para quejarse. El esclavo no tiene más incentivos que tratar de no recibir palos en el lomo, y de que le exploten lo menos posible. Es en definitiva un sistema ineficiente, al margen de inmoral e inhumano.
Marx se equivocó. Los trabajadores se le hicieron burgueses y lo mandaron a tomar por culo. Resultó que el liberalismo no había creado tanta pobreza sino que la había hecho aflorar. El siervo explotado en extremo no podía quejarse, pues recibía palos en la sesera. Al siervo se le reconocieron derechos, seguía sin tener nada, pero ya era digno, y libre al menos sobre el papel. Tenía menos dinero que el rico, pero no era inferior en dignidad. El siervo se hizo trabajador
y ya podía quejarse, chillar, hacer huelga. El señor ya no tenía derecho a matarlo de hambre y frío. Su situación era precaria pero ya podía luchar por mejorarla y no morir en silencio.
Surgió el camino aparentemente fácil, tan latino, de la revolución sanguinaria, a partir de la cual todo sería feliz, tras una pequeña masacre del contrario, tras el genocidio de turno; un pequeño paréntesis. Algunos optaron por ese camino y se dieron la hostia. Otros siguieron por el camino realista y constructivo, moderado... de salir de su propia mierda trabajando, como un puto campeón. Y con el tiempo dejaron de ser proletarios para tener coche, casa, seguro de vida, vacaciones todos los veranos y un par de hijos gordinflones y pedorros con play-station.
Un saludo.