La psicopatía nace, por el contrario, de complejas interacciones entre predisposiciones biológicas y factores sociales.
En concreto, estamos asistiendo a un proceso en el que los modernos estudios de neuroimágenes están confirmando antiguas hipótesis que establecían cierta correlación entre, por una parte, el comportamiento criminal y, por otra, algunos defectos en los lóbulos frontales y temporales, o en estructuras subcorticales como la amígdala y el hipocampo. Mediante resonancias magnéticas y tomografías, el Prof. Raine ha evidenciado que la corteza prefrontal de los asesinos impulsivos de una muestra previamente seleccionada tiene tasas de actividad menores que la corteza prefrontal de personas ‘normales’. En esa parte de la corteza parece residir la capacidad de controlar acciones mediatizadas por estructuras como la amígdala. Esta estructura subcortical está ligada a la agresividad y, en el caso de estos asesinos, presenta tasas de actividad muy altas. Se podría decir, pues, que su conducta está inducida por unas amígdalas muy activas que actúan sin el control de la corteza prefrontal.
Sacado de tu link.