pepito50
Baneado
- Registro
- 13 Jul 2016
- Mensajes
- 1.447
- Reacciones
- 683
Evolución y Neurociencias: Las ventajas de ser un psicópata
A mí me pasa igual. Respeto a todo el mundo, me da igual lo que hagan en su vida íntima. Pero si me entero de que alguien que quiero es homosexual y/o se folla a travelos, siento asco, ya no le puedo ver como antes. Pasa a ser un degenerado portador de ETS varias sin dignidad alguna. No lo puedo evitar. Aunque me ocurre lo mismo con los puteros. No sé si será una reacción habitual, o es que realmente soy intolerante.
Qué recuerdos. Yo de niño sentía mucha rabia cada vez que un gato huía de mí (estaba obsesionado con los gatos y quería tocarlos a todos), así que corría detrás de él y conseguía pillarle por la cola... A lo que soltaba un rugido de satisfacción mientras le daba vueltas en el aire como un cowboy con su soga, y acababa arrojándolo lejos gracias a la energía centripeta (o cómo cojones se llame). La verdad que me daba un subidón, pero luego me quedaba con una sensación rara. En plan "¿por qué cojones hago cosas así?". Y nada, que intenté controlarme y ahora ya respeto a los gatos. Aunque nunca me faltan ganas, oye.
Y lo de los pájaros... Bueno, una vez vi un pájaro muerto en el suelo. Me quedé pensativo. De repente, tuve el impulso e coger un ladrillo que había visto al lado... Y lo arrojé encima de su cuerpo inerte. No tengo ni puta idea de por qué lo hice.
Pero también recuerdo que soplé a una hormiga, y se quedó panza arriba... Me quedé un rato viéndola agitarse en busca de la salvación, y no me atrevía a tocarla para que se pusiera de pie. Me desesperé tanto, que estuve llorando durante horas.
Los psicópatas no tienen miedo, son crueles, capaces de centrarse o focalizarse de forma extraordinaria en lo que les interesa, y son fríos y capaces de tomar decisiones en situaciones de alta presión donde los demás se derrumban. También son muy buenos leyendo las expresiones faciales de la gente, lo que es lógicamente una ventaja enorme si quieres manipular a alguien. Tienen una habilidad mayor de lo normal para decir si alguien está mintiendo o es emocionalmente vulnerable.
...
La Psicopatía, para Dutton es un espectro,no una cuestión de todo o nada, y rasgos psicopáticos son muy comunes en abogados, soldados de fuerzas especiales, personalidades de los media y cirujanos. Los psicópatas son carismáticos, alegres, divertidos para estar con ellos. En su compañía un o siente que “todo es posible”. Y una cosa muy importante: Dutton nunca ha encontrado un psicópata que lamentara ser psicópata.
...
En un trabajo se estudiaron tres grupos ( hombres de negocios, pacientes psiquiátricos y criminales hospitalizados) y -de forma tal vez no tan sorprendente- los rasgos psicopáticos eran más frecuentes en los hombres de negocios: encanto, egocentrismo, persuasión, falta de empatía, focalización e independencia. La diferencia estaba en que en los criminales predominaban los aspectos más antisociales de la psicopatía: saltarse la ley, agresión física e impulsividad. Un hombre de negocios decía por ejemplo que la insensibilidad era buena: te permite dormir cuando los demás no pueden.
...
es interesante recordar los famosos dilemas morales con trenes (trolleys) de Joshua Greene. Se han presentado estos dilemas morales a psicópatas y se ha visto que en el caso 1 se comportan como las personas normales y no tienen problema en desviar el tren. Pero cuando pasamos al caso más personal y se debería activar la amígdala observamos que esto no ocurre en los psicópatas, que siguen juzgando la situación de una manera impersonal y fría-con su corteza prefrontal- y serían capaces de arrojar al señor a la vía.
...
una característica en la que brillan los psicópatas es la capacidad para tolerar el estrés. Cuanto más se calienta la situación, más fríos se mantienen los psicópatas. Dutton dice que todos nos beneficiaríamos de cultivar nuestros rasgos psicopáticos latentes.
...
La respuesta del psicópata da para pensar un rato:
“No dejes que te engañe tu cerebro, Kev, con todos esos exámenes que no te dejan ver la realidad. Solo hay una diferencia entre tú y yo: Yo lo quiero y voy a por ello, tú lo quieres y no vas a por ello”
“Estás asustado Kev, tienes miedo. Tienes miedo de todo, lo veo en tus ojos. Miedo de las consecuencias. Miedo de que te cojan. Miedo de lo que pensarán. Miedo de lo que te harán cuando vengan a llamar a tu puerta. Tienes miedo de mí”
“Mírate. Tienes razón, tú estás fuera y yo estoy aquí dentro. Pero...¿quién es libre, Kev? Libre de verdad, quiero decir. ¿Tú o yo? Piensa en ello esta noche. ¿Dónde están los barrotes de verdad Kev? ¿Ahí afuera ?( señala la ventana). ¿O aquí dentro? ( y se toca la sien)
No podría. No soy homófobo, pero me dan mucho asco los putos maricones asquerosos de mierda.
A mí me pasa igual. Respeto a todo el mundo, me da igual lo que hagan en su vida íntima. Pero si me entero de que alguien que quiero es homosexual y/o se folla a travelos, siento asco, ya no le puedo ver como antes. Pasa a ser un degenerado portador de ETS varias sin dignidad alguna. No lo puedo evitar. Aunque me ocurre lo mismo con los puteros. No sé si será una reacción habitual, o es que realmente soy intolerante.
Yo de pequeño creo que algo de locura tenía. Me encantaba ir al campo a descabezar escarabajos. Prendía fuego hormigueros, tiraba caracoles contra la pared y molía a palos a los gatos.
A veces en mitad de mis asesinatos y maltratos notaba un escalofrío por la espalda de puro gusto. Me ponía nervioso de cojones en mitad de la faena. Pero nervioso de gusto, como si ahora puedes ver por la ventana a la vecina de enfrente follar y te agazapas para que no te vea mientras las sienes de martillean la cabeza.
Un día destrocé a palos un nido de pájaro y allí cayeron unos cuantos pollitos, piando por su vida. Allí los dejé a la buena de dios. Al menos no los pisé.
También me gustaba contemplar el fuego y provocar pequeños incendios controlados.
No recuerdo cuando fue pero de la noche a la mañana se me quitó esta pulsión homicida que tenía y ahora ya estoy bien.
Qué recuerdos. Yo de niño sentía mucha rabia cada vez que un gato huía de mí (estaba obsesionado con los gatos y quería tocarlos a todos), así que corría detrás de él y conseguía pillarle por la cola... A lo que soltaba un rugido de satisfacción mientras le daba vueltas en el aire como un cowboy con su soga, y acababa arrojándolo lejos gracias a la energía centripeta (o cómo cojones se llame). La verdad que me daba un subidón, pero luego me quedaba con una sensación rara. En plan "¿por qué cojones hago cosas así?". Y nada, que intenté controlarme y ahora ya respeto a los gatos. Aunque nunca me faltan ganas, oye.
Y lo de los pájaros... Bueno, una vez vi un pájaro muerto en el suelo. Me quedé pensativo. De repente, tuve el impulso e coger un ladrillo que había visto al lado... Y lo arrojé encima de su cuerpo inerte. No tengo ni puta idea de por qué lo hice.
Pero también recuerdo que soplé a una hormiga, y se quedó panza arriba... Me quedé un rato viéndola agitarse en busca de la salvación, y no me atrevía a tocarla para que se pusiera de pie. Me desesperé tanto, que estuve llorando durante horas.
Última edición: