Estaba escribiendo en otro hilo y he recordado una anécdota, que he unido a otras, y he concluido con una sentencia que no es común, así que cuento mis anécdotas y cada uno que piense o asimile o exponga o lo que quiera.
Hace unos años estaba en una discoteca (tengo que contar la historia entera para que tenga sentido) me acerqué a bobearle a una, normoguapa, desestimando la posibilidad de entrarle a una mucho más potente que estaba al lado, y al decirle cualquier cosa ella me sonrió de un modo extraño y me preguntó si me gustaba su hermana. ¿Hermana, qué hermana? La potente.
Hasta ese momento no había manifestado claramente que yo quería con la inicial, pero era obvio. De cualquier modo, ella se hizo la tonta comprensiva y condescendiente, algo así como cuando una madre pilla al hijo follando, y me incitó a que lo intentara con la otra.
Fui tranquilo, hablé con ella, le pedí el número, lo dio, y a la semana siguiente la llamé.
Ocurrió algo largo de explicar, la hermana hizo como la que no sabía quién era yo, y más frikadas, pero en definitiva, me dio largas.
No la volví a llamar porque en esa época andaba bien de mujeres, y por lo general a las tías muy potentes no las pagafanteo ni un poco, más pagafanteo a una normofeita que tenga buenas tetas que a un pibonazo.
Toda la situación era extraña. La hermana insistiéndome en que le entrara a su hermana, la otra aceptando, luego pasando…
Pensé que eran dos pavas que tenían eso por hobby, pero la realidad tenía más sentido: había roto con su novio el día antes, y me había tomado por reserva.
Me lo contó luego ella además, para más gracieta. Seguidamente siguió con su novio y por eso "no me conocía".
Meses después, salí con otra que era muy atractiva. Tanto que no me la tomaba en serio. Estaba demasiado buena. Nivel de que los mejores hombres de la ciudad se le quedaban mirando fijamente.
Sexualmente era mala, era diva en la calle y diva en la cama, y no molaba. Me lo notó, tuvimos una peleita absurda (le hice una broma sexual y ella como diva que era no toleraba eso) y para remate fui con ella a un centro comercial y le dio el teléfono a un dependiente cañonazo, que por lo visto era amigo de no se quién y le quería dar nosequé a nosequién.
Me harté pero por otro lado no quería dejarla, así que me hice un barullo mental y le dije que ese sábado iba a salir a algún sitio o con alguien (excusa mala para aclararme), y me notó que yo estaba mal con ella, o lo sabría de sobra de antes. Por ello me dijo que si quería estar un tiempo sin ella, que me lo pensara, etc.
Salí el sábado, ella salió con su hermana a cenar y se recogió temprano, y la suerte quiso que justo esa noche me enrollara con otra.
Sorprendentemente era justo lo que yo quería, y tanto me alegré que fui por la mañana (ni a la tarde esperé) a contárselo con cara de pena (eufórico por dentro).
Con toda la cara dura (yo) me preguntó si iba a seguir con esa chavala y le dije que no sabía, pero que tras irme con la otra me había dado cuenta que ella (la diva) me gustaba.
Bien, pues yo hipercontento de que había acabado esa relación de la mejor manera posible: quedando de machoalfa que sale una noche y pincha directamente y con una tía no del montón (fue suerte, no me pasaba cada fin de semana). Humillé a la diva por partida doble (por dejarla así, y por decirle eso de ahora que me he ido con otra me doy cuenta de que me gustas, que me salió espontáneo), mi grupo lo sabía, el grupo de ella lo sabía, yo había dejado a ella por otra, y además el poco pesar que me quedaría de la primera se me pasaría fácil follando con la otra…
Bueno… pues esa misma noche, domingo, quedó con otro.
(No era el dependiente).
O sea, que yo, con mucha suerte, me alegraba de que en una noche plagada de cientos de tías, fui capaz de agenciarme una. Y ella lo hizo sin salir de casa, un domingo, en una tarde. Y en esa época no era común el messenger ni había redes sociales, sólo con el móvil.
Le bastaría un sms tipo "mi novio es un cabronazo, que mal me siento". Y ya está: "por q, que ha pasado?". -"nada" -"espera, quedamos y me cuentas".
Años después, me volvió a ocurrir, pero ya había badoo, etc. Me estuve trabajando a una tía buenísima durante dos meses, tuvimos una discusión, y directamente con otro. Ni una semana tardó.
¿Por qué?, en todos los casos.
Porque todas las mujeres que están buenas mantienen una plantilla dinámica de aduladores, seguidores y pretendientes, que siempre están ahí. Por eso se visten como putas hasta para llevar al niño a la guardería, por eso se pasan todo el día enfocadas en su belleza, por eso prefieren ser dependientas de ropa o camareras que trabajar cambiando camas en un hotel que es un trabajo aparentemente mil veces mejor, por eso hablan con todos los hombres guapos que pueden.
Aunque me joda y nos joda, es la realidad: tíos buenos, inteligentes y que pretendan a muchas tías hay a miles.
Reemplazar a cualquiera, es facilísimo para una mujer.
Otra cosa es que salgan con ellos, les vaya mal, no les gusten, y por no quedar de fraca ante la perspectiva del ex novio, y por no quedarse sola mientras el ex novio está con otra, sigan con ellos con pesar incluso durante meses. (Descubrí que eso ocurría con dos ex novias).
Pero reemplazar por un tío bueno y medianamente agradable, facilísimo.
Las tres que he comentado no eran pavas de barrio ni putones verbeneros. Chavalas educadas, elegantes, normales. Lo que me pasó no fue por clases, o porque estuve con las más putas, todas son así. Con los años uno lo entiende.
Las mujeres son mucho menos infieles que los hombres, se toman más en serio lo de tener una pareja estable. Los hombres se amoldan y acostumbran y punto; ellas lo buscan.
Pero potencialmente y subrepticiamente están a años luz.
Los hombres son más gilipollas y si están con una no se ponen a tantear a otras, porque es un esfuerzo que se ahorran. Pero es que para las mujeres no es un esfuerzo, es lo mejor de su vida.
Todas las mujeres atractivas que he conocido viven en la sombra de lo permitido sospechoso pero a gran escala: todas flirtean (ligera pero suficientemente) con muchos, sabiendo que sus novios saben que lo están haciendo, todas se exhiben lo más posible sabiendo que sus novios saben que lo están haciendo, todas buscan estar disponibles para el mayor número de hombres.
Para mí han bastado tres vivencias para comprender que eso es intrínseco y esencial en una mujer, el vivir siempre engañando, siempre "amando" a sus parejas y poniendo todo su empeño en erguir el mayor número de pollas posibles, como constante vital, el arma de las mujeres. Supongo que el que no lo ha vivido no lo tiene tan claro como yo. Luego lo he visto y vivido muchas veces más, pero ya lo entendía y lo tenía asumido.
Ahí queda para lo que quieran.
Hace unos años estaba en una discoteca (tengo que contar la historia entera para que tenga sentido) me acerqué a bobearle a una, normoguapa, desestimando la posibilidad de entrarle a una mucho más potente que estaba al lado, y al decirle cualquier cosa ella me sonrió de un modo extraño y me preguntó si me gustaba su hermana. ¿Hermana, qué hermana? La potente.
Hasta ese momento no había manifestado claramente que yo quería con la inicial, pero era obvio. De cualquier modo, ella se hizo la tonta comprensiva y condescendiente, algo así como cuando una madre pilla al hijo follando, y me incitó a que lo intentara con la otra.
Fui tranquilo, hablé con ella, le pedí el número, lo dio, y a la semana siguiente la llamé.
Ocurrió algo largo de explicar, la hermana hizo como la que no sabía quién era yo, y más frikadas, pero en definitiva, me dio largas.
No la volví a llamar porque en esa época andaba bien de mujeres, y por lo general a las tías muy potentes no las pagafanteo ni un poco, más pagafanteo a una normofeita que tenga buenas tetas que a un pibonazo.
Toda la situación era extraña. La hermana insistiéndome en que le entrara a su hermana, la otra aceptando, luego pasando…
Pensé que eran dos pavas que tenían eso por hobby, pero la realidad tenía más sentido: había roto con su novio el día antes, y me había tomado por reserva.
Me lo contó luego ella además, para más gracieta. Seguidamente siguió con su novio y por eso "no me conocía".
Meses después, salí con otra que era muy atractiva. Tanto que no me la tomaba en serio. Estaba demasiado buena. Nivel de que los mejores hombres de la ciudad se le quedaban mirando fijamente.
Sexualmente era mala, era diva en la calle y diva en la cama, y no molaba. Me lo notó, tuvimos una peleita absurda (le hice una broma sexual y ella como diva que era no toleraba eso) y para remate fui con ella a un centro comercial y le dio el teléfono a un dependiente cañonazo, que por lo visto era amigo de no se quién y le quería dar nosequé a nosequién.
Me harté pero por otro lado no quería dejarla, así que me hice un barullo mental y le dije que ese sábado iba a salir a algún sitio o con alguien (excusa mala para aclararme), y me notó que yo estaba mal con ella, o lo sabría de sobra de antes. Por ello me dijo que si quería estar un tiempo sin ella, que me lo pensara, etc.
Salí el sábado, ella salió con su hermana a cenar y se recogió temprano, y la suerte quiso que justo esa noche me enrollara con otra.
Sorprendentemente era justo lo que yo quería, y tanto me alegré que fui por la mañana (ni a la tarde esperé) a contárselo con cara de pena (eufórico por dentro).
Con toda la cara dura (yo) me preguntó si iba a seguir con esa chavala y le dije que no sabía, pero que tras irme con la otra me había dado cuenta que ella (la diva) me gustaba.
Bien, pues yo hipercontento de que había acabado esa relación de la mejor manera posible: quedando de machoalfa que sale una noche y pincha directamente y con una tía no del montón (fue suerte, no me pasaba cada fin de semana). Humillé a la diva por partida doble (por dejarla así, y por decirle eso de ahora que me he ido con otra me doy cuenta de que me gustas, que me salió espontáneo), mi grupo lo sabía, el grupo de ella lo sabía, yo había dejado a ella por otra, y además el poco pesar que me quedaría de la primera se me pasaría fácil follando con la otra…
Bueno… pues esa misma noche, domingo, quedó con otro.
(No era el dependiente).
O sea, que yo, con mucha suerte, me alegraba de que en una noche plagada de cientos de tías, fui capaz de agenciarme una. Y ella lo hizo sin salir de casa, un domingo, en una tarde. Y en esa época no era común el messenger ni había redes sociales, sólo con el móvil.
Le bastaría un sms tipo "mi novio es un cabronazo, que mal me siento". Y ya está: "por q, que ha pasado?". -"nada" -"espera, quedamos y me cuentas".
Años después, me volvió a ocurrir, pero ya había badoo, etc. Me estuve trabajando a una tía buenísima durante dos meses, tuvimos una discusión, y directamente con otro. Ni una semana tardó.
¿Por qué?, en todos los casos.
Porque todas las mujeres que están buenas mantienen una plantilla dinámica de aduladores, seguidores y pretendientes, que siempre están ahí. Por eso se visten como putas hasta para llevar al niño a la guardería, por eso se pasan todo el día enfocadas en su belleza, por eso prefieren ser dependientas de ropa o camareras que trabajar cambiando camas en un hotel que es un trabajo aparentemente mil veces mejor, por eso hablan con todos los hombres guapos que pueden.
Aunque me joda y nos joda, es la realidad: tíos buenos, inteligentes y que pretendan a muchas tías hay a miles.
Reemplazar a cualquiera, es facilísimo para una mujer.
Otra cosa es que salgan con ellos, les vaya mal, no les gusten, y por no quedar de fraca ante la perspectiva del ex novio, y por no quedarse sola mientras el ex novio está con otra, sigan con ellos con pesar incluso durante meses. (Descubrí que eso ocurría con dos ex novias).
Pero reemplazar por un tío bueno y medianamente agradable, facilísimo.
Las tres que he comentado no eran pavas de barrio ni putones verbeneros. Chavalas educadas, elegantes, normales. Lo que me pasó no fue por clases, o porque estuve con las más putas, todas son así. Con los años uno lo entiende.
Las mujeres son mucho menos infieles que los hombres, se toman más en serio lo de tener una pareja estable. Los hombres se amoldan y acostumbran y punto; ellas lo buscan.
Pero potencialmente y subrepticiamente están a años luz.
Los hombres son más gilipollas y si están con una no se ponen a tantear a otras, porque es un esfuerzo que se ahorran. Pero es que para las mujeres no es un esfuerzo, es lo mejor de su vida.
Todas las mujeres atractivas que he conocido viven en la sombra de lo permitido sospechoso pero a gran escala: todas flirtean (ligera pero suficientemente) con muchos, sabiendo que sus novios saben que lo están haciendo, todas se exhiben lo más posible sabiendo que sus novios saben que lo están haciendo, todas buscan estar disponibles para el mayor número de hombres.
Para mí han bastado tres vivencias para comprender que eso es intrínseco y esencial en una mujer, el vivir siempre engañando, siempre "amando" a sus parejas y poniendo todo su empeño en erguir el mayor número de pollas posibles, como constante vital, el arma de las mujeres. Supongo que el que no lo ha vivido no lo tiene tan claro como yo. Luego lo he visto y vivido muchas veces más, pero ya lo entendía y lo tenía asumido.
Ahí queda para lo que quieran.