Merodeador
Forero del todo a cien
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Me duele...
Me duele también pensar que no podré ver crecer a los hijos que no he tenido. Un portazo reventó mis labios y mi nariz aplastándolos como una magdalena de un pisotón.
Son tonterías las que me agarrotan la garganta cuando menos me lo espero, solo pensar que será de mi entorno, como podarán el año que viene los árboles de mi calle o el florecer del manzano, cosas que marcaran el tiempo que no existirá.
Soy una bomba humana, tengo adosados kilos y kilos de emociones con esparadrapo a mi piel, explotan al menor movimiento o por simple simpatía y se desbordan en torrentes que no puedo parar sin tragar saliva y hacer de tripas corazón y con voz de falsete disimular diciendo cualquier tontería al tiempo que con torpe movimiento quito esa lágrima traicionera que asoma.
Fuerte, firme, celebro los días impertérrito, amarrados a mi puerto procuro que los barcos queridos y amados solo se balancean en estos días de mar picada, y en las noches ¡ay las noches! noches sin dormir por miedo a los sueños, no hay puerto ni amarre, en las noches las olas me destrozan contra las afiladas rocas de la realidad y lloro.
Me duele también pensar que no podré ver crecer a los hijos que no he tenido. Un portazo reventó mis labios y mi nariz aplastándolos como una magdalena de un pisotón.
Son tonterías las que me agarrotan la garganta cuando menos me lo espero, solo pensar que será de mi entorno, como podarán el año que viene los árboles de mi calle o el florecer del manzano, cosas que marcaran el tiempo que no existirá.
Soy una bomba humana, tengo adosados kilos y kilos de emociones con esparadrapo a mi piel, explotan al menor movimiento o por simple simpatía y se desbordan en torrentes que no puedo parar sin tragar saliva y hacer de tripas corazón y con voz de falsete disimular diciendo cualquier tontería al tiempo que con torpe movimiento quito esa lágrima traicionera que asoma.
Fuerte, firme, celebro los días impertérrito, amarrados a mi puerto procuro que los barcos queridos y amados solo se balancean en estos días de mar picada, y en las noches ¡ay las noches! noches sin dormir por miedo a los sueños, no hay puerto ni amarre, en las noches las olas me destrozan contra las afiladas rocas de la realidad y lloro.