Terrorismo cotidaneo de andar por casa.

Senior Putas

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19 Ago 2014
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Cuando vivía en el segundo piso de un edificio de siete plantas con ascensor, no había cosa que más me jodiese que bajar la puta basura a la puta calle, que puto horror, o bajar a por tabaco, o a por el pan, que asco, esas cosas que te cuestan minutos o segundos y te vuelves al hogar.

La segunda planta de las putas colmenas de pladur para exclavos en las que vivimos es la peor de todas, se tarda más bajando en ascensor que andando y el mismo tiempo subiendo, es por ello que las bajadas siempre las haces andando y las subidas en ascensor, ya que no ahorras tiempo y encima te cansas.

Pero hay algo que me jodía de sobremanera, el bajar para dos putos minutos y que a la hora de subir tubieses que esperar el puto ascensor así que empecé, cuando llegaba a la planta baja, a llamar al ascensor para que cuando volviese, tras estar uno o dos minutos haciendo las gestiones del día a día. el mecánico ingénio elevador me estubiese esperando y así no tener que perder un preciado tiempo mirando las puertas aguardando a que bajase de donde estuviese.

Pero el problema era cuando en esos instantes de ausencia llegaba el vecino del cuarto y utilizaba el ascensor, que yo había dejado preparado, para subir a su puta casa de mierda y me hacía esperar unos preciados segundos mientras la maldita caja metálica bajaba hasta la planta baja a recoger mi gordo culo.

Así pues empecé a dedicarme a llamar al ascensor desde mi segundo piso y darle a todos los putos botones pulsando al final el de la planta baja calculando que el tiempo que tardase en recorrer el edificio bastaría, para que a mi vuelta, llegase a la planta baja. Llegué a calcularlo tan bién que incluso medía el tiempo que tardaba en recorrer los pisos y cuantos tenía que pulsar para volver justo a tiempo de que las puertas del ascensor se abriesen de par en par a mi llegada al portal dependiendo de la gestión que tuviese que realizar (tabaco, basura, pan...).

Incluso llegó a comentarse en una reunión de vecinos sobre quién era el desgraciado que le daba a todos los putos botones del ascensor.

Esa intromisión a mi comodidad acosta del sacrificio de los demás me indignó de tal manera que pasé a apretar todos los botones en mis viajes de subida solo por joder y disfrutaba de la idea de que la vieja del séptimo saliese de casa en ese momento y tuviese que esperar a que el ascensor parase en todos y cada uno de los pisos.

No solo lo hice en el ascensor de mi edificio, el mal se apoderó de mi ante la injusticia de que yo tuviese que sacrificar mi tiempo, mucho más valioso que el de los demás (por lo menos para mi) en que los demás llegasen a su destino y ahora cometo este acto de terrorismo cotidaneo de andar por casa en todos los ascensores en los que me monto, me he montado y me montaré.

El mundo me hizo asín.

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¡¡¡Ayu jacbar hijos de puta!!!.
 
Cuando ETA estaba activa tenían más emoción los telediarios. Ahora son bastante meh.
 
Vivir en un tercero, querer bajar a la calle, y que el vecino del quinto llame y te arrastre para arriba, comenzar la típica conversación sobre lo mal pensado que esta el sistema, llegar a la calle varios minutos mas tarde que si hubieses usado las escaleras.

Mi vecino subnormal de 12 años que mientras espera a que su madre expulse por el ano la lefa del último mono que se la ha follado, mantiene el ascensor abierto a base de darle al botoncito durante lo que puede ser 10 o 12 minutos.

Otros vecinos subnormales que se quedan de charla en la puerta y como no callan nunca mantienen el ascensor listo para marchar poniéndose en el sensor, que a los pocos segundos empieza a pitar, PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI pero les da exactamente igual hasta que alguien en la planta baja tiene que asomar la cabeza por el hueco de las escaleras y cagarse en dios.

Los ascensores modernos son todos una puta mierda, se estropean con la mirada, y la memoria los hace mas problemáticos que prácticos. En casa de una tía mía han hecho una reforma completa del portal y el ascensor, ahora como creo que hay una normativa que obliga u obligará a tener todos los portales adaptados a mermados físicos pues resulta que las puertas se tienen que abrir con un botón, y si las empujas con la mano como se ha hecho toda la vida te las puedes cargar, y como sea una oficina o local que no necesites llave para acceder, nada mas que darle al timbre para que la puerta se abra, pero la hayan jodido empujándola o tirando de ella, ahí te quedas toda la mañana dándole al botón que no se va a abrir.

A lo que iba, le han puesto un ascensor con:
1- Voz: te dice el piso en el que estas
2- Hilo musical: un clásico remozado con el mismo olor a caspa de siempre
3- Pantalla: Para que pases tu viaje de como máximo siete pisos entretenido han puesto una pantalla que indica la hora y fecha, la temperatura, y da información interesante del tipo "tal día como hoy del 1470 Ricardo III se introdujo una gallina por el recto". Es una puta mierda que nadie mira y totalmente innecesaria, pero se la colaron y ahí esta.
 
Yo le pille vicio a tirar cosas por la ventana (en verdad llevo haciéndolo toda mi vida). Me gusta mucho el silencio y cuando pasa gente por la calle armando ruido tiro algún tomate blando (cosas duras no, porque a esa altura puede abrir cabezas), agua, condones de la paja sin nudo, pero lo mejor son los huevos, especialmente cuando es un grupo de personas.
Es lo que mas victimas provoca, la intención no es que estalle en la cabeza de nadie, si cae en el suelo deja un puñado de gente con manchas, no obstante si estalla en la cabeza de alguien, da mas puntos.

Una de las cosas que mas me gustan es cuando gritan insultos hacia ninguna parte, mientras miran hacia todos lados, (no los tiro a los que están justo debajo). Si algún día os tiran algo, ponerse a insultar es mostrar que el agresor ha tenido éxito, mientras este está escondido mirando por alguna rendija con cara de satisfacción.

Otras veces, cuando he vuelto de salir por la noche y casi entrando al portal me he encontrado alguna parejita magreandose o simplemente besandose en la calle, lo primero que hago nada mas entrar al piso es tirarles un huevo, simplemente por envidia. Lo malo de estos, es que simplemente desaparecen de la escena sin dar ningún ruido, como si se sintieran culpables.
 
Última edición:
Cuando alguien habla de tirrorismo habla de cosas fuertesitas, pero en este caso no, el @Senior Putas es un cutre de manual con una vivencia que bien podría estar en un típico disco de rap español y eso son los grandes problemas del primer mongo, que no dan ni para reclamación a Zardoya-Otis, y en estos tiempoh en los que trubo está en trullo zurullo dan para hilo 0/10

@Senior Putas, hijo de alguien que no cosnta en la base de datos de la pulisia, usa las putas escaleras
 
Última edición:
Así pues empecé a dedicarme a llamar al ascensor desde mi segundo piso y darle a todos los putos botones pulsando al final el de la planta baja calculando que el tiempo que tardase en recorrer el edificio bastaría, para que a mi vuelta, llegase a la planta baja.

Cuando das a todos los botones del ascensor la memoria se resetea por lo que este detalle le resta credibilidad a tu terrorismo de cotolengo.
 
Yo le pille vicio a tirar cosas por la ventana (en verdad llevo haciéndolo toda mi vida). Me gusta mucho el silencio y cuando pasa gente por la calle armando ruido tiro algún tomate blando (cosas duras no, porque a esa altura puede abrir cabezas), agua, condones de la paja sin nudo, pero lo mejor son los huevos, especialmente cuando es un grupo de personas.
Es lo que mas victimas provoca, la intención no es que estalle en la cabeza de nadie, si cae en el suelo deja un puñado de gente con manchas, no obstante si estalla en la cabeza de alguien, da mas puntos.

Una de las cosas que mas me gustan es cuando gritan insultos hacia ninguna parte, mientras miran hacia todos lados, (no los tiro a los que están justo debajo). Si algún día os tiran algo, ponerse a insultar es mostrar que el agresor ha tenido éxito, mientras este está escondido mirando por alguna rendija con cara de satisfacción.

Otras veces, cuando he vuelto de salir por la noche y casi entrando al portal me he encontrado alguna parejita magreandose o simplemente besandose en la calle, lo primero que hago nada mas entrar al piso es tirarles un huevo, simplemente por envidia. Lo malo de estos, es que simplemente desaparecen de la escena sin dar ningún ruido, como si se sintieran culpables.
Te entiendo tanto... yo estuve enganchada a esa afición desde bien pequeña hasta los 17 que me llevaron a vivir a un piso 11 y ya dejó de ser lo mismo. Antes era un tercero, y es que hasta podía oler la rabia de las gentes. Yo tiraba sobre todo garbanzos, y no te imaginas la puntería que tengo. Es que han sido muchos años día a día. Recuerdo a mi hermana asomándose a mi habitación con su carita de pimpollo y decirme ¿Qué haces? ¿Tiramos cosas? Y yo creo que nunca dije que no. Estábamos enganchadísimas. Los huevos son lo mejor, pero mi madre lo notaba, así que éramos más de papel higiénico mojado.
El otro día le preguntó uno delante de mí «y tú de pequeña qué hacías, qué te gustaba» y me conmovió, es que la tía no dudó un segundo. Muy seria, con su pelito todo bien colocado y su camisita, le dijo «A mí lo que más me gustaba era tirar cosas por la ventana con mi hermana»
 
Bueno, otra cosita que me ha gustado siempre es meter cosas en los buzones. De hecho ayer bajé con una vecina en el ascensor, y me cayó muy mal. Y hoy he visto unas rodajas de chorizo más tiesas que nada en la nevera, y hala, a su buzón. Eran muchas, así que le he metido la mitad a otro, a un melenudo grandullón que marece majo, pasota, aunque bien que ha puesto su nombrecito y sus apellidos en el buzón con letra artística. Pues se lo ha buscado. Me hacía gracia dos personas tan distintas experimentando la misma desgracia a la par.
Estoy muy satisfecha con esta afición. Son años ya con ella. Hay meses que no actúo, es sólo cuando me da. Y siempre siempre me encanta.
Chorizo, un kiwi, trocitos de carne... todo vale.
 
Yo le pille vicio a tirar cosas por la ventana (en verdad llevo haciéndolo toda mi vida). Me gusta mucho el silencio y cuando pasa gente por la calle armando ruido tiro algún tomate blando (cosas duras no, porque a esa altura puede abrir cabezas), agua, condones de la paja sin nudo

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Cotidiano, HIJODEPUTA, cotidiano.

Si su terrorismo ligero consiste en hacer perder dos minutos con palabras inventadas para ver qué quería decir, cuente con un damnificado.
 
¿Nadie se ha entretenido en asomarse a un balcón y escupir a la gente que pasa por la acera, a ver si le aciertas en la cabeza?
Probadlo. Da para mucho LOL.

Bueno, otra cosita que me ha gustado siempre es meter cosas en los buzones. De hecho ayer bajé con una vecina en el ascensor, y me cayó muy mal. Y hoy he visto unas rodajas de chorizo más tiesas que nada en la nevera, y hala, a su buzón. Eran muchas, así que le he metido la mitad a otro, a un melenudo grandullón que marece majo, pasota, aunque bien que ha puesto su nombrecito y sus apellidos en el buzón con letra artística. Pues se lo ha buscado. Me hacía gracia dos personas tan distintas experimentando la misma desgracia a la par.
Estoy muy satisfecha con esta afición. Son años ya con ella. Hay meses que no actúo, es sólo cuando me da. Y siempre siempre me encanta.
Chorizo, un kiwi, trocitos de carne... todo vale.

A ver si vas a ser vecina de ILG.

Yo lo que hacía en mi juventud, cuando vivía en un edificio con muchos vecinos, era meter la mano en los buzones, sacar todas las cartas que podía y luego las volvía a repartir por otros buzones distintos.
 
Hace años cuando salía de fiesta me gustaba mear las manillas de la puerta de los coches.
Me producía una tremenda satisfacción saber que aunque fueran unos winners teniendo oros para un coche y yo no. Se iban a revolcar en mis desechos. Era como si metieran las manos en el water de mi piso.
 
Bueno, otra cosita que me ha gustado siempre es meter cosas en los buzones. De hecho ayer bajé con una vecina en el ascensor, y me cayó muy mal. Y hoy he visto unas rodajas de chorizo más tiesas que nada en la nevera, y hala, a su buzón. Eran muchas, así que le he metido la mitad a otro, a un melenudo grandullón que marece majo, pasota, aunque bien que ha puesto su nombrecito y sus apellidos en el buzón con letra artística. Pues se lo ha buscado. Me hacía gracia dos personas tan distintas experimentando la misma desgracia a la par.
Estoy muy satisfecha con esta afición. Son años ya con ella. Hay meses que no actúo, es sólo cuando me da. Y siempre siempre me encanta.
Chorizo, un kiwi, trocitos de carne... todo vale.

Lo mio era comer albaricoques o melocotones y tirar el hueso. Una vez atiné a una señora y sin poder evitar mirar una vez tiré para ver si había hecho diana, pues la tipa me enmarronó. Subió a mi casa y mi madre me obligó a disculparme y me dió tremenda tormenta de hostias. Desde entonces sólo tiré pinzas.
Cuando empecé a eyacular, me corría en la puerta del ascensor por dentro, para que quien tuviese que salir tocase mis peones.
Cuando empecé a beber vomitaba por la ventana y los vecinos pusieron un cartel pidiendo al vecino asocial que dejará de vomitar por la ventana. Como si fuera tan fácil, no te jode
 
Cuando era adolescente, a mí y a mis hamijos nos dio por salir por las noches a practicar la sana y natural costumbre del vandalismo. Desatábamos nuestros instintos de violencia y rabia contra objetos y mobiliario urbano. Un día fuimos a un colegio abandonado con bates de beisbol y montamos una orgía de destrucción y rompimiento que rite tú de los vikingos. Con tal escándalo los vecinos llamaron a la policía y lo grande de la cosa fue que en pleno éxtasis destructivo, de repente, oímos una voz de mujer histérica gritándonos "Al primero que se mueva le reviento la cabeza" y efectivamente había, entre otros agentes de la Ley, una señora policía con la pipa apuntándonos. La primera y única vez que me han apuntado con una arma. Nos hicieron echarnos en el suelo mientras revisaban los destrozos. Milagrosamente me escondí el costo en la huevada antes de que nos registraran. Nos llevaron a comisaría a preguntarnos cosas y finalmente salimos impunes.

Those were the days.
 
Cuando era adolescente, a mí y a mis hamijos nos dio por salir por las noches a practicar la sana y natural costumbre del vandalismo. Desatábamos nuestros instintos de violencia y rabia contra objetos y mobiliario urbano. Un día fuimos a un colegio abandonado con bates de beisbol y montamos una orgía de destrucción y rompimiento que rite tú de los vikingos. Con tal escándalo los vecinos llamaron a la policía y lo grande de la cosa fue que en pleno éxtasis destructivo, de repente, oímos una voz de mujer histérica gritándonos "Al primero que se mueva le reviento la cabeza" y efectivamente había, entre otros agentes de la Ley, una señora policía con la pipa apuntándonos. La primera y única vez que me han apuntado con una arma. Nos hicieron echarnos en el suelo mientras revisaban los destrozos. Milagrosamente me escondí el costo en la huevada antes de que nos registraran. Nos llevaron a comisaría a preguntarnos cosas y finalmente salimos impunes.

Those were the days.

Muy mal.
Vosotros o vuestras familias deberían haber pagado todos los destrozos.

Cáncer, ¿te sientes orgulloso de tu adolescencia?
 
Muy mal.
Vosotros o vuestras familias deberían haber pagado todos los destrozos.

Cáncer, ¿te sientes orgulloso de tu adolescencia?

Era un colegio abandonado.

Mi adolescencia fue un tanto desfasada. No me siento orgulloso, pero tampoco me arrepiento. De hecho echo bastantes cosas de menos de aquella época. Tengo que crecer.
 
Por no hablar de que suelto cuescos en el ascensor cuando voy solo y le doy al botón de cerrar la puerta cuando salgo, alargando el brazo para que no me pille el sensor que avisa que hay un bulto en la puerta, y que todo el aroma se quede ahí para que el siguiente se lo coma enterito... si cuando se abren las puertas hay alguien esperando, entonces salgo abanicándome con la mano y diciendo que cuidado que un hijo de puta se ha pedido, que que jodida es la gente y blaoblaoblao...
 
Era un colegio abandonado.

Mi adolescencia fue un tanto desfasada. No me siento orgulloso, pero tampoco me arrepiento. De hecho echo bastantes cosas de menos de aquella época. Tengo que crecer.

Ah, si era abandonado no pasa nada. Jijiji.

Algún forero, cuando había cabinas telefónicas, habrá llamado a algún número al azar (o conocido) a las cinco de la madrugada, ¿no?
 
Última edición:
Menuda panda de niñatos erais/sois. Lo mio fue por defenderme contra la gente chabacana y maleducada. Esa manía de hacerse notar, de ver quién ríe mas alto. Fue una reacción contra la sociedad que me oprime.

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Lo de las llamadas, si. Pero era para superar mi timidez. Llamaba e intentaba prolongar la conversación lo máximo posible. Creo que no me sirvió como terapia. Luego cuando los teléfonos evolucionaron dejé de hacerlo por miedo a que me localizaran la llamada. Lo mismo pasó con los anuncios de putas, tuve la idea de publicar el teléfono de algún hideputa, pero descarté la idea por si me denunciaban.

Hubo una vez que llamé a un amigo, pero me equivoqué y llamé a otra persona, la segunda volví a equivocarme, y aquella persona se puso muy desagradable, "Que aquí no hay ningún Florencio cojones!!", a la siguiente vez llamé adrede a ese número y la 4ª ya se puso la mujer muy alterada diciendo que iba a llamar a la policia, desde entonces siempre que me acordaba hacia una llamada a ese mismo numero de telefono preguntando "¿está Florencio?"
 
Última edición:
Yo suelo usar el taladro los sábados y domingos de 7 y media a las 9 de la mañana.
 
Enhorabuena, sois todos unos auténticos hijosdeputa. Vuestro carnet platino de Putalocura os esta esperando
 
Algún forero, cuando había cabinas telefónicas, habrá llamado a algún número al azar (o conocido) a las cinco de la madrugada, ¿no?

:lol: De adolescentes, también, cuando salíamos a endrogarnos por ahí hasta las tantas nos daba por llamar al director de nuestro colegio a insultarlo. También a un alumno capullo al que teníamos manía. Un día, se ve que ese alumno consiguió reconocer una voz, y su padre, al día siguiente en plena mañana llamó al timbre de mi compi y se presentó en su puerta con con su foto impresa y una cinta de casette con la grabación de nuestras memeces diciendo que como volviera a pasar una sola vez más presentaba una denuncia. Aún me lol cuando recuerdo como me explicaba lo ocurrido.
 
Por no hablar de que suelto cuescos en el ascensor cuando voy solo y le doy al botón de cerrar la puerta cuando salgo, alargando el brazo para que no me pille el sensor que avisa que hay un bulto en la puerta, y que todo el aroma se quede ahí para que el siguiente se lo coma enterito... si cuando se abren las puertas hay alguien esperando, entonces salgo abanicándome con la mano y diciendo que cuidado que un hijo de puta se ha pedido, que que jodida es la gente y blaoblaoblao...

Esa técnica se mejora tirándote el cuesco cuando has llegado al destino. La puerta se abre y si no hay nadie esperando, te lo tiras y sales escopeteado. Si hay alguien, pues te lo reservas para otra vez.
 
Esa técnica se mejora tirándote el cuesco cuando has llegado al destino. La puerta se abre y si no hay nadie esperando, te lo tiras y sales escopeteado. Si hay alguien, pues te lo reservas para otra vez.

¿Y perderme mi propia auditoría de salud?.
 
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