En Sevilla, cada vez se ven más moros y negros. Hasta hace poco era anecdótico. Lo bueno es que la mayoría tiran para Madrid o Barcelona.
No me extraña teniendo en cuenta que cada semana entran unas mil personas de África sumado al coladero de Barajas. Su objetivo ahora mismo es cruzar los pirineos aunque cada vez más se establecen aquí. Si todo lo que entra se quedará a vivir con nosotros seríamos minoría ya. No hay vientre ni partera conejera que produzca más que lo que nos entra por tierra, mar y aire.
Ayer precisamente vi el mapa de fortificaciones que el generalísimo de los ejércitos construyó terminada la contienda de liberación contra el comunismo en toda la franja del estrecho. Si eso se pusiese en funcionamiento hoy en día, ni Dios tocaba suelo español sin dejarse la vida. Era otro tiempo, otra mentalidad y otros actores.
Hoy está claro quien manda y quien paga. Los intereses son otros. Eso sí, la chusma sudaca no tiene otro objetivo que establecerse en España. Y por muy hijos del Cid que sean y que hablen la lengua de Cervantes no dejan de ser igual de monos e indígenas que los del continente africano. Más tolerables y aguantables desde el punto de vista cultural pero no por ello menos salvajes y menos inadaptados para vivir en la vieja Europa.
Con respecto a Sevilla te puedo afirmar de buena tinta que ningún tipo de ser que no acepte la cultura y el sentir patrio, histórico y cultural es bienvenido allí. Posiblemente sea la capital con la traición más arraigada e inarrebatable de España. Las demás decaen, ignoran y sucumben ante el peligro que nos acecha que no es poco.
Esta en juego nuestra estabilidad como país, como sociedad y como estado de bienestar.
Una lengua, un pueblo, una raza y un imperio.
Tu sabes mejor que nadie de lo que hablo. Todo ello corre peligro. Pero con un puñado de hombres valientes el problema se soluciona. Ten fé y cree en Dios nuestro señor.