"Hay un límite donde la tolerancia deja de ser virtud." Edmund Burke.
Ayer por la tarde fui al cine. Fue una mierda. Con náuseas provocadas por el tedio y la vergüenza ajena tuvimos que salir de la sala, a mitad de proyección, antes incluso de que el novio de la protagonista le dejase las cosas claras. Quizá eso me hubiera provocado una erección (al contrario que esas escenas de cama dirigidas por un niño de 7 años) y, de ese modo, no hubiéramos dilapidado los 4 euros de la entrada.

Sin embargo, el tema que debe ocupar el hilo es todavía más subnormal. A grandes rasgos, trata de cuando te tira los trastos un maricón, sientes una repugnancia bestial y no puedes matarlo a hostias porque a corto-medio plazo acarreará consecuencias negativas en tu vida.
Dicho esto, he de aclarar que no llegué a comprar el libro de Donato, pero soy una persona muy tolerante, y aún así, los maricones alocados y las personas con sobrepeso me irritan sobremanera, como a cualquiera.
Si conocéis algún marica, seguro que habéis sentido la misma sensación cuando dicen aquello (que me figuro yo que dicen todos los maricas, a parte de los que conozco) de "si no lo has probado no sabes si te gusta o qué" o van insinuando por la calle que tal y que cual son maricas, pero que no lo saben, o que tienen novia 7 años, pero que es maricón perdido.
Esto último, como sociólogo amateur que me imagino que soy, también afecta a las lesbianas.
Dicho esto, ya puedo comenzar a relatar la experiencia:
En un ambiente en el que me tengo que comportar y del cual no puedo/quiero escapar, me veo obligado a interactuar en algunos momentos con distintas personas. Entre ellas hay un grupo de 5 ó 6 chavales de esos que leen comics japoneses, ven anime, no saben que en su especie existen también los cromosomas XX y sus bromas íntimas se centran en esta clase de gilipolleces:
- A mi la madre de Víctor me recuerda más a cuando Ghonar bajó de la montaña con Trufar y retó a Harler.
- Jajajaja, gñegñe gñe, gñe, jajajaja, gñe. Risa loca.
¿Dónde está la puta gracia, idiotas? Ah, y perdonad que no recuerde los nombres que en realidad mencionaron.
El caso es que uno de ellos me hace comentarios poco viriles que me tocan las pelotas y me incomodan.

El primero fue hace tiempo, que me dijo: "Eres un sol".
Yo pensé: "Le habrá picado".
Si lo piensas detenidamente, no hay momento o circunstancia buena para que te digan algo así. Si es un tío, es que le van los rifles y si es una tía, eres un pagafantas.
El tema es que ahora, para saludarme, me da la mano, pero no aprieta y la mantiene, como si me sobase la mano. Eso, por lo visto, se lo hace a todo el mundo, pero a mi no me hace ni puta gracia, me da ascazo. Igual o más que cuando te encuentras a un macaco de esos que te da la mano como si fueras su colega de siempre tal que así:

Haced el favor de guardar un poco las formas, macacos.
Y ya, el otro día en el vestuario, me preguntó que si estaba haciendo pesas, que estaba muy fuerte.

Hay gente que opina que no es marica, simplemente que hay un halo de feminidad que envuelve a todo el colectivo de adolescentes mangakus. Así pues, me puse a investigar y me he quedado medio imbécil viendo vídeos de idiotas disfrazados de mujer cantando en Japonés:
Por este motivo, sigo compadeciéndome del chaval, pero no estoy convencido de que sea del club del pepino.
También encontré un género musical que enamora. Cuidado con el vídeo, que tiene un poder hipnótico "Mis colegas" style, además de una letra cautivadora:
- Kokai na.