Victor I
Freak
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Excelente hilo y excelente propuesta, que me viene de perlas para sacar toda la mierda y el resentimiento que acumulo cobardemente contra mis odiados compañeros de comunidad. Ser pobre y verte obligado a convivir con las mas variadas subespecies cuasihumanas te pone en situaciones límite donde uno descubre como su capacidad de odio supera umbrales nunca imaginados. Aqui la fauna con la que me toca sufrir el paso de los días.
Los moros de mierda, hijos de puta profesionales con sello de garantia. No hay forma de domesticarlos, no hay forma de que comprendan los avances de la sociedad en términos de higiene, convivencia, respeto o normativa. Se relacionan mediante la imposición y la conquista o bien mediante la servidumbre y el rencor. Con ellos solo hay dos opciones. O les tratas a hostias, amenazándoles, acosándoles, metiéndoles el miedo en el cuerpo constantemente o harán lo que les salta de los cojones y cuando les apetezca.
Como yo soy una maricona cobardica a menudo tengo que convivir con orines de niño en el portal, visceras de cordero degollado y acumulación de objetos de variada e ilícita procedencia que se acumulan por todos los rincones del edificio. ¿Hay alguna ONG interesada en rescatarme?
Los panchitos sonrientes. Al lado de los moros son angeles enviados por el Señor para hacernos felices. Como algunos son casi seres humanos, cuando les hablas, si no estan borrachos, parece que te entienden. En realidad no cogen ni una, pero ponen interés y cara de preocupación, y yo, que soy un tierno, les agradezco el esfuerzo y al final hasta les he cogido cariño.
El único problema es que su capacidad para escuchar salsa, merenge, bachata y demás excrecencias caribeñas supera los límites conocidos por la ciencia. Horas, y horas, y despues más horas, y asi hasta la eternidad. Llegará el fin del Mundo, y mil siglos despues, ahi seguirán con la matraca mandunguera hasta superar el infinito y dar lugar a un nuevo estado la materia que algun dia la física cuantica logrará explicar.
El drogaDIto Este es puro producto nacional, el típico arrastrado cuarenton que sobrevive feliz sobre su montaña de mugre y adicciones. Le gusta a hablar a gritos y asi todos los vecinos nos podemos enterar de que le gusta la zarpa, de que se pincha esteroides, de que una vez su camello casi le mata por deudas de amor (a la drogaina) y que es un ferviente defensor de la estimulacion anal para solaz de los hombres heterosexuales.
MUELTE Y FUEGO PURIFICADOR. No veo otra salida
Los moros de mierda, hijos de puta profesionales con sello de garantia. No hay forma de domesticarlos, no hay forma de que comprendan los avances de la sociedad en términos de higiene, convivencia, respeto o normativa. Se relacionan mediante la imposición y la conquista o bien mediante la servidumbre y el rencor. Con ellos solo hay dos opciones. O les tratas a hostias, amenazándoles, acosándoles, metiéndoles el miedo en el cuerpo constantemente o harán lo que les salta de los cojones y cuando les apetezca.
Como yo soy una maricona cobardica a menudo tengo que convivir con orines de niño en el portal, visceras de cordero degollado y acumulación de objetos de variada e ilícita procedencia que se acumulan por todos los rincones del edificio. ¿Hay alguna ONG interesada en rescatarme?
Los panchitos sonrientes. Al lado de los moros son angeles enviados por el Señor para hacernos felices. Como algunos son casi seres humanos, cuando les hablas, si no estan borrachos, parece que te entienden. En realidad no cogen ni una, pero ponen interés y cara de preocupación, y yo, que soy un tierno, les agradezco el esfuerzo y al final hasta les he cogido cariño.
El único problema es que su capacidad para escuchar salsa, merenge, bachata y demás excrecencias caribeñas supera los límites conocidos por la ciencia. Horas, y horas, y despues más horas, y asi hasta la eternidad. Llegará el fin del Mundo, y mil siglos despues, ahi seguirán con la matraca mandunguera hasta superar el infinito y dar lugar a un nuevo estado la materia que algun dia la física cuantica logrará explicar.
El drogaDIto Este es puro producto nacional, el típico arrastrado cuarenton que sobrevive feliz sobre su montaña de mugre y adicciones. Le gusta a hablar a gritos y asi todos los vecinos nos podemos enterar de que le gusta la zarpa, de que se pincha esteroides, de que una vez su camello casi le mata por deudas de amor (a la drogaina) y que es un ferviente defensor de la estimulacion anal para solaz de los hombres heterosexuales.
MUELTE Y FUEGO PURIFICADOR. No veo otra salida